Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 04-11-2012 página 26
ABC MADRID 04-11-2012 página 26
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 04-11-2012 página 26

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página26
Más información

Descripción

26 PRIMER PLANO USA 12 Elecciones DOMINGO, 4 DE NOVIEMBRE DE 2012 abc. es internacional ABC El debate CON MITT ROMNEY CON BARACK OBAMA Encarnar el cambio RAMÓN PÉREZ- MAURA Por un segundo mandato JOSÉ M. DE AREILZA L a mejor opción para Estados Unidos y para el mundo entero es que gane las elecciones del 6 de noviembre el candidato que sea capaz de devolver la ilusión a los norteamericanos. Y ni los demócratas más acérrimos pueden decir que el presidente Obama sea hoy el candidato ilusionante del hope and change que ganó las presidenciales de 2008. El tema recurrente de Mitt Romney en esta campaña ha sido el de advertir que ya sabemos lo que traerán cuatro años más de Obama. Es decir, Romney apuesta a que los norteamericanos saben lo que da de sí Obama y no van a caer en ese pecado una vez más. Ningún candidato debería utilizar un argumento como el de Romney si no estuviese muy seguro del rechazo que genera su rival. Y es que hay cifras muy duras en el balance de los cuatro primeros años de la Presidencia de Obama: cuando llegó a la Casa Blanca había 32 millones de americanos dependientes de los food stamps una suerte de cartilla alimentaria para los marginados de la sociedad. Tras cuatro años de Obama en la Casa Blanca los beneficiarios de los food stamps hoy son 47 millones. O, por poner otro ejemplo de su gestión económica, Obama prometió recortar a la mitad el déficit presupuestario de la Administración Bush y no lo ha hecho ni un céntimo. Si eres capaz de transmitir ese tipo de datos estás pidiendo que se juzgué a tu contrincante en lugar de que se valoren tus méritos. Y en verdad es cierto que cuando un presidente se presenta a la reelección es mucho más él quien puede perderlas que su rival quien haya de ganarlas. Recuérdese el único debate televisivo de las presidenciales de 1980 entre el presidente Carter y el gobernador Reagan. Carter perdió la Presidencia cuando Reagan dijo a la audiencia: Antes de ir a votar, pregúntese usted si esta mejor o peor que hace cuatro años Cuando Obama llegó a la Presidencia en 2009 no había tenido un trabajo serio en su vida. Todo lo más estaba en su primera legislatura como se- nador. Esa inexperiencia se ha pagado a lo largo de estos cuatro años. Romney ha tenido una vida empresarial de éxito, demostró su capacidad de de gestor salvando los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake City de la ruina y gobernó Massachusetts en minoría. Si uno analiza friamente en manos de quién pondría su vida y hacienda, parece difícil tener dudas... Romney es un candidato que no generaba ningún entusiasmo en su partido y que difícilmente puede crearlo en ninguna parte y aún así llega a las elecciones con posibilidades. Proviene de Massachusetts, el Estado más abrumadoramente demócrata de los Estados Unidos. De allí salió Kennedy, de allí salió el candidato demócrata de 1988, Mike Dukakis, de allí salió el candidato demócrata de 2004, John Kerry. Sería el colmo de la ironía que saliera de allí el candidato republicano triunfante de 2012. Pero también sería una gran lección de democracia para el mundo entero ver cómo el sistema norteamericano puede ser mucho más transversal que las democracias europeas, cómo un partido como el Republicano puede unir tantas familias políticas diferentes y llegar a la victoria. adie sabe con seguridad a cuál de los dos contendientes el huracán habrá dejado electoralmente mas afectado a su paso por el noroeste del país y quizá a ninguno de los dos termine por afectar. Barack Obama culmina su primer mandato con una mejora real de la economía, inferior a la que esperaba, y una política exterior restaurada, lejos del desprestigio internacional en la que se la encontró. El país, sin embargo, sigue muy dividido por la ideología y el dinero. La antes potente clase media se siente insegura y amenazada, mientras el número de pobres aumenta, hasta los cuarenta y seis millones. Obama aspira a continuar un conjunto de reformas que fortalecen la demanda, estimulan el crecimiento y apoyan a las exportaciones, duplicadas en los últimos cinco años. La Cámara de Representantes ha tenido una actitud obstruccionista en estos años, dominada por un partido republicano en manos de radicales, empeñados en desmontar el gobierno federal y favorecer diversos intereses especiales. El N presidente ha promovido proyectos importantes para el futuro de su sociedad, en especial la reforma de la sanidad, inspirada por el noble objetivo de la igualdad ante el dolor. Es cierto que su acción de gobierno ha sido menos ambiciosa de lo que cabía esperar. Pero la herencia era complicada y las expectativas de cambio y la idolatría que se desató alrededor de su figura en 2008 fueron desproporcionadas. Este antiguo editor de la revista de Derecho de Harvard se ha mostrado moderado, cauto, dubitativo, reflexivo, comportándose más como un profesor universitario que como un ejecutivo, más cómodo en la comunicación que en la acción. Obama es un símbolo del sueño americano y encarna los ideales de igualdad de oportunidades y movilidad social, cada vez menos presentes en una sociedad fragmentada. En estos años, ha adquirido la experiencia que le faltaba, se ha vuelto más pragmático y ha continuado teniendo una vida familiar ejemplar. En el plano internacional, con la colaboración de Hillary Clinton, ha vuelto al realismo de la política exterior de Bush padre, ha reaccionado con inteligencia ante la primavera árabe y ha apoyado con decisión los avances en el difícil rediseño de la moneda única europea. Mitt Romney es un millonario ajeno a los problemas del americano de a pie. Vive en una burbuja, un mundo con reglas distintas, bien descrito por Robert Frank en su novela Richistan un recorrido por el país virtual del uno por ciento de los americanos que obtienen dos tercios de las ganancias económicas totales. Pero lo que descalifica a este obispo mormón no es su desconexión de la realidad o su propensión camaleónica a decir lo que cada interlocutor quiere escuchar, sino su poca responsabilidad en asuntos económicos (bajadas de impuestos a los que más tienen sin recortes del gasto público) y la ausencia de un equipo sólido alrededor suyo que inspire confianza. La decisión entre Obama y Romney debería ser sencilla. Pero los más echaran de menos presidentes de talla como Lyndon Johnson, Ronald Reagan o Bill Clinton para una época incierta sobre el futuro del poderío americano y zozobra del empleo en ambas orillas del Atlántico norte. José María de Areilza es profesor de ESADE y secretario general de Aspen Institute España JAVIER MUÑOZ

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.