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ABC MADRID 10-08-2012 página 86
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VIERNES 10.8.2012 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.288 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. LIBRO DE VIAJES VISTO Y NO VISTO POR IGNACIO RUIZ QUINTANO DESOLACIÓN l cumpleaños de la crisis (cinco años ya) me coge en la playa, que es la desolación de oír a gentes de Madrid llamarse Joel o Brigitte, como nuestros héroes olímpicos. En la playa, a la desolación de los nombres se une la desolación de los montes: montes de Venus vaciados como montes de Piedad. La única hipótesis verosímil del cambio climático la formularon unos colombianos constituidos en oenegé para luchar contra la desertización, por culpa del bikini, de esa ensortijada gracia oscura cárcel de luz, recóndita angostura En la siesta de la playa uno no piensa en las barbas de Gordillo, que son como las de un Camilo Cienfuegos comprado en un chino, sino en lo que el buen rey Salomón anotó en sus Cantares -Corre, amado mío, corre como un venado, sobre los montes llenos de aromas. Tu ombligo es un ánfora donde no faltan vinos aromáticos. Tu vientre, un haz de trigo rodeado de azucenas... En su lucha contra el fascismo el fascismo de la vulgaridad denunciado por Steiner) los defensores del monte de Venus condenan el talado atentatorio contra la estética, el erotismo y la sensualidad. -El primer día de la tala, su apariencia... podríamos decir, con mediana ternura, que es como el cachetito del Niño Jesús Tres días después de la catástrofe ecológica, el haz de trigo del rey Salomón adquiere la apariencia de un cachete de trompetista sin afeitar... Para el hombre ajeno a la socialdemocracia, la mítica felpa del uruguayo Ángel Facal ...y tu vientre es una ofrenda de los más dulces venenos, donde florece la felpa en un triángulo perfecto perdió su encanto. -Un monte de Venus acometido por el viento es música de hadas para el sentido del oído. A monte de Venus talado, oídos sordos. E La paradisiaca playa Longbeach, en Ciudad del Cabo; debajo, Nelson Mandela ABC Décadas antes de que el apartheid dilapidara sus costas, ya era la Riviera regional EDUARDO S. MOLANO CORRESPONSAL EN NAIROBI Ciudad del Cabo, 466 64 Quizá en preaviso a mentes malintencionadas, y al contrario de lo que pudiera parecer, durante estos años los turistas europeos no fueron los únicos en disfrutar de estas costas. Mientras que la zona conocida como Roggebaai servía de habitual centro de reunión de los pescadores locales, la playa de Woodstock acostumbraba a ser refugio (o casual resort de vacaciones) de los trabajadores locales del distrito seis, sede habitual de las fábricas de la ciudad. Años de gloria, convertidos en simple recuerdo, tras la legislación oficial del apartheid en 1948. Un segregacionista régimen que desembocaría en la decadencia humana (y sobre todo moral) de la línea costera. Habría que esperar, no obstante, hasta la década de los 90 para que el Waterfront recuperara todo su esplendor. Para que los cerca de tres millones de turistas que cada año visitan la ciudad recorrieran de nuevo la Table Mountain, una montaña amesetada con las mejores vistas de toda la ciudad, o el Cabo de Buena Esperanza. Costas donde los tiburones dictatoriales del pasado se hunden ahora en sus playas (quizá junto a Estados Unidos y Australia las aguas más plagadas de escualos del mundo) y donde no es extraño encontrarse con algún turista trasnochado que porte una camiseta con la cifra 466 64, el número de preso de Nelson Mandela durante sus años carcelarios. Es la ley del eterno retorno sudafricano, que diría alguno. 66 64. Es el invierno de 1964 y el expresidente sudafricano Nelson Mandela, por entonces considerado peligroso disidente político, llega a Robben Island, un mausoleo carcelario situado a apenas siete kilómetros de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) donde pasaría 18 de sus 27 años de cárcel. Durante ese periodo tan solo le sería permitido recibir un visitante cada año, nunca por más de 30 minutos. Desde su habitación, tan solo contaba con el recuerdo de tiempos mejores. Por aquel entonces, en Ciudad del Cabo poco o nada quedaba ya de la belleza rústica que a principios del siglo XX atrajera a centenares de turistas hacia sus costas. En aquellos años, las fastuosas obras del pintor James Ford recorrían el imaginario colectivo de una ciudad que luchaba por convertirse en la puerta de África para el colonialismo de sombrilla y bañador a cuerpo completo. No en vano, como destaca el historiador Nigel Worden, para la gloriosa (y decadente a partes iguales) década de los 20, la localidad ya era conocida como la Riviera de Sudáfrica Todo ello gracias al príncipe Alfredo, segun- 4 Qué comer: Pigalle, 57 Somerset Road, Greenpoint. Mejor en buena compañía, ofrece el mejor marisco. Para ver: Robben Island, prisión donde Mandela pasó 18 de sus 27 años de cárcel, o Table Mountain, una montaña amesetada con las mejores vistas de la ciudad. También su comunidad de pingüinos africanos. Dónde alojarse: One Only Cape Town Dock Road, Victoria Alfred Waterfront. Uno de los hoteles más lujosos. Datos útiles do hijo de la Reina Victoria, quien, solo unos años antes, había encargado la construcción del moderno Victoria Alfred Waterfront, un puerto pesquero convertido en la actualidad en la atracción más visitada del país.

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