ABC MADRID 31-12-2011 página 15

ABC SÁBADO, 31 DE DICIEMBRE DE 2011 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL ÁNGULO OSCURO JUAN MANUEL DE PRADA TRASLADANDO FIESTAS Las fiestas verdaderas, que sólo pueden ser religiosas, no tienen más sentido que santificar la vida S I Zapatero hubiese tenido la ocurrencia de trasladar las fiestas a los lunes, y de cargarse de paso festividades de gran arraigo como la Asunción de la Virgen o el día de Todos los Santos, habríamosescuchadoenseguida- -convoztonanteyairada- -quesupropósito noeraotrosinodescristianizar la sociedad. Pero quien ha tenido la ocurrencia ha sido Rajoy; y, misteriosamente, nadie le ha atribuido semejante propósito. De donde se deduce- -risum teneatis- -que si las festividades religiosas se las carga un gobierno de izquierdas, hemos de presumirquesu propósitoes descristianizarlasociedad; en cambio, si quien se las carga es un gobierno de derechas, hemosdepresumirquesupropósitoes racionalizar el calendario laboral y reactivar la economía Que la economía vaya a reactivarse por quitar cuatro días de fiesta, o por correrlos al lunes, es una sandez perovivimosenuna épocatan confusaquelas sandecesmás grotescaspueden pasarfácilmente porideasgeniales. El mundo liberal siempre tuvo la obsesión de cepillarseel calendariocristiano. Primero lointentó con el desquiciado calendario napoleónico; y, fracasado aquel empeño arbitrista, se dedicó, al tiempo que la Iglesia reducía sus fiestas de precepto, a multiplicar las suyas, hasta tupir el calendario con una caterva de fiestasciviles, acadacualmásrelamidayrimbombante. Las fiestas verdaderas, que sólo pueden ser religiosas, notienenmás sentidoquesantificarla vida: sebasan en la necesidad que el hombre tiene de encontrarse a sí mismo bajo la luz de una fe comunitaria; y se cumplenenla recepcióndeundonespiritual. Las fiestasciviles, quesonfalsificacionesparódicasdelasreligiosas, nuncacumplieronningunadeestasdosfunciones; pero su proliferación insensata logró enturbiar el sentido originario de las fiestas religiosas, hasta equipararloconel delasfiestasciviles, comomeraocasión para el ocio consumista. Una vez lograda esta equiparación turbia, se prueba ahora a cambiar de fecha las fiestas religiosas, o a borrarlas del calendario, en la confianzadequesu traslado osupresión noocasionará mayoresresistencias que el traslado o supresión de las insustanciales fiestas civiles. Y como quien anuncia esta barrabasada no es Zapatero, sino Rajoy, ni los católicos rechistamos, en lo que se demuestra que la ofuscación ideológica ha logrado desecar el meollo de nuestrafe, convirtiéndolaenunasucesióndeautomatismos vacuos; en esto consiste el fariseísmo. Existe un axioma biológico infalible: a medida quedisminuyelo vivo, aumenta lo automático. Cuando las fiestas religiosas se convierten en un automatismo vacuo importa poco, en efecto, que se cambien de día. Si fuesen fiestas vivas, su traslado por decreto nos resultaría tan desquiciado y abusivo como una orden ministerial que nos exigiese celebrar nuestro cumpleaños en domingo, o parir durante el mes de vacaciones; pues ese traslado obedece a la misma visiónmecanicista- -automática- -delhombre, reducido a un gurruño de carne sin necesidades espirituales, para quien las fiestas se han convertido en meras ocasiones para el ocio consumista. ¡A trabajar y a consumir, españolitos sin fe, que hay que reactivar la economía! Alqueno tiene, aunlo quetiene selequitará leemos en el Evangelio. Así se recompensa la fe de los tibios. Después de todo, la ocurrencia de Rajoy de quitarnoso trasladarnos lasfiestas religiosaspuede que sea un instrumento del designio divino. UNA RAYA EN EL AGUA IGNACIO CAMACHO UVAS AMARGAS Con la legitimidad fresca el Gobierno aún tiene la herencia de Zapatero como coartada. Pero ya ha perdido la inocencia A MÁXIMO la bóveda celeste y los cuernos de la luna habrían llegado las protestas de los dirigentes delPP si el Gobierno socialista hubiese decidido cerrar el año con una de las mayores subidas de impuestos de la democracia. Que si atraco a las clases medias, que si penalización del ahorro, que si golpe de gracia al estímulo económico... y un elocuente etcétera que consta en la memoriainmediata a cuentade medidas bastantemásrecatadasquelasqueacabadetomar elGabinete de Mariano Rajoy. El mismo Mariano Rajoy que en su debate de investidura- ¡hace once días! -contestó a Rubalcaba que el incremento tributario no es lo más razonable Si lo llega a ser nos embargan directamente los salarios. Pero como este Gobierno se acaba de estrenar todavía se siente en posesión de coartadas para tan brusca contradicción de sus propios principios. Tiene la mayoríareciente y la legitimidad fresca, y sobre todo tiene- -aún- -la posibilidad de echarle la culpa a Zapatero. El déficit extra, la herenciaenvenenada, la emergencia financiera. También es ciertoque ha envuelto la decisión en uncontexto decente de sacrificios repartidos. Recortes generales, empezando por los Ministerios y acabando por los partidos y sindicatos. Y se trata sólo del principio; si no saltan más sorpresas contables quedan todavía 21.000 millones por ajustar para alcanzar el objetivo mínimo. Es perfectamente verosímil que a lo largo de 2012 el PP tenga que seguir tragándose promesas y proceder a la denostada subida del IVA. Al tiempo. Este doloroso giro socialdemócrata obedece a un clásico cálculo político. Medidas duras de entrada en la confianza de que surtan efecto dentro de dos años y la segunda parte de la legislatura permita un alivio preelectoral. Los malos tragos cuanto antes, cuando la opinión pública aún está preparada para un relato escabroso y puede digerir con cierta resignación las uvas amargas de la renuncia. Luego no habrá pretextos; si esta purga no funciona el Gobierno no tendrá excusas heredadas sobre las que depositar responsabilidades. Y al final del mandato los ciudadanos echarán sus cuentas y decidirán si ha merecido la pena. La fecha de ayer es el punto de inflexión y será la medida del balance. Porquefue ayer cuando este Gabinete ha comenzado a perder la inocencia. Y sí, todo puede entenderse en el contexto justo ycon latransparencia adecuada. Másvalelasinceridadcrudaque eldisimulohipócrita. Por esoresultaba improcedente aclarar que este Gobierno sigue siendo partidario deno subirlos impuestos. Dígase la verdad: faltó prudencia y contención, sobró ambigüedad y toca envainarse la ligereza. Somos adultos y podemos asumir que las cosas estén peor de lo previsto, pero los cinismos son prescindibles. Porque suena a recochineo que nos pasen la factura del descalabro y al responsable lo condecoren con el Collar de Isabel la Católica.