ABC MADRID 04-10-2012 página 52

50 CULTURA JUEVES, 4 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es cultura ABC CRÍTICA DE TEATRO El secuestro de La Pepa LOS CONSERJES DE SAN FELIPE Autor: José Luis Alonso de Santos. Dirección: Hernán Gené. Escenografía y vestuario: Pepe Uría. Iluminación: José Manuel Guerra. Música: Juan Bellia. Intérpretes: Esther Acevedo, Juan Ceacero, Beatriz Dávila, Óscar de la Fuente, Miguel Ángel Jiménez, Carlos Martos, Francisco Pacheco, Jorge Quesada, José María Sánchez Rey, Belén de Santiago, Genoveva Santiago y Rebeca Valls. Teatro Español. Madrid. JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN Esta comedia dramática sobre el Cádiz de las Cortes permite diversas miradas, varias formas de aproximarse a su fondo y a su forma. Se puede, por ejemplo, valorar lo mucho que tiene de didascalia sobre una época y un momento concreto, y su manera, rigurosa y ligera a un tiempo, de exponer la trascendencia de la Constitución de 1812 y su valor como símbolo y ejemplo de las dimensiones cívicas de un texto político. Podría subrayarse su ágil estructura de viñetas encadenadas y definirla como un cómic teatral, o hablar de cómo incorpora con provecho elementos tan gaditanos como la chirigota y los aires de carnaval. Porque todo esto contiene un espectáculo en el que José Luis Alonso de Santos afila un argumento que transcurre en el Cádiz sitiado por el ejército francés mientras los diputados se reúnen en la iglesia de san Felipe Neri para ajustar las costuras de la popular Pepa, esa Constitución de cuya existencia se cumplen ahora tres siglos. Una cotidianidad de bombardeos y tertulias de taberna, de incertidumbre y humor, de amor y guerra, de soldados de uniforme y guerrilleros de patilla de hacha y valor de ley. Un hervidero de vida donde confluyen la Historia con mayúsculas y la historia con minúsculas, la que encarnan los conserjes de san Felipe, con sus cuitas y su afanes, cuando, tras varios meses sin cobrar sus sueldos, deciden secuestrar el texto constitucional y pedir por él un rescate. Una peripecia en la que terminan convergiendo lo grotesco y lo heroico. Hernán Gené conduce la acción por el terreno de la farsa con música y mucho movimiento y, sobre todo, con el apoyo de un entusiasta y entregado reparto juvenil en el que doce actores se encargan de poner en pie, con gracia y soltura, cuarenta personajes. Un montaje poliédrico, con alguna caída de tensión y escenas muy bien resueltas, como la del viaje hacia la isla de San Fernando. Leonard Cohen ayer en el Palau Sant Jordi de Barcelona INÉS BAUCELLS El último gran seductor Leonard Cohen conquista el Palau Sant Jordi con una generosa y antológica actuación de tres horas DAVID MORÁN BARCELONA Al final habrá que acabar dándole un abrazo a Kelley Lych, la malvada asesora financiera que arruinó a Leonard Cohen y, por extensión, le hizo recuperar la sana costumbre de actuar en directo, quitarse el sombrero ante varias miles de personas y, en fin, firmar magistrales lecciones de elegancia contenida como la que protagonizó anoche en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Sonará mezquino, sí, pero al final sus penas se han convertido en nuestras alegrías y el propio Cohen, vestido de nuevo para seducir y encandi- lar, parece haber redescubierto a sus 78 años la magia del directo y una intimidad que, ante cerca de 12.000 personas, empezó a estrecharse en cuanto el canadiense apareció sobre el escenario al trote y se arrodilló junto a Javier Mas para susurrar eso de Dance Me To The End Of Love Porque, al final, de eso se trata, ¿no? De bailar hasta el final; hasta que el cuerpo o el amor aguanten. No sé si nos volveremos a ver, pero prometo que esta noche os lo daremos todo anunció Cohen antes de deslizarse suavemente por las atrocidades de The Future e hincar de nuevo las rodillas en la alfombra para desplegar las alas, una vez más, de su Bird On The Wire Su voz, esa garganta de dulce gravilla seducida por las más bellas palabras, volvió a ser el timón y la brújula; el atronador termómetro musical y espiritual de una noche en la que, en efecto, Cohen y su gang de impecables instrumentistas lo dieron todo. Literalmente: no se adivinaba horizonte, final ni casi principio, en una majestuosa travesía que tomaba impulso desde el lejano Songs Of Leonard Cohen y acababa aterrizando en el reciente Old Ideas Sin alejarse demasiado del guión de su última actuación en la ciudad, apenas unas cuantas escapadas hacia su trabajo más reciente para airear letanías como Darkness o Amen el canadiense no faltó a su palabra y, durante más de tres horas, recorrió ese campo minado de corazones rotos y versos fracturados que es su discografía con inmensa elegancia. Guiños y ovaciones Y así, con las arcas llenas pero con la necesidad imperiosa de seguir compartiendo sus canciones, Cohen, el atribulado poeta de sombra decadente y aire enamoradizo, el gentlemen esquivo de pose ascética y emociones a flor de piel, cruzó de nuevo el fuego para pasar de Sisters Of Mercy a In My Secrett Fire se hizo con una guitarra para acariciarle el lomo a Who By The Fire renovó los votos de Hey, That s No Way To Say Goodbye Suzanne y Tower Of Song e incluso se apartó del foco para que fueran las tres coristas quienes defendieran Alexandra Leavin y Coming Back To You No faltaron los guiños, las reverencias y las ovaciones, así como los versos rasgados de The Partisan y So Long, Marinanne la apuesta canalla de I m Your Man una pletórica Take This Waltz las inevitables y jugosas menciones a First We Take Manhattan y Famous Blue Raincoat y, en fin, todas esas canciones con las que Cohen sigue reivindicándose como pletórico cartógrafo de la belleza y la emoción. EN EL AUDITORIO NACIONAL El Orfeón Donostiarra regresa a la capital ABC MADRID Nabucco, Il Trovatore, La Traviata, Macbeth, Don Carlo o Aida son algunas de las piezas operísticas que el Orfeón Donostiarra interpretará este fin de semana- viernes y sábado- a su paso por el Auditorio Nacional, en un programa monográfico dedicado a Verdi. El coro llegó al Auditorio por pri- mera vez en 2009 con un programa que causó sensación: Carmina Burana. La interpretó junto a la Orquesta Filarmonía, la misma con la que acompañará ahora los temas de Verdi, bajo la dirección de José Antonio Sainz Alfaro, quien lleva al frente del Orfeón desde 1988. Más de dos décadas que le han servido al titular de la coral para iniciar un intenso proceso de modernización que ha desembocado en conciertos como éste. Una ocasión única para descubrir y disfrutar al Orfeón Donostiarra en la capital.