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ABC MADRID 26-09-2012 página 61
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ABC MADRID 26-09-2012 página 61

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2012 abc. es AGENDA 61 NECROLÓGICAS ENRIQUE NIEVA (1935- 2012) Enrique Nieva Muñoz nació en Lora de Estepa, Sevilla, el 26 de mayo de 1935 y ha fallecido en Madrid el 27 de julio de 2012. Fue general de división y subdirector general de operaciones de la Guardia Civil. Como coronel se le encomendó la creación del Seprona y mandó las comandancias de Baleares y Madrid antes de llegar a ser el número uno del benemérito cuerpo. l día que le hicieron general fue cuando más tiempo seguido le he oído hablar. Hizo un discurso. Dijo que amaba el verde, el hojiblanco de los olivos de la tierra, el oscuro de la jara del monte andaluz, el luminoso de la campiña en abril y el del uniforme que vestía desde hacía casi cuarenta años. Habló de más cosas y en todas se palpaba el amor a la tierra y al Cuerpo. Antes y después de eso, solo frases cortas pero llenas de significado e intención. Pensamientos mayormente. A lo séneca. Fundía palabras en una para, destilando ironía, decir varias cosas de una vez. Tenía gesto serio, incluso adusto, disuasorio del bromista, él que tanto lo era. Hablaba si era preciso y de modo preciso, claro y tajante bajando el tono para quitar dureza a su mensaje. Todo parecía hosco en un hombre tímido que vivía para adentro y que se manifestaba a borbotones. Conocía todos los árboles, arbustos, flores y yerbas por su nombre, muchos en latín y era en el campo donde se sentía en plenitud. No había detalle geográfico que no conociera ni país del que no supiera su bandera. Recto en su conducta, enemigo del boato, sencillo en los gustos y modesto en su aspecto y en su trato. Pero cuando, de vez en cuando y en confianza, se dejaba ir, había que estar atento para empaparse de su sabiduría, disfrutar de su humor inteligente y socarrón y sentir los retazos que se le escapaban de su cálida humanidad. En la Guardia Civil lo fue todo. En los empleos de teniente, capitán y comandante alterna destinos en seguridad ciudadana, entonces Servicio Rural (Estepona, Algeciras, Jaén y Vitoria) y en Tráfi- E CARÁCTER Y SABIDURÍA co (Barcelona, Cádiz, Academia de Tráfico, Burgos y País Vasco) donde jugó un importante papel en la consolidación de la naciente agrupación. Por entonces se licenció en Políticas por la Complutense. Como teniente coronel ostentó el mando de las comandancias de Baleares y Madrid. Como coronel, en el Seprona. Como general de brigada en la zona de León y como general de división fue primero subdirector general de personal y por último número uno de la Guardia Civil como subdirector general de operaciones, igual que antes y siempre lo fue de su promoción. Tocó, pues, todos los palillos y algunos muy sonoramente pues a él se confió como Coronel la creación del Servicio de Protección de la Naturaleza, unidad de altísima reputación dentro y fuera de España y que de modo tan notable ha agrandado el prestigio de la institución. Y cuando el reglamento le retiró del servicio activo, buscó la forma de seguir sirviendo, inventándose la Hermandad de Amigos del Benemérito Cuerpo, nombre que también le retrata, de la que fue fundador y primer presidente y en la que ha estado trabajando hasta casi el momento mismo de morir, siendo otra vez ejemplo de estoicismo y temple en su lucha con la enfermedad, a la que obligó a convivir con su dedicación plena al servicio de la Hermandad. No pretendo agrandar sus virtudes; siempre he pensado lo mismo, pero ya no me puede impedir que se lo diga. Ahora, en sus cenizas, se mezcla para siempre con la tierra, que tanto amó. Que Dios acoja a su lado al insólito ejemplar de hombre y al inmenso guardia civil. FRANCISCO ALMENDROS HENRY BAUCHAU (1913- 2012) EL PSICOANALISTA POETA abría cumplido cien años en enero, es decir que Henry Bauchau era, de lejos, el decano de los escritores belgas hasta este viernes pasado, cuando falleció mientras dormía en su domicilio de París. Bauchau fue una mezcla heterodoxa de escritor, psicoanalista y activista político, algo que se explica bien con una biografía como la suya, marcada por el incendio de su casa natal de Malinas (Bélgica) por las tropas alemanas en la Primera Guerra Mundial y su paso por la resistencia en la Segunda, después de un espinoso periodo de colaboración con el servicio de trabajo voluntario de los nazis. Es decir, Bauchau fue un testigo de primera mano de las grandes convulsiones europeas del siglo XX, incluyendo la independencia de Argelia, el mayo del 68, el desgarro lingüístico de los belgas; no puede extrañar que acabase haciendo del psicoanálisis su principal dedicación, sobre todo desde que decidió instalarse en París después de la guerra y se introduce en el círculo de Albert Camus. Fue sobre todo un poeta. La poesía- -solía decir- -es el arte de la paciencia, a través del que hay que tomarse el tiempo que haga falta para revisar H Henry Bauchau nació en Malinas el 22 de enero de 1913 y ha fallecido en París el 21 de septiembre de 2012. Fue un psicoanalista, poeta, dramaturgo y novelista, miembro de la Real Academia de la Lengua y la Literatura francesas de Bélgica. continuamente lo que se hace, hasta que llegas a la convicción íntima de que ya no se puede ir más allá Siguiendo esa máxima, no publicó su primera recopilación- Geología -hasta los 45 años, en 1958, pero con tal fuerza que fue galardonada con el premio Max Jacobs. Aunque residía en París, Bauchau había decidido legar sus archivos a la Universidad Católica de Lovaina (UCL) donde había hecho sus estudios de Derecho, años antes de que los alocados instintos del nacionalismo lingüístico acabasen seccionándola en dos. Un poema inédito que está previsto que sea publicado en enero puede considerarse como su despedida: Je ne regrette rien, je peux le dire en toute confiance, mais quelque chose en moi est regretté beaucoup. Tant d erreurs, tant de joies, tant de lumière, de pluies luisantes entre les feuilles. Y a- t- il d autres choses à dire que celles qu on ignore, Que l on poursuit dans les rêves et dans les vaet- vient d une pensée imminente? Je l ignore, je l ignorerai toujours Jusqu à ce moment merveilleux où coïncideront enfin le tout et le rien. ENRIQUE SERBETO

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