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ABC MADRID 04-10-2012 página 16
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  • EdiciónABC, MADRID
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14 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA JUEVES, 4 DE OCTUBRE DE 2012 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND LA FLAUTA DE BARTOLO Mas maneja un instrumento político de una sola nota, el secesionismo, y ello limita mucho su discurso de presente NICAMENTE los militantes de CiU tienen autoridad y derecho para negarle a Artur Mas su obsesión separatista. Todos los demás, en Cataluña y en el resto de España, podremos opinar sobre la anacrónica ambición del president; pero su vínculo y representación se limita al grupo ciudadano que le ha elegido como líder. Ello, naturalmente, en el marco de la normativa vigente, sin la que no existiría el Estado de Derecho. Mas, como la flauta del Bartolo de las viejas canciones infantiles, maneja un instrumento político de una sola nota, el secesionismo, y ello limita mucho su discurso de presente, por mucho que algunos puedan vibrar con su aspiración de futuro. Ahora lo que se le puede reprochar al president no es su proyecto, respetable en tanto en cuanto se ajuste al procedimiento y a la Ley; sino la inoportunidad de su proclama. Un Estado, como el nuestro, en plena crisis económica y asaeteado por un paro creciente, no debiera incrementar su debilidad, su falta de atractivo ante los inversores internacionales, con un pleito territorial en plena efervescencia. ¿Tendrán conciencia Mas y su Govern del daño y la inestabilidad que, en lo económico, genera su actitud a sus propios conciudadanos de Cataluña? Francesc de Carreras, catedrático de Constitucional en la Autónoma de Barcelona y catalán de incuestionable abolengo, es una de las voces críticas con la actitud y el momento que Mas ha elegido para su acelerado pregón. Ayer, en La Vanguardia, fijaba su atención en una frase del president en su -su, de él- -TV 3. Las marcas legales han de adaptarse a la democracia De Carreras se escandalizaba ante tan notoria manera de trastabillar la esencia democrática. La idea, según el profesor barcelonés, es justo lo contrario de lo que en Europa se entiende por democracia El Estado de Derecho, con la certeza jurídica que conlleva, es el marco insustituible de un planteamiento democrático. Lo demás va, según se mire, del aventurerismo a la tentación totalitaria y fascistona. En tiempos de gran tribulación un hereu, como Mas lo es de Jordi Pujol, no tiene más vía de notoriedad y liderazgo que la extralimitación de su propio proyecto. Ello le justifica como gran capitan de su partido y de su coalición electoral; pero, simultáneamente, le descalifica como presidente de la Generalitat. Es decir, como presidente de todos los catalanes, independentistas o no, y máxima representación del Estado Español en su circunscripción. Mas no quiere romper España como dicen algunos de sus adversarios. Lo que pretende es salvar su propia figura en medio del naufragio económico que, por su mala administración pública, afecta a Cataluña más que, por ejemplo, en Madrid. Y nos da un desafinado concierto de flauta de un solo agujero. Fatigoso, muy fatigoso. Ú EXTERIOR DARÍO VALCÁRCEL DEBATES ENTRE OBAMA Y ROMNEY La ventaja del presidente sobre el aspirante parece clara. Pero atención a sus desencuentros televisados A un mes de las elecciones, todo indica que Barack Obama podrá ser reelegido. La diferencia horaria no permite escribir esta noche sobre el primer debate. El 16 habrá otro, ante un anfiteatro repleto, que preguntará. Y un final el 22, sobre política exterior. Aunque los debates puedan cambiar las previsiones, Mitt Romney ha cometido tres errores difíciles de remontar. Obama es un buen polemista, 14 años más joven que Romney, de 64. Al aspirante republicano le grabaron, en mayo, en una cena de pocos y grandes donantes. Romney explicó allí que no le interesa el 47 por cien de los electores. ¡El 47 por cien! Romney, segundo punto, tiene una fortuna de 250 millones de dólares y eso, también en Estados Unidos, es mucho dinero. Aunque la sociedad americana admire a quienes han sido capaces de abrirse camino, no admira a los evasores y rechaza los paraísos fiscales. En los años 2006- 2010, Romney ha tenido un promedio de ingreso anual de 14 millones de dólares y ha pagado un 14.1 por cien de impuestos. Se acogió al modelo de tributación de George W. Bush para las grandes fortunas. Último, y grave, su compromiso de atacar a Irán. En su viaje a Israel, en julio, el candidato republicano exigía a Teherán la inmediata e incondicional rendición. Inaugurar una presidencia con una guerra nuclear no es aconsejable. Un respetado republicano, David Brooks, distin- guía la semana pasada dos corrientes en su partido: la de los republicanos económicos, admiradores del riesgo, reacios a las regulaciones del poder federal, defensores de la creación de riqueza, aunque implique aventuras poco explicables... Y la segunda, la de los conservadores que se resisten a ver la sociedad como un campo de batalla entre el sector privado y el gobierno. Son los que proponen una América más armónica, en la que el individuo, la familia, el barrio, la oficina, la religión, formen con el poder un entramado sostenible, vivible. Romney explicó en privado, en la cena de mayo, que este último modelo le traía sin cuidado. Bill Clinton respondió de inmediato: Si quiere usted una sociedad en la que cada cual vaya a lo suyo, vote a Romney. Es un camino, añadamos, por el que se puede llegar, no es un chiste, al caso de la simpática businesswoman neoyorquina Leona Helmsley, Nosotros no pagamos impuestos, los impuestos los paga la gente corriente... Ese menosprecio hacia el americano medio puede pasar factura el 6 de noviembre. Casi 300 millones de ciudadanos esperan que el estado les escuche y atienda en su vejez o enfermedad, a cargo del dinero pagado durante toda su vida activa. Obama ha dudado o retrocedido lamentablemente ante asuntos graves. Pero ha dado cuatro grandes batallas en la reforma sanitaria y en la asistencia, es decir en el seguro médico obligatorio. Lo cual lleva al apoyo, se diría hace dos siglos, a los desamparados. Se ha batido también por la defensa de la enseñanza, sobre todo matemáticas y tecnologías, ante el acceso a la universidad. Último pero no menos importante, ha comenzado a introducir, poco a poco, un nuevo concepto de la guerra. Todo puede cambiar en los debates, pero es dudoso. Michigan y Ohio, estados claves, dudan: allí está General Motors, Ford y Chrysler. Romney defendió el cierre de 570 empresas proveedoras del automóvil y se ha tomado nota. Hoy los tres gigantes, con GM a la cabeza, trabajan mañana, tarde y noche a pleno rendimiento. Si no fuera por la torpeza de Romney, hubiera sido más cuesta arriba la remontada de su adversario. En los años 1980, una tasa de paro superior al 7 por cien impedía ser reelegido. Pero los errores se pagan. El dinero pesa. Aunque las ideas también. Y los sentimientos.

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