ABC MADRID 11-01-2012 página 32

32 INTERNACIONAL MIÉRCOLES, 11 DE ENERO DE 2012 abc. es internacional ABC ALFONSO ROJO LA BOMBA DE LOS BARBUDOS E l camino más directo para convertir un problema en una catástrofe es negar su existencia. O mirar para otro lado, esperando que se resuelva solo. Y eso es lo que casi todos los europeos estamos haciendo con Irán. Si cada vez que abriera usted el viejo álbum de fotos familiar y viera los amarillentos retratos de sus abuelitos pensara que a los desventurados los convirtieron en jabón en uno de los campos de exterminio montados por los nazis en el corazón de Europa hace poco más de medio siglo, sin que nadie moviera un dedo para impedirlo, no se sentiría muy inclinado a confiar su existencia, la vida de sus hijos y el futuro de su país a la diligencia de la comunidad internacional o a la benevolencia de la ONU. Los israelíes no están paranoicos, como pretende ese sector progre que tantas horas copa en las tertulias de radio y televisión y para el que el único requisito imprescindible a la hora de santificar a un gerifalte internacional es que odie mucho a los norteamericanos, hable pestes de Occidente y amenace con energía a Israel. No hay que ser un lince para entender que se agiten incómodos cada vez que escuchan al presidente Mahmud Ahmadineyad repetir su deseo de hacer desaparecer el Estado judío de la faz de la Tierra. La soberbia agresividad de los ayatolás iraníes sería risible si no tuviéramos la certeza de que cuentan con recursos para hacer efectivas sus bravatas. Todavía no han logrado montar la bomba, pero les falta poco y acaban de dejar patente que disponen de misiles capaces de transportarla, mal que bien, hasta Tel Aviv o bastante cerca. Ahmadineyad anda de gira por América Latina. Como en las cuatro oportunidades anteriores, comenzó su visita por el despacho del venezolano Chávez, con quien comparte fanatismo y retórica imperialista. El líder de la oposición en Irán, Husein Musavi, en 2009, cuando la protesta iraní estaba en su apogeo EFE A dos meses de las elecciones, no queda rastro de la protesta reformista de 2009; sus líderes están en el exilio o en la cárcel La revuelta verde iraní está muerta MIKEL AYESTARAN ENVIADO ESPECIAL A TEHERÁN F irmes. Suena el himno nacional y se abre la puerta del salón de actos del Centro Cultural de la Resistencia para recibir a Gholam Hosein Mohseni, ex ministro de Inteligencia y actual fiscal general. Los medios oficiales se abalanzan sobre el clérigo que avanza junto a otro clérigo, Ruholá Hoseinian, director del Centro de Documentación de la Revolución Islámica. La voz de la Justicia iraní, que acaba de firmar la sentencia de muerte del supuesto espía de la CIA Amir Mirzaei Hekmati, se dispone a explicar los motivos del final de lo que se conoció como Movimiento verde la corriente opositora que tomó las calles del país tras las elecciones presidenciales de 2009 para protestar por el fraude en la victoria de Mahmoud Ahmadineyad. Hoseinian abre el acto felicitando a los presentes- -la mayor parte de las milicias islámicas de los basiyíes por el nacimiento de una nueva era en Irán. Lo ocurrido en 2009 fue doloroso como un parto, pero con un resultado maravilloso El nuevo Irán es fruto del filtro por el que pudimos ver realmente quiénes estaban con la república islámica y quiénes no según el director de un centro que ha publicado varios libros sobre lo que denominan la guerra de baja intensidad que dividió al país hace dos años. En una pantalla se proyectan constantemente las imágenes del ex presidente Mohamed Jatami, del ex primer ministro Mir Husein Musavi y del ex presidente del Parla- mento, Mehdi Kerrubi. Los dos últimos se encuentran ahora en arresto domiciliario y sobre el primero, el rostro más popular y aperturista de la política iraní en la pasada década, pesa una prohibición de abandonar el país y tiene sus actividades restringidas. Sólo falta la figura del ex presidente y ex responsable del Consejo de Guardianes, Hashemi Rafsanyani, cuya hija ha sido condenada recientemente a seis meses de prisión, para completar el grupo de antiguos altos cargos caídos en desgracia. La república islámica no perdona a traidores tal y como se califica ahora a los líderes reformistas. De lo único que les sirven sus años de servicio al sistema es para eludir la pena capital o la prisión en Evin- -donde se encuentra la mayor parte de sus colaboradores- ya que siguen teniendo el respeto de parte de la población según una fuente oficial. Boicot con sordina A falta de menos de mes y medio para las elecciones parlamentarias, con un clima enrarecido debido al impacto que las sanciones financieras sobre el Banco Central de Irán han tenido sobre la economía local y con la cúpula fundamentalista del régimen dividida entre seguidores del presidente y del Líder Supremo, los dirigentes del régimen tratan de borrar cualquier huella de lo vivido tras las elecciones de 2009. Quieren blindar los comicios, sueñan con una alta participación y por ello han llegado incluso a prohibir cualquier declaración que llame al boicot de las mismas, que solo llegan desde las páginas web de los líderes reformistas, todas filtradas en el interior del país. Huida hacia delante Pese a la pugna entre Ahmadineyad y el Líder Supremo, el régimen iraní es más integrista que nunca