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ABC MADRID 04-05-2012 página 45
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ABC MADRID 04-05-2012 página 45

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES, 4 DE MAYO DE 2012 abc. es ABC delOCIO 45 Caribe mix. El filme retrata la vida (a veces relajada) de un periodista sui generis en el Puerto Rico de los años 50 y 60 Quemarse a lo gonzo LOS DIARIOS DEL RON Dirección: Bruce Robinson. Intérpretes: Johnny Depp, Aaron Eckhart. País: EE. UU. 2011. Duración: 120 min. OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE H -Pero también era un hombre de excesos... -Sí, sin duda. Todo el mundo esperaba que montara un circo a la mínima. Yo fui testigo de cómo entró en un bar con una pistola de goma y amenazó a todo el mundo durante diez minutos. Desde luego, él era un hombre siempre al límite, pero también una persona muy inteligente y sensible. -Bill Murray dijo una vez que, cuando se interpreta a Hunter, es imposible quitárselo de la sangre. -Cierto, nunca te deja. Recuerdo que en mi primer día de rodaje de Miedo y asco en Las Vegas recibí una llamada de Bill Murray, y me dijo: Quiero avisarte de algo. Ten cuidado cuando interpretes a Hunter porque nunca te abandona Nadie me ha dicho nada que fuera tan cierto. Hunter jamás se marcha, de hecho sigue dentro de mí, presente todos los días de mi vida. ¿Qué destacaría de su estilo literario y periodístico? -Me fascina su individualidad, su originalidad, su capacidad poética, su belleza, su increíble talento para identificarse con las personas. Hunter elegía a alguien y lo describía al dedillo en cuestión de segundos. Era un hombre intuitivo pero dulce. Te sorprendía cómo entendía y calaba a la gente. Obsesión personal. Depp ya dio vida a Thompson en Miedo y asco en Las Vegas Sabía detectar quién merecía la pena y quién no era trigo limpio. Nadie le tomaba el pelo. De delincuente a periodista ¿Qué significa para usted, a estas alturas de su vida, interpretar a un hombre que se tomaba la vida de forma idealista y sin cinismo? -Un honor y una responsabilidad. Afortunadamente, pasé mucho tiempo con Hunter, lo conocí bien y hablamos sobre esos años de su vida; incluso su infancia, ya que pasó de ser un delincuente juvenil a convertirse en un soldado del Ejército del aire, y después un periodista. Hunter copiaba a todas horas El gran Gatsby para saber lo que significaba escribir una obra de arte. Como actor no soy Hunter, sino mi visión de Hunter. Los diarios del ron está hermanada con Miedo y asco... -Es inevitable, ya que ambas pertenecen a la vida de Hunter. Aunque cada película cuenta su historia de una forma distinta. Esta es pura dinamita. ¿Alguna vez ha escupido fuego, como Hunter en la película? -Sí, cuando era joven también escupía fuego. Literalmente (risas) Era tan estúpido que tragaba gasolina y la expulsaba para hacer una antorcha humana. Me he quemado varias veces el pelo haciendo eso. Es algo muy raro cuando sientes que tu cabeza está ardiendo. Una vez sufrí un ataque de pánico, y cuando el pánico te invade corres, que es lo peor que puedes hacer cuando te estás quemando. Un amigo mío me abrazó y me limpió. Creo que me salvó la vida. ¿Cree que la obra de Hunter Thompson seguirá interesando a las nuevas generaciones? -Por supuesto que sí: su voz, su cerebro, su mente son los de un auténtico revolucionario. Nadie puede explicar sus ideas ni imitarle. Eso es lo que las nuevas generaciones tienen que aprender y valorar. Y yo pienso dar a leer sus libros a mis hijos... ABC Todos esperaban que Hunter montara un circo: una vez entró con una pistola de goma y amenazó a todos. Pero era un caballero, sensible y dulce unter S. Thompson, autor de la achispada novela que le da título y horma a la película, es uno de los inventores de eso llamado periodismo gonzo, que consiste, básicamente y salvo excepciones, en ponerse hasta arriba para interpretar y expresar la actualidad y construir con ello (o sea, la curda y la resaca) las noticias; de este celebrado escritor contracultural y setentero ya tuvo noticia el cine con Miedo y asco en Las Vegas un delirio de Gilliam con Depp como anticipo de esto que ahora es Los diarios del ron que ha dirigido con mucha menos singularidad Bruce Robinson. Lo que sí tiene esta película es clima, pues una brisa y un color caribeños acompañan al personaje, el ajumado periodista que interpreta Johnny Depp y que relata entre vapores algunas de las vivencias o somnolencias del propio Thompson a su paso por un periódico de Puerto Rico. Y tiene, desde luego, todo el ímpetu del actor por atrapar algo de su admirado personaje, de inocularle encanto y hasta un punto de solidez ética en lo que parece solo fluidez etílica. Se introducen con calzador una historia de amor y otra de corrupción inmobiliaria, y se mezclan con una idea romántica del periodismo para darle consistencia argumental, pero nada de ello consigue sostenerse en pie, como esos mismos reporteros que se pasan la noche buscando la noticia en el fondo de un vaso pringoso y que interpretan al borde de la baba Giovanni Ribisi y Michael Rispoli. La película funciona al margen de lo que cuenta y de una forma inconexa, como el espíritu que la alienta, combinando momentos huecos con otros rebosantes, como la disparatada noche en la que Amber Heard, la impresionante chica de la historia, se pierde entre ritmos y tersuras caribeñas. Es discutible que Depp haya atrapado el alma de Thompson, y si se trataba de eso podría considerarse la película como una decepción; pero tal vez lo que quería Depp era un cruce de elogios a su amigo Thompson, al periodismo libre y al cuba libre. Ahí están.

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