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ABC MADRID 27-12-2011 página 59
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 27 DE DICIEMBRE DE 2011 abc. es cultura CULTURA 59 La literatura cobra más sentido en crisis ENTREVISTA José María Pozuelo Yvancos Crítico literario BEl autor, colaborador de ABC, repasa la historia de la literatura española en el libro que ha dirigido sobre Las ideas literarias, 1214- 2010 ANTONIO ASTORGA MADRID -Los caminos de los señores de la Literatura son inescrutables. ¿Es la primera vez que se logra una historia global del pensamiento literario en español en el siglo XX? -Sí. Menéndez Pelayo la había hecho en el XIX. Los caminos del pensamiento o teoría y crítica literaria y los de la Historia literaria fueron durante todo el siglo pasado divergentes. Se dieron mutuamente la espalda. Por esa razón tiene mayor importancia que la nueva Historia de la literatura de Editorial Crítica haya incluido al pensamiento literario como contenido fundamental de los procesos historiográficos. ¿Cómo civilizó España la cultura? -Hace bien en formular la pregunta, porque no cabe entender la literatura únicamente como estética, también funciona como un elemento civilizador de primer orden. Por la literatura España comunicó muchas veces con Europa y América y se abrió a horizontes menos castizos. La literatura contribuyó a que la sociedad civil avanzara. -Azorín visita a los clásicos para visionar Castilla. Entre clasicismo y modernidad, ¿con quién se queda un maestro de críticos como usted? -Una personalidad como Azorín, que fue fundamental en la cultura literaria de la primera mitad del siglo XX, enseña que la contraposición entre clasicismo y modernidad es una falacia. Azorín era y se sentía como uno de los modernos, lo que no le impidió bucear como nadie en los clásicos. Para la España de su época, construir una nueva tradición (Garcilaso, Cervantes, Santa Teresa) que excediera a la del Romancero, fue un principio de modernidad. ¿La buena literatura desasosiega? -Ese verbo que usted incluye en la pregunta, desasosegar es magnífico para definir a la gran literatura. Dice Steiner (como Eliot, Borges, Calvino) que un gran libro es el que te hace preguntas que te sacan de donde tú estabas, que te interpela haciéndote menos segura y tópica tu existencia. ¿En qué medida los escritores han ido por delante de los teóricos -En la tradición española esta avanzadilla de los escritores sobre los teóricos ha sido una constante. El Libro del Buen Amor o La Celestina rompieron moldes del género, eran atrevidos, al igual que Cervantes y Lope, quienes se hicieron heterodoxos para con la teoría y preceptiva de su época. O si pensamos en el siglo XX, Juan Benet, María Zambrano, Carlos Barral o José Angel Valente llevaron la cultura literaria española en sus ensayos y pensamiento a una apertura e internacionalización desconocida para buena parte de los profesores de esos años. No siendo la española una tradición literaria muy reflexiva, la impronta de los escritores ha sido fundamental para lograrlo. ¿Poesía es conocimiento, como blandió la Escuela de Barcelona en la segunda mitad del siglo XX? -Tanto Barral como Gil de Biedma o Valente tuvieron necesidad de reaccionar contra los excesos de la llamada poesía social, que había impuesto una naturaleza muy didáctica (englobada en el termino comunicación) del quehacer poético. Fue una llamada de atención hacia la necesidad de concebir que un poema se sostiene por su capacidad de búsqueda, de avanzar en aquello que no ha sido todavía hallado ni previsto. Conocer, ganar lenguaje, es más importante para la poesía que transmitir contenidos. -El manual que usted coordina, en Crítica, penetra en los goznes donde se ha decidido la modernidad. -Esa penetración había que hacerla en equipo porque son ochos siglos y la modernidad ha sido concepto distinto en cada uno de ellos. Quiero dejar constancia de la labor de mis compañeros, Fernando Gómez Redondo (Edad Media) Gonzalo Pontón (Siglos de Oro) José María Pozuelo Yvancos ENRIQUE MARTÍNEZ BUESO Maestros del ensayismo Son Azorín, Ortega, Zambrano, Francisco Ayala, Benet, J. A. Valente y Claudio Guillén Rosa Aradra (siglo XVIII) y Celia Fernández Prieto (siglo XIX) El XX, que ha estado a mi cargo, es solo uno más de un largo proceso en el que la España literaria ha debatido mucho, con expulsiones, anatemas, exilios, controversias. El paisaje literario ha sido muy convulso porque implicaba además elementos religiosos, políticos, ideológicos y territoriales muy variados y distintos para cada una de esas épocas; por esa razón este libro no se podría concebir desde una persona, sino como una labor de equipo. -Conceptistas contra culteranos, neoclásicos contra románticos llevaron la bronca y la querella al negro sobre blanco: ilumínenos sobre los duelos al sol en las letras. -Los ha habido a lo largo del todo el siglo XX. Y los hay todavía. Los poetas jóvenes o poesía pura tuvieron que elegir entre definirse como juanrramonianos o machadianos. Luego se pasó a que un poeta tuviera que autoadscribirse como miembro de la poesía de la experiencia o del conocimiento. O piense en el debate de Benet contra el realismo, que tiene mucho que ver con el que tuvieron antes Ortega y Baroja. No dejó de haberlos, por fortuna. ¿Quiénes son los grandes maestros del ensayismo literario? -Azorín, Ortega, Zambrano, Francisco Ayala, Juan Benet, J. A. Valente y Claudio Guillén. ¿Qué sentido tiene la literatura en estos tiempos de crisis? -La literatura cobra más sentido porque enseña que los tiempos de crisis no han dejado de existir nunca. ¿Qué escritores son imprescindibles en este principio de siglo XXI? -Ningún escritor es imprescindible por sí solo. La Historia literaria, que es caprichosa dama, suele por otra parte prescindir de muchos imprescindibles.

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