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ABC MADRID 02-11-2012 página 43
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ABC MADRID 02-11-2012 página 43

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES, 2 DE NOVIEMBRE DE 2012 abc. es ABCdelOCIO 43 Bond sea el arquetipo de lar mucho, creo que hala perfección? ber tomado otro cami- -Cuesta mucho trabajo no hubiera sido un error. conseguir eso. Solamente- ¿Cuánto han influido en el plano físico, hay que aquí sagas como Bourir al gimnasio cada día y, si ne y El Caballero Oste escabulles, enseguida apacuro rece el michelín traicionero. -Sinceramente, creo que no- ¿Nota que le pesan los El malo y las chicas. mucho. No se ha hecho un Javier Bardem, años (casi 45 en su caso) a esfuerzo consciente por la hora de abordar las es- Bérénice Marlohe y tomar esa dirección. A la Naomi Harris (dcha. hora de desarrollar la hiscenas de acción? -Desde luego. No son más toria no nos hemos sentafáciles, así que cada vez do a discutir lo que está hago menos. Pero sé que ocurriendo con el cine de acesas escenas son una parción actual. Bond tiene su te imprescindible de un estructura e imagen, y las filme de 007, así que me ideas que hemos incluido involucro en ellas tanse adaptan a la época, pero to como puedo. Obviano tienen nada que ver mente, las más peligrocon lo que ocurre ahora sas no las hago. en el mundo. No se hacen- -Después de ver a Japelículas para que se pames Bond como una rezcan a otras películas. máquina de aniquilar- -A juzgar por el desenen Quantum of solace lace, o por algunos guiños aquí se muestra un lado del argumento, parece humano y emotivo casi que Skyfall pone un inédito, sobre todo en su punto y aparte en la franrelación turbulenta con quicia. ¿Está de acuerdo? M. -Bueno, solo puedo afir- -Tal vez, pero Bond sigue mar que lo más importansiendo duro y frío. El persote aquí era celebrar los 50 naje permanece como siemaños de Bond. No se trata de pre ha sido, pero la historia bajarlo a la tierra, sino de con M es muy importante, mostrar todo su potencial. necesita emoción y, sin reveY eso hemos hecho. Lo viejo y lo nuevo SKYFALL Dirección: Sam Mendes. Con: Daniel Craig, Javier Bardem. ond es un estado de ánimo, una situación emocional en la que Occidente lleva 50 años de películas, y ahora llega el director Sam Mendes para introducirle unas sutiles variaciones: hemos cambiado nuestros sentimientos de fondo y quien nos lo hace ver es el agente 007, al servicio de Su Majestad, sí, pero también al servicio de un individuo y una sociedad que son distintos. Sam Mendes es el cineasta de la pesadumbre y el desengaño, y la atmósfera de películas como American Beauty o Revolutionary Road son un precedente en el que no cabría James Bond, tan vitalista, seductor, desconfiado y frescales, y al que Mendes arrastra aquí a su terreno para que veamos lo nunca visto: sus lágrimas, su infancia, su deterioro, su adaptación, su camaradería y hasta su preocupación por el paso del tiempo. Skyfall título que es un territorio (el de Bond niño) es al tiempo un pulso físico y espiritual entre lo viejo y lo nuevo. Aunque también es una aventura sorprendente y espectacu- B lar, como todas las suyas, que mantiene los ojos del espectador muy abiertos por lo que ve y simbólicamente entrecerrados por lo que intuye y presiente. Podría ser Skyfall la mejor, o al menos la más profunda de las historias protagonizadas por el agente británico, tan llena de corpachón y de alma que hasta el villano de ella muestra un laberinto pasional que la hace aún más especial. La escena grande entre Daniel Craig y Javier Bardem, con su pálpito sexual incluido, le pone un tapón al estado de ánimo del siglo XX y descorcha el del siglo XXI... pero de un modo natural, sin solemnidad, con el entorchado en chunga del pelucón rubio y el careto felón de un Bardem que ennoblece el Mal como un personaje de Sófocles con tics de telebasura. El mismo esquema para que todo cambie: una gran escena de persecución por los tejados de Estambul y por su Gran Bazar, un ritmo que en esta ocasión no te impide ver el bosque emocional que contiene, un personaje invulnerable pero lleno de fragilidades y con escasez de armamento, en todos los sentidos (la familiaridad, el tajo y la navaja, como solución) Y Daniel Craig, que te pega al personaje hasta el punto de que parece decir: os llamáis Bond, James Bond. OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE

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