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ABC MADRID 31-12-2011 página 81
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ABC MADRID 31-12-2011 página 81

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 31 DE DICIEMBRE DE 2011 abc. es sociedad SOCIEDAD 81 DOY GRACIAS PORQUE HE NACIDO EN UNA FAMILIA DE OCHO HERMANOS Los jóvenes fueron los protagonistas. Entre ellos, Ángela, una alicantina de 28 años, que agradecía a Dios el haber descubierto su vocación religiosa en la JMJ AMPLIA REPRESENTACIÓN POLÍTICA. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella; el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y el senador del PP, Luis Peral, estuvieron presentes ayer en la misa en la Plaza de Colón FOTOS: BELÉN DÍAZ Y DE SAN BERNARDO bondad que encierra el matrimonio cristiano Les ponía el listón bien alto al asegurarles que respetar, proteger y promover a la familia es una cuestión de vital importancia para el bien común de las personas y de los pueblos Con el afecto especial que siempre dedica a España, Benedicto XVI también quiso estar presente ayer en la Plaza de Colón. En un breve pero cariñoso mensaje a los presentes, leído por el propio Rouco Varela, el Papa destacó la dimensión educativa de la familia. En ella, se aprende a convivir, se transmite la fe, se afianzan los valores y se va encauzando la libertad para lograr que un día los hijos tengan plena conciencia de la propia vocación y dignidad y de la de los demás. El calor del hogar es capaz de enseñar muchas más cosas de las que pueden decir las palabras Haciendo suyas las palabras de aliento y esperanza del Santo Padre, el cardenal de Madrid culminó su homilía, pidiendo a todas las familias que defiendan y hagan brillar la auténtica dignidad de esta institución primaria para la sociedad y tan vital para la Iglesia COLÓN REVIVIÓ LOS INOLVIDABLES DÍAS DE AGOSTO La plaza de la esperanza BMiles de personas con el recuerdo de la Jornada Mundial de la Juventud en el corazón MANUEL DE LA FUENTE MADRID Vea todas las imágenes de la misa en la fotogalería Lo que no ha cambiado es la esperanza. Han cambiado las ropas (de las chanclas al forro polar) han cambiado los termómetros (más de treinta grados) ha cambiado la luz (del incendio de agosto al témpano del invierno) han cambiado los bebedizos (del agua mineral y los zumos al cafelito caliente de Ríofrío) y han cambiado las camisetas y mochilas por unas cuantas bolsas con regalos navideños, pero no, la esperanza no ha cambiado. Aquella esperanza que en agosto hizo hervir los Madriles durante la visita de Su Santidad Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud. Ayer, un año más y como ya es hermosa tradición por estas fechas (este año el calendario no ha sido precisamente generoso) la Plaza de Colón no fue muro de las lamentaciones, sino ventana abierta al futuro en una nueva celebración de la Misa de la Familia. Familia que ahora más que nunca o que tanto como siempre se convierte en la fortaleza con la que aguantar pertrechados de fe este cruel asedio de la crisis y la ausencia de valores. El frío no desanima a estos nuevos peregrinos, y la plaza es un tremolar de banderas de España, de sus autonomías y del resto de Europa, portuguesas, francesas, polacas, británicas, austríacas... La hora, dos y media de la tarde, invita al refrigerio, al tuper o al bocata, y mientras alguien, quizá en una perdida iglesia Cuatro meses después Ha cambiado la ropa, los termómetros, la luz, las bebidas, pero lo esencial, la fe, permanece de Nigeria, también desgrana un rosario, aquí en Colón un coro de ángeles de la parroquia de Santa Catalina alegra estos momentos: ¡Vamos ya, pastores, vamos a Belén! que ha nacido un niño que se llama Manuel! y Kiko Argüello, que es algo así como el Dylan de las familias, coge como cada año su guitarra y sus canciones. Abuelos, padres y nietos, madres como la Virgen con el fruto del amor palpitando en las entrañas, chavalas con sus bolsas del Zara o de Lefties, gente venida de aquí y de allá con un pan caliente entre las manos: la esperanza que vuelve a traernos, como así ha sido desde hace dos mil años, aquel humilde hijo de un carpintero que supo bien cómo era la cola del INEM de Nazareth, aquel niño que sin embargo no vino a hipotecarnos sino a redimirnos, a darnos luz y arrancarnos de las tinieblas. Desde la Plaza de Colón, un año más, miles de personas contemplaron en familia el milagro de esa estrella que allá por Oriente nos promete que no todo está perdido.

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