Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 31-12-2011 página 16
ABC MADRID 31-12-2011 página 16
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 31-12-2011 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página16
Más información

Descripción

16 OPINIÓN SÁBADO, 31 DE DICIEMBRE DE 2011 abc. es opinion ABC TRIBUNA ABIERTA MERCADOS FINANCIEROS Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA POR JAVIER JUNCEDA Los Estados deben afianzarse sobre la fortaleza de sus propias instituciones y principios, sin caer en las mudanzas apresuradas modernamente por gobernanza, impidiendo de facto la celebración de referendos populares, haciendo caer sin sigilo a ejecutivos elegidos democráticamente de uno u otro signo o, en fin, difuminando subrepticiamente la participación uti cives, de la comunidad política en su conjunto, sobre su mismo futuro. En una estrategia que no cuesta calificar como de plutocrática se ha conseguido, incluso, hacer enmudecer hasta el mismo debate sobre estos graves asuntos en las universidades, donde no están siendo materia del sereno estudio y reflexión que se merecen, salvo contadas excepciones. En este controvertido escenario, los Estados deben sin duda afianzarse sobre la fortaleza de sus propias instituciones y sus propios principios, sin caer en las mudanzas apresuradas que censuraba la máxima ignaciana para épocas de desolación. Y, para ello, quizá proceda volver la mirada a la regulación a escala internacional e interna del sector financiero, introduciendo en él rígidos controles que eviten la indigestión crediticia tolerada durante años, procediendo acaso a un paralelo acomodo del Estado prestacional al nuevo entorno económico, facilitando la consolidación de una sociedad moderna y competitiva, con servicios y coberturas sociales adecuadas a nuestras dimensiones, y no aquella en la que los lazarillos se empeñen en vivir del presupuesto. Todos estos ajustes son enteramente posibles, creemos, con el uso de las herramientas dispuestas en nuestros ordenamientos contemporáneos, sin necesidad de que sean objeto de reemplazo por otros métodos y maneras que no permitan la plena participación ciudadana en ellos. Podemos y debemos profundizar en los mejores sistemas para encauzar dicha contribución social, algo que está en el ágora desde el pasado mes de mayo, pero sin suplantar a muchos o pocos inversores por quienes no lo son, porque la historia nos ha L A profunda crisis que padecemos no puede ya calificarse de económica, sino de social y política. Una detenida observación de su evolución revela la presencia de cierta brecha en el marco institucional de que nos dotamos hace más de dos siglos, como consecuencia de las distintas oleadas revolucionarias que cristalizaron en las cartas norteamericana y francesa. Los mercados financieros, término con que se ha venido acuñando al conjunto de operadores económicos internacionales, está adoptando en este delicado contexto un rol alternativo al que hasta hoy habían desempeñado los tradicionales poderes públicos, legítimamente elegidos o designados. Con independencia de que tales mercados financieros hayan sido o no los causantes del actual estado de cosas, acaso por un déficit interventor de los entes reguladores internos y externos, es lo cierto que su función lleva camino de convertirse en un prius cardinal en el quehacer de la tríada de poderes surgidos tras el advenimiento de los Estados constitucionales, cuando no en su real sustituto. Indudablemente, las necesidades económicas de las naciones precisan del decisivo aporte crediticio e inversor, máxime en el modelo de bienestar generado tras la última gran guerra, pero nunca como hasta ahora los acreedores se habían erigido en la clave de arco de la conocida enseñado las consecuencias, no necesariamente benignas, de preterir al titular real de la soberanía. Quienes componen los mercados financieros como partícipes de un fondo de inversión o cualquier otro producto, sin duda ambicionan que su dinero sea eficazmente gestionado y les reporte los correspondientes rendimientos, ganando o perdiendo conforme al riesgo implícito en toda operación comercial, pero ello no necesariamente entraña ninguna capacidad adicional para alterar el statu quo de un determinado país, salvo que el resto de la comunidad política, debidamente formada e informada, así lo decida en libertad. Lo propio puede predicarse de las agencias de calificación, que sirven como útiles instrumentos de medición de la evolución económica, pero que, al margen de su mayor o menor fiabilidad e independencia, no pueden ocupar lugares más allá del que se les reserva en dichos particulares ámbitos, como hoy acontece, aunque sus conclusiones puedan ser tenidas en cuenta en el disputa democrática. Ni los mercados financieros ni las agencias de rating han exteriorizado jamás su propósito de suplantar la función reservada al principio democrático, aunque las recomendaciones de estas últimas puedan resultar, en ocasiones, rayanas en la intromisión en la función ejecutiva o legislativa. Han sido en buena medida los responsables públicos elegidos por vía democrática quienes, sorprendentemente, les reconocen en esta hora su papel preponderante y decisivo en nuestras sociedades, cediéndoles de forma insólita su propio espacio en lugar de someter los problemas que nos acosan a mecanismos legales y de gobierno bien conocidos, aunque con indudable coste electoral: la antes citada reforma profunda del sector financiero y el acomodo de nuestros gastos al nivel de nuestros ingresos y dimensión como nación. Si la crisis es la etapa en que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, según la célebre frase atribuida a Bertolt Brecht, evitemos al menos el mortinato y desde luego la vuelta a momentos históricos de los que procede aprovechar experiencias. JAVIER JUNCEDA DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE CATALUÑA CARTAS AL DIRECTOR Ánimos, ministra Mato Le doy mi enhorabuena (y le pido que se empeñe con denuedo en la tarea, como diría el muy valorado señor Rajoy) por utilizar la terminología adecuada para denominar a la violencia de género como de ámbito familiar y no peyorativamente como se ha hecho durante estos ocho últimos años, machista Los hombres tenemos nuestras virtudes y defectos pero lo que no nacemos es con una ínsita violencia hacia las mujeres. Al delincuente que hay que perseguir o reeducar es al que disfruta con la violencia hacia la pareja; para el resto, la sociedad y sus rectores, deben eliminar las condiciones que fomenten la desigualdad y propicien estados de desesperación, y, entre ellas, con especial relevancia, la de instaurar un sistema legal de custodia compartida de los hijos en caso de ruptura de la pareja, como tienen los países de nuestro entorno y las Comunidades Autónomas con competencia. Al padre que se queda, de la noche a la mañana, sin hijos, sin hogar, sin su principal sustento o sueldo, no se le puede exigir tranquilidad de miras. Una minoría de hombres ante esta hecatombe reacciona de manera violenta y muchos se arrepienten, provocando su propia muerte. Sin embargo en países como Suecia, que llevan con custodia compartida desde la década de los setenta, la violencia en el ámbito familiar ha desaparecido prácticamen- te, y son los padres, paradojas de la vida y en familias monoparentales, quienes conviven con sus hijos en una proporción del 57 por ciento. Dichos padres suecos (como los americanos, franceses, ingleses, alemanes, italianos, bolivianos, argentinos, etcétera) ante las rupturas de pareja, saben que tienen un futuro digno y equilibrado junto con sus seres más queridos, los hijos, ganando una estabilidad y sosiego ante el siempre traumático desenlace de un divorcio. Lamentablemente, la señora Pajín y las subvencionadas asociaciones, despachos, etcétera, no quieren entender esto porque su discurso populista se les acabaría y su razón de ser también. CARLOS MORGADES MADRID A las listas por la fuerza Hace un tiempo me interesé por conocer un partido político por dentro, llegando a ser simpatizante (nunca militante) del mismo. Cual sería mi sorpresa al enterarme hace unos días de que en las recientes elecciones generales mi nombre había sido incluido como candidata al Senado por las listas de dicha organización por la circuncripción de Alhama de Murcia, sin que para nada se haya solicitado mi consentimiento. El partido en cuestión es el PCPE (Partido Comunista de los Pueblos de España) Ayer supe que también se me incluyó en una lista por la circunscripción de Elche en las elecciones de abril de 2011. Deseo manifestar pública- mente mi rechazo a ese partido político y su ideología. Nunca fui ni seré comunista. El conocimiento que tuve del mismo me provoca un rechazo profundo de su manera de hacer política y de sus estrategias. Como ciudadana de un país democrático, aspiro a que esta deleznable acción tenga como mínimo una sanción moral que contribuya a limpiar mi buen nombre, y mi honra que considero mancillada. MARÍA JOSÉ PÉREZ SEVILLA ALHAMA DE MURCIA Pueden dirigir sus cartas y preguntas al Director a: Por correo: C Juan Ignacio Luca de Tena 7. 28027 Madrid Por fax: 913 203 356. Por correo electrónico: cartas abc. es. ABC se reserva el derecho de extractar o reducir los textos de las cartas cuyas dimensiones sobrepasen el espacio destinado a ellas.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.