ABC MADRID 04-05-2012 página 102
- EdiciónABC, MADRID
- Página102
- Fecha de publicación04/05/2012
- ID0006093509
Ver también:
VIERNES 4.5.2012 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. DiarioABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.190 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Att. al cliente 902 334 555. EL PULSO DEL PLANETA Mazinger Z, el cuarentón ¡Puños fuera! El dibujante Go Nagai celebra en el Salón del Cómic de Barcelona el cumpleaños del más famoso ingenio mecánico de los años setenta DAVID MORÁN BARCELONA VISTO Y NO VISTO POR IGNACIO RUIZ- QUINTANO ALIRÓN D P ara el recientemente fallecido Moebius, el manga era algo algo así como una plaga, una epidemia, pero para Go Nagai (Wajima, Japón, 1945) es lo más parecido a una bendición. Nunca llegué a imaginar que estaría tan extendido. El boom de los últimos diez años ha sido una satisfacción inesperada confiesa pocos segundos después de arrancar pulcramente de un cuaderno un dibujo que acaba de improvisar para una cadena de televisión. Un dibujo, faltaría más, de la cabeza de la más celebre de sus creaciones, acaso la primera en abrir la puerta al universo del cómic japonés y todas sus ramificaciones. Porque Nagai, además de ser uno de los invitados estrella del XXX Salón del Cómic de Barcelona, es el insigne creador de Mazinger Z, el gigantesco robot de brazos turbopropulsados y pecho flamígero que se convirtió en 1978 en el primer anime japonés en colarse en la televisión española. Ese mismo año los alemanes Kraftwerk cantaban alegre y mecánicamente aquello de We are the robots pero antes, en 1972, Nagai ya había entintado en un manga las aventuras de este gigantesco ingenio mecánico. Icono generacional Y ese, en efecto, sí que era el robot, un icono generacional, que celebra estos días su 40 cumpleaños fresco, lozano e igual de gigantesco que esa estatua de doce metros anclada en la urbanización Mas de Plata, en Cabra del Camp (Tarragona) Al principio me pareció que no era realista que fuese tan grande, pero como era ficción pensé que el mundo del manga me lo perdonaría bromea el dibujante japonés, para quien la fusión entre humano y robot era una de las partes esenciales de la historia. Como el piloto está dentro, cuando el robot recibía un golpe él también sentía el dolor explica el dibujante japonés. No es causal que el también autor de otros célebres títulos, como Devilman Violence Jack y Cutie Honey saque a relucir algo como el dolor en una charla aparentemente recreativa. Y es que, tal y como apunta Nagai, tras ese festival de colores y esos gritos de guerra que, como los archiconocidos ¡puños fuera! o ¡fuego de pecho! fueron repetidos du- GO NAGAI, EL PIONERO. Con Mazinger Z no solo creó la ficción un robot tripulado por un humano (Koji Kabuto) sino que además sirvió para divulgar el manga y el anime en España rante años con ímpetu infantil, se escondía algo mucho más intenso y profundo. Creo que he conseguido transmitir el mensaje del sinsentido de destruirnos unos a otros. Me preocupa mucho ese empeño del ser humano en destruirse, y no solo físicamente; también psicológicamente relata un creador que acaba de ver cómo, lejos de caer en la crisis de los cuarenta, su criatura metálica está a punto de rejuvenecer gracias a una reedición en tres tomos con la que Norma Editorial recuperará las más de mil páginas originales del manga publicado entre 1972 y 1973. espertar después de un puente (vacacional) y encontrarse con dos invitaciones. Una, de la Asociación de la Prensa para una concentración de periodistas, oh, justicia poética, bajo un puente (el de Juan Bravo, donde la sirena varada de Chillida) en defensa de un periodismo que murió de éxito y faltas de ortografía. La otra, de los amigos, para ir a Cibeles a cantar el alirón ganado por el Madrid en San Mamés, o la catedral para el vulgo, que es Roures, cuyos locutores de barraca no saben que lo de catedral (me lo contó Bonifacio, el pintor, que era de la Real) viene del andamiaje de la obra, que a los lugareños les parecía otra NotreDame, como ocurre hoy en Mejorada del Campo con la catedral de Justo Gallego. Hermoso partido, el del alirón, y la constatación de que la doctrina Nanclares sólo se aplica a los españoles, dado el trato dado a los portugueses Pepe y Cristiano, al que Javi Martínez tomó por Andy Warhol. Tenía Antoni Miralda un restaurante en Nueva York El Internacional en Tribeca) de cierto copete cultural y una noche fue a cenar Andy Warhol, pope y antañón. Entonces una camarera decidió falsar con Warhol la teoría Warhol del cuarto de hora de gloria asignado a todo quisque, y vació sobre el padre del pop art una fuente de ensalada. ¿Que hacía Javi Martínez en plan Marlboro Man, ya duchado, en el césped con Cristiano? Pues lo mismo que la camarera de Miralda con Warhol. -El cielo de la Fama- -dijo Unamuno, que era de allí- -no es muy grande: cuantos más entran en él a menos tocan cada uno de ellos. Mou ya ha desalojado al Pep.