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ABC MADRID 22-07-2012 página 96
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  • EdiciónABC, MADRID
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96 DEPORTES DOMINGO, 22 DE JULIO DE 2012 abc. es deportes ABC 1992 Los recuerdos de los Se cumplen 20 años de los Juegos Olímpicos que cambiaron la historia del deporte español. Hemos hablado con los protagonistas de un momento mágico que acabó con los complejos JULIÁN MÉNDEZ A ntonio Rebollo era un robot en la tórrida noche barcelonesa del sábado 25 de julio de 1992. A este arquero poliomelítico le tocó en suerte encerrar en la punta flamígera de su flecha todas las esperanzas de un país. Su tiro de 60 metros acertó a incendiar el pebetero, libre de palomas, según se supo luego, gracias a un emisor de ultrasonidos que evitó el bochorno del achicharramiento olímpico de las aves, como había sucedido cuatro años antes en Seúl. Aquel lanzamiento con suspense ocupa un lugar privilegiado en el decorado de nuestra memoria. Ese recuerdo y un puñado de 22 medallas (trece de oro, siete de plata y dos bronces) son la mejor cosecha del 92. Quienes vivieron aquellos días felices, los protagonistas de un verano inolvidable que colocó al deporte olímpico español en un lugar nunca igualado, recuerdan ahora esas semanas de júbilo colectivo y de amigos para siempre. Fue algo que te cambia la vida resume Miriam Blasco, judoka y la primera medalla de oro femenina del olimpismo español. Si Barcelona tuviera su póquer de ases, Fermín Cacho formaría parte de esa mano ganadora. La foto de los Juegos Olímpicos de Barcelona es mi imagen entrando con los brazos abiertos en meta. España se quedó con esa imagen en la retina resume el atleta soriano. El oro en 1.500 conserva su dorsal, el 404, en un armario de casa, junto a la bandera española que paseó, exultante y al trote, sobre el tartán del Estadio Olímpico de Montjuïc. Milagros, su madre, había comprado la enseña el mismo día en que nació Fermín y aguantó con ella en casa para desempolvarla en Barcelona, 23 años después. En el mismo cajón reposan las deportivas Joma del 41 que calzaba aquel día. No son las más sofisticadas, pero son mis zapatillas voladoras sonríe Fermín Cacho. Los 3: 40: 12 en que detuvo el crono en el estadio tras colarse por el interior de la cuerda, por la parte del aluminio como dicen los atletas, al keniata Joseph Cheshire le acompañan de por vida. He visto la carrera muchísimas veces, y la sigo viendo, cuando voy por los colegios dando conferencias a los chavales. Alguna vez me la pongo, aun- que no me hace falta: la recuerdo tal y como fue, zancada a zancada suspira el atleta de Ágreda mientras reconstruye, con intensidad de comentarista avezado, aquel 1.500 ante el temido Noureddine Morceli, el gran favorito Es curioso, los días anteriores imaginaba la carrera de 50 formas diferentes y, casualidad, siempre ganaba yo dice con absoluta sinceridad. Eso me dio mucha seguridad, tranquilidad... En la pista no oía nada, no pensaba en nadie ni en nada... señala. A 100 metros cambié de ritmo... Cuando quedaban 80 pensé algo muy malo tiene que ocurrir para no ser campeón olímpico A 40 metros ya levanté los brazos se relaja Cacho tras el sprint final y la confidencia. BORJA AGUDO Las chicas de oro El equipo español de hockey hierba en Barcelona 92, reunido en Santander, con Mercedes Coghen al frente. A la derecha, celebrando un gol. El paso del tiempo Corrí el penúltimo día, así que disfruté de los éxitos del deporte español dentro de la Villa Olímpica. Había una efervescencia enorme Fermín Cacho tiene ahora 43 años, pesa 79 kilos (el día del oro andaba más fino y dio 63 en la báscula) sobrevivió en 2002 a una meningitis y pasa unos días de vacaciones en la malagueña Benajarafe acompañado por su esposa, Susana, y por Macarena, Patricia y Paola, sus tres hijas, jugadoras de baloncesto. Les cuento cosas. Saben lo que ha sido su padre confía, ufano. Lo que es hoy Fermín tiene mucho que ver con el deporte, con su trabajo para el equipo de atletismo Divina Pastora, que le llevó a visitar a menudo Andújar. Allí conoció a su mujer, maestra. Fermín, un trotamundos de la media distancia, vive en el corazón de Sierra Morena. Soy un camaleón. Me adapto a cualquier ambiente. Salí de casa con 16 años suspira. Mi vida cambió mucho en Barcelona. En lo económico, claro, y también en lo deportivo: ya no era un desconocido. Tenía 23 años, no quería conformarme. Y no lo hice Cacho conquistó la plata en Atlanta, cuatro años después. Esa medalla tuvo igual sabor que el oro La regatista Theresa Zabell sí logró el doblete. Hilvanó el oro en 470 de Barcelona con otra presea áurea en Sava- Imagen del triunfo Fermín Cacho posa en la playa de Benajarafe, desde donde recuerda su victoria en el 1.500. ÁLVARO CABRERA Fermín Cacho Es curioso, los días previos imaginaba la carrera de 50 maneras diferentes... y siempre ganaba yo nnah en la misma clase. La navegante malagueña, antigua eurodiputada del PP, fundadora y presidenta de la Fundación Ecomar, es hoy activa embajadora de la Candidatura Olímpica Madrid 2012 y representante destacada de la vela, el deporte más laureado del olimpismo español. Pese a las 17 medallas que atesoran nuestros tripulantes y que colocan a España en la vanguardia náutica mundial, Zabell aún se sorprende del aparente divorcio con velas, mástiles y timones en un país con casi 7.000 kilómetros de costa y un clima privilegiado. El mar es gratis anima. Cuando echa la vista atrás, asoman los días felices de Barcelona, el momento en que los españoles perdimos el complejo de que los deportistas de élite surgían aquí de forma excepcional y esporádica subraya. Una ciudad que los regatistas conocían al dedillo ya que habían pasado años entrenando en aguas del puerto, conociendo cada racha y cada nube... Nos sentíamos como en casa; veníamos mucho a entrenar. El Puerto Olímpico era nuestro, porque lo vimos construir. Hubo muchos días en que solo estábamos nosotros y los obreros sonríe. Han pasado 20 años, pero, para los EFE EFE

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