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ABC MADRID 26-01-2012 página 15
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ABC MADRID 26-01-2012 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 26 DE ENERO DE 2012 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL CONTRAPUNTO ISABEL SAN SEBASTIÁN IMPURAS El jefe de la legación iraní en Madrid insultó a la Reina y a la Princesa de Asturias, y a todas las mujeres españolas S EGÚN la creencia del islam radical que se practica, entre otras naciones musulmanas, en Irán, y que evidencia con su actitud el embajador de ese país en España, un hombre no debe tocar a una mujer ajena a su entorno íntimo, no vaya a ser que ella esté pasando en ese momento por la menstruación o acabe de superar ese ciclo y sea, por consiguiente, impura Tan impura como para contaminarle por el mero hecho de darle la mano. Impura por poseer todos los atributos del sexo que permite a las mujeres concebir en su seno una nueva vida y alumbrarla. No hace tanto tiempo que esa repugnante costumbre imperaba también aquí, de una manera algo más sutil. Las féminas de mi generación recordamos que en los pueblos tener la regla era un impedimento insalvable para emprender labores tan comunes como amasar el pan, ordeñar a las vacas o incluso hacer mayonesa. Sin decirlo abiertamente, se consideraba que el hecho de estar sufriendo la consabida hemorragia era algo sucio, que por supuesto había de llevarse en el más absoluto secreto, hasta el punto de que la mayoría de las chicas llegaba a ese momento decisivo de su desarrollo personal sin sospechar siquiera lo que le estaba pasando. En términos sociales o públicos la mera conde- na a pasar por esa circunstancia una vez al mes nos inhabilitaba para el ejercicio de cualquier función de responsabilidad, otorgando el carácter de enfermedad a lo que constituye un atributo de la naturaleza. Éramos impuras por el hecho de ser féminas. Impuras e inferiores a los varones, libres de tamaña mácula. Ha costado muchos años y mucha pedagogía desterrar semejantes prejuicios del imaginario colectivo. La generación de la que formo parte ha tenido que batallar con extraordinaria dureza para demostrar que la menstruación es algo tan normal como cualquier otro fenómeno fisiológico y enseñar a nuestras hijas a vivirla sin vergüenza ni culpa. ¿Vamos a retroceder ahora ante el avance de un credo que pretende devolvernos a ese pasado de infausta memoria? ¿Vamos a consentir, en silencio, que un misógino fanático invoque su religión, o su cultura o su civilización para ofendernos impunemente con un comportamiento a todas luces vejatorio? Morteza Saffari Natanzi, el jefe de la legación iraní en Madrid, insultó el pasado martes a la Reina y a la Princesa de Asturias al negarse a saludarlas en una recepción oficial como las normas de nuestro protocolo imponen que se salude a las damas. Las insultó a ellas y a todas las mujeres españolas, porque despreció con su comportamiento no sólo nuestra condición de mujeres, sino a las dos mujeres que encarnan la más alta representación institucional de nuestra patria. ¿Dónde están las feministas de carné? ¿Acaso el machismo es aceptable cuando lleva el apellido musulmán o es que tienen miedo de meter el dedo en ciertos ojos? Yo me siento insultada y alzo desde aquí mi voz, en solitario, toda vez que no he oído ni leído una sola palabra de protesta por parte de quien habría debido hacerlo, que es el Ministerio de Asuntos Exteriores o, en su defecto, Zarzuela. No somos impuras, señor Saffari. No lo fue su madre antes de engendrarle a usted ni tampoco su esposa o sus hijas. No nos muestra usted respeto evitando nuestra piel. Lo único que demuestra es que se ha instalado a vivir en la Edad Media. UNA RAYA EN EL AGUA IGNACIO CAMACHO EUROMAJADERÍA Queda pendiente la duda jurisdiccional sobre si el caso de Pepe incumbe al Tribunal de la Haya o al de Derechos Humanos S MÁXIMO I alguna vez han dado en preguntarse para qué sirve un eurodiputado, sepa que ayer dos de ellos denunciaron ante la Comisión Europea al futbolista Pepe, cuyo pisotón en la mano a Messi constituye el último agravio centralista contra la Cataluña libre. Pepe es portugués, pese a su castizo apodo, y Messi argentino pero ambos forman parte mercenaria de esos dos ejércitos simbólicos, Real Madrid y Barça, que últimamente se pasan todo el rato enredados en las trincheras como en un cansino Día de la Marmota futbolero. Lo suyo hubiera sido tal vez que Garzón se ocupara de la célebre agresión y empapelase al marrullero defensa por presunto genocidio, pero dado que el hiperactivo superjuez, que por cierto es culé, anda algo enredado con unos asuntillos en el Supremo han tenido que salir dos oportunas euroseñorías catalanas para internacionalizar el conflicto con una queja muy argumentada sobre la necesidad de sancionar a escala comunitaria la falta de ejemplaridad de los personajes deportivos. Como la protesta ha sido presentada perfectamente en serio, sin atisbo alguno de ironía, con esa ceñuda circunspección tan propia de los nacionalistas, queda pendiente la duda jurisdiccional sobre si el caso incumbe al Tribunal Penal Internacional o al de Derechos Humanos. La nacionalidad de la víctima y la gravedad del delito permiten columbrar que correspondería hacerse cargo a la Fiscalía del TPI, competente en crímenes de guerra. Si prosperase la denuncia, Pepe podría ir a parar a la celda donde estuvo Milósevic en La Haya. Los dos históricos parlamentarios se llaman Ramón Tremosa (CiU) y Raúl Romeva (ICV) y han configurado para la ocasión una suerte de coalición circunstancial, una joint venture que les ha catapultado a la máxima popularidad- -no exactamente admirativa- -en las redes sociales. En estos tiempos de apreturas en que la gente mira con mucha aprensión el destino de los dineros públicos, la iniciativa de este par de minervas no ha cosechado el entusiasmo que tal vez calcularon al aventurarla (decir pensarla sería arriesgado) Más bien ha suscitado el antipático debate sobre la prescindibilidad de sus empleos y el grato salario que reciben por una dedicación tan productiva: alrededor de siete mil euros netos mensuales, dietas, viajes y gastos burocráticos aparte. Se trata, sin embargo, de una polémica desenfocada, aunque comprensible. Porque aunque la majadería resultase más barata no cambiaría su esencial condición majadera. No se trata de valorar el precio, sino la estulticia. Y la estulticia es solemne, reluciente, fantástica. Una de esas boberías colosales, esplendorosas, que resisten toda posibilidad de pasar inadvertidas. España no se ha hundido aún porque los tontos descansan de noche y las horas de sueño merman su productividad. Pero de día hay algunos que hacen horas extraordinarias.

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