ABC MADRID 28-02-2012 página 68

68 AGENDA MARTES, 28 DE FEBRERO DE 2012 abc. es ABC NECROLÓGICAS MANUEL DE SOLÀ- MORALES (1939- 2012) A Manuel de Solà- Morales nació en Vitoria (1939) y murió ayer lunes en Barcelona. Arquitecto, urbanista, es autor del Moll de la Fusta, con el que la capital catalana comienza el proceso de apertura al mar. Ideólogo de la transformación urbanística previa a los Juegos Olímpicos, firma innumerables proyectos de regeneración urbana en todo el mundo. PADRE DE LA BARCELONA MODERNA portantes han estado casi siempre vinculados a la recuperación de zonas portuarias, como la del Puerto de Amberes (1990- 1993) los frentes marítimos de Porto (1998- 2002) Tesalónica (1998) Trieste (1998- 1999) o Génova (1998) o la renovación de la base de submarinos de Saint- Nazaire (1996- 2002) Como arquitecto firma la estación de autobuses de Lovaina y, sobre todo, junto a Rafael Moneo, el rascacielos estirado de L Illa Diagonal en Barcelona (premio FAD 1994) Si la importancia profesional de Manuel de Solà- Morales es notable, casi lo es más su huella en lo teórico y en la docencia, desde su cátedra en la Escuela de Arquitectura de Barcelona (de la Universidad Politécnica de Cataluña) de la que fue director entre 1994 y 1998 y, de manera muy especial, como fundador y director del muy influyente Laboratorio de Urbanismo de Barcelona, creado en 1968 y dedicado a la investigación de la morfología urbana. Fue investigador incansable del Eixample y de la obra de Ildefons Cerdà. Discípulo de Quaroni en Roma y de Sert en Harvard, Manuel de Solà- Morales impartió cursos de urbanismo a lo largo y ancho del mundo (universidad de Cambridge, Nueva York, Santiago de Chile, Lisboa, Harvard, Lovaina, Milán, París, Nanjing, Shanghai, Melbourne... Es autor de numerosas publicaciones, como la muy amena pero profundamente rigurosa Deu lliçons sobre Barcelona (COAC 2009) Nieto, hijo y hermano de notables arquitectos, los méritos de Manuel de Solà- Morales fueron reconocidos con innumerables premios, como el Nacional de Urbanismo (1983) o el Grand Prix de Urbanismo Europeo (2000) Reconocimientos al margen, su huella quedará para siempre fijada en la Barcelona que se reinventó en los años ochenta. ÀLEX GUBERN NTES que de los arquitectos, Barcelona fue la ciudad de los urbanistas, y personalidades como la de Manuel de Solà- Morales, fallecido ayer a los 73 años, son imprescindibles para entender la transformación de la ciudad en estas tres últimas décadas. Sin buen urbanismo no hay buena arquitectura, y viceversa, trataba de explicar una figura que defendió, con todo el alcance de su inteligencia, que no hay división posible entre una y otra faceta, y que eso que ha venido a llamarse arquitectura icónica ha sido más bien un capricho de nuevo rico una enfermedad de la España del ladrillo. Es unos años antes, en el arranque de los ochenta, cuando las ciudades españolas más que edificios de firma requerían un urbanismo reparador, cuando alguien como Manuel de Solà- Morales deviene clave. En su caso, siempre ligado a la capital catalana, se le señala como uno de los ideólogos del llamado modelo Barcelona firmando la que para muchos es la obra fundacional de la transformación de la ciudad durante los ochenta, a rebufo de los Juegos Olímpicos. La reconversión (1981- 1984) del antiguo puerto (Port Vell) en un espacio de uso ciudadano, el Moll de la Fusta, fue tan fundamental para su carrera como para la propia ciudad, que inauguraba en lo urbanístico unos años prodigiosos. La conquista del Port Vell fue el inicio de la apertura definitiva de Barcelona al mar- -en un primer impulso en 1992, y, en un segundo, en 2004, con el Fórum- ganándose kilómetros de playa urbana en un litoral antes usado como vertedero, separado de la ciudad por vías férreas e industrias, y que ahora es una de sus postales más emblemáticas. Como si su trayectoria estuviese marcada por esa obra clave, sus trabajos urbanísticos más im- INFANTA ADELAIDA DE PORTUGAL (1912- 2012) UNA ENEMIGA DE LA GESTAPO L S. A. R. la Infanta María Adelaida de Braganza nació en San Juan de Luz, Francia, el 31 de enero de 1912 y murió en Caparica, Portugal, el 24 de febrero de 2012. Era nieta del Rey Miguel I de Portugal. A Infanta María Adelaida de Braganza falleció el pasado viernes, veinticuatro días después de cumplir cien años y de ser condecorada con la Orden del Mérito por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, en reconocimiento a su trabajo en favor de los necesitados. La Infanta Adelaida era nieta del Miguel I, que reinó entre 1828 y 1834 hasta su derrota por las tropas de su hermano Pedro IV de Portugal Y I de Brasil que conquistó así el trono para su hija la Reina María II. La jefatura de la Casa de Braganza, después de la proclamación de la República, volvió a la línea del Rey Miguel por extinguirse la de la Reina María y la ejerció el padre de la Infanta Adelaida, Don Miguel (II) casado con la Princesa María Teresa de Löwenstein- Wetheim- Rosenberg. Hoy es ejercida por Don Duarte Pío, sobrino de la Infanta Adelaida. Doña Adelaida fue una mujer de gran carácter y durante la ocupación nazi de Austria, participó en grupos de la resistencia. Fue por ello hecha pri- sionera por la Gestapo- -junto con su hermana la Infanta Benedicta- -en dos ocasiones. El dictador portugués, António de Oliveira Salazar, medió para conseguir su liberación tras la primera detención, aunque tras establecerse en Portugal en 1948 mantuvo una actitud de oposición al régimen salazarista. Tras su segunda detención estuvo prisionera de la Gestapo hasta la ocupación de Viena por las tropas soviéticas. Se libró de ser deportada a Siberia por unos documentos- -probablemente falsos- -de la Gestapo en los que se le acusaba de haber cooperado con comunistas austriacos. En Viena conoció al médico holandés Nicolas van Uden, con quien se casó en 1945 y tuvo seis hijos. Durante décadas presidió la fundación Nuno Álvares Pereira para la atención a los más desfavorecidos cuyas circunstancias entendía bien desde sus propias penurias económicas. RAMÓN PÉREZ- MAURA