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ABC MADRID 16-04-2012 página 74
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ABC MADRID 16-04-2012 página 74

  • EdiciónABC, MADRID
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74 CULTURA LUNES, 16 DE ABRIL DE 2012 abc. es cultura ABC Caballero Bonald No voy a escribir más. Me he quedado sin ganas y, sobre todo, sin tiempo NOVELISTA Y POETA BJosé Manuel Caballero Bonald, el poeta más viejo de la Península Ibérica un grande del español, se despide de la literatura con Entreguerras ANTONIO ASTORGA MADRID José Manuel Caballero Bonald (Jerez, 1926) novelista, poeta, memorialista, premio de la Crítica (tres veces) Ateneo de Sevilla, Andalucía y Nacional de las Letras, Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, Nacional de Poesía, Internacional García Lorca, ABC Cultural Ámbito Cultural... sobrevivió a dos naufragios: el primero, años sesenta, en el río Magdalena, en viaje fluvial hacia Barranquilla desde Puerto Berrío; el segundo, dos décadas después, en la desembocadura del río Guadalquivir, a bordo de su velero. Un código secreto marino estipula que quien sobrevive a tres naufragios tiene ganada la inmortalidad... Entreguerras (Seix Barral) es su postdata literaria? -No voy a escribir ningún otro libro. Este me ha dejado exhausto, ya he contado en él todo, me he quedado sin ganas y sobre todo sin tiempo... Supongo que algún que otro poema se me cruzará y no me resistiré... ¿A qué se dedica ahora? -A la lectura, la jardinería y la vida contemplativa. Y me cura de algunas manías, incluso las persecutorias. -Son tres mil versículos, nada satánicos, sin signos de puntuación. Entreguerras es un poema de tipo fluvial, con sus afluentes, meandros, desbordamientos, un largo soliloquio alrededor de mi memoria. Y ya se sabe que la memoria funciona de un modo muy arbitrario, desigual. -Usted, cuenta, llegó a Madrid desde el voluble sur al virulento gris... ¿Cómo deambuló? -Eran tiempos muy oscuros, hostiles. Llegué en 1952 y aún estaban muy presentes los lastres de la guerra: hambre, miedo, frío, zozobras. No me resultó fácil aclimatarme. ¿Qué es la Literatura, poeta? -Una interpretación, una sustitución de la realidad, no una copia. Me gusta internarme por las zonas prohibidas de la memoria. -En este libro- poema biográfico está su vida y sus amigos. ¿Se siente náufrago de la generación del 50? -Sí, lo soy en el sentido de que todos esos escritores amigos ya se han muerto. Los únicos que quedamos somos Paco Brines y yo, pero Brines es bastante más joven. Yo debo ser ya el poeta más viejo de la Península Ibérica, lo que no deja de ser meritorio. -Se bebían la vida a chorros en nocturnas geografías de trámites correlativamente provisorios... -Intentábamos oponer a la mediocridad del ambiente una voluntad compulsiva de ser felices, de hacer de la noche un espacio de libertad en medio de aquella falta de libertades. -Evoca en Entreguerras a María Rosa y Ángel y Carmina y Beatriz y Lola y Juan atravesando la densísima estopa y parajes irresolutos. -Conservo el sedimento del recuerdo, no el recuerdo. Aquello podía ser la contrapartida desenfadada a una vida cotidiana anodina, insulsa, llena de sobresaltos, de incertidumbres... -Y de Madrid zarpó a Colombia. -Bogotá es una de mis patrias predilectas. Allí profesé tres años en la Universidad Nacional, tuve mi primer hijo, escribí mi primera novela, navegué por su gran río, me perdí por la selva, tuve amigos fraternos. -Y arrecian sus padrinos literarios. -Yo también tengo mi listado de maestros. A efectos literarios dentro de la órbita de la lengua española, y al lado de Valle- Inclán, de Juan Ramón Jiménez, de Cernuda, de Lorca, algunas de mis máximas referencias literarias han sido César Vallejo, Carpentier, Onetti, Borges, Neruda, Rulfo, Lezama Lima, García Márquez... -De su primer libro, Las adivinaciones a Entreguerras pasan sesenta años. ¿Con cuál se queda? -Con la etapa poética que se centra en Ágata ojo de gato y Descrédito del héroe y con la que se inicia en Diario de Argónida y llega a hoy. -Medio siglo hace de su primera novela, Dos días de septiembre ¿Por qué renunció a la narrativa? -Perdí el interés por la novela hace ya bastantes años. El realismo, el naturalismo, no me servían, y no me parecía oportuno volver a la poética de Ágata ojo de gato mi novela que RAFAEL CARMONA más quiero. Preferí abandonar. ¿Le dolió que le calificaran como antijerezano por Dos días. -Bueno, sí, algo me dolió, sobre todo porque mis paisanos no supieron entender que también se critica lo que se ama. Pero eso es ya agua pasada. ¿Andalucía es hoy un campo de agramante? -Andalucía ha cambiado mucho. Se han superado muchas lacras históricas, muchos tópicos impresentables, muchos desafueros sociales, aparte de lo que Ortega llamaba la quincalla meridional Andalucía es ahora más consciente, creo yo, de su auténtica identidad. Sólo queda esperar que se extingan los últimos andaluces profesionales, los últimos cascabeleos, los últimos lastres de su historia social... ¿Ama el barroquismo, Caballero? Andalucía Sólo queda esperar que se extingan los últimos andaluces profesionales La inmortalidad Me produce vértigo pensar en algo que no tiene ni principio ni fin -El barroco es un buen modelo para ir descubriendo ese enigma que hay detrás de toda realidad. El barroco no tiene nada que ver con ninguna complicación léxica o sintáctica o con una acumulación de bellos términos para llenar un vacío, sino que se trata de la búsqueda de esas palabras que articuladas de cierta manera definen una nueva realidad, la realidad creada. Las palabras en poesía tienen que significar algo más de lo que significan en los diccionarios. Comparto la idea de que la poesía es un hecho lingüístico, un acto de lenguaje, y ese acto supone una vigilancia extrema en el uso selectivo de las palabras. ¿Se acaba su Literatura, maestro? -Habrá que tocar madera, digo yo. Se ha acabado un plazo. Este libro es una suma de últimas voluntades. -Árbol, agua o piedra, ¿en qué le gustaría reencarnarse? -En todo eso junto. Un día pasaré a formar parte de una naturaleza que ha sido el eje de mi propia educación sentimental: el Coto de Doñana. ¿La vejez es una cabronada con viruelas? -La vejez es una cabronada a secas. -Se ha ganado la eternidad y la inmortalidad. ¿Cree en ellas? ¿Que me he ganado qué? La eternidad, inmortalidad y todo eso son conceptos absolutamente incomprensibles para mí. Tengo una mentalidad racionalista, o demasiado simplista, y me desazona, me produce vértigo el simple hecho de pensar en algo que no tiene ni principio ni fin.

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