ABC MADRID 26-12-2011 página 5

ABC LUNES, 26 DE DICIEMBRE DE 2011 abc. es ENFOQUE 5 Mariano Rajoy se dirige por videoconferencia a las tropas españolas en misiones internacionales EFE Mensaje a las tropas en el exterior Rajoy, en abierto JAIME GONZÁLEZ Hay en el vientre de Google 9.070.000 entradas referentes a la proyección exterior de España un caudal de información sin fronteras- -en buena parte averiado- -que demuestra hasta qué punto internet es un pozo sin fondo o un cajón de sastre de dimensiones siderales. La añeja visión de España reducida al tamaño de su piel se condensa en el clásico Europa termina en los Pirineos epítome de un país que, de tanto mirarse al ombligo, se perforó el intestino con los ojos. José Ortega y Gasset, inspirador del último christmas navideño de Alberto Ruiz- Gallardón, estaba tan preocupado por la decadencia de España que en Adán en el Paraíso y en las Meditaciones del Quijote -nada que ver con el flamante ministro de Justicia- -trató de la manera en que España debía abrirse al exterior como remedio para civilizarse: o sea, la visión más mundana del yo y mi circunstancia para lograr la plenitud como país. Hoy somos una nación a medio hacer, en parte porque durante casi ocho años de Gobierno socialista la mengua interior derivó en una jibarización de la idea que se tiene fuera de España, hasta el punto de que de las 9.070.000 entradas en Google casi la mitad tienen que ver con el gol de Andrés Iniesta en la final del Mundial, un puntapié redentor, pero revelador de nuestro ocaso y decadencia. La manera en que Mariano Rajoy se dirigió a las tropas desplegadas en misiones internacionales ha sido un ejemplo de rigor, porque sus apelaciones a la profesionalidad, el valor y el esfuerzo de nuestros soldados- -aunque resulten recurrentes- -parten de una idea de España no sujeta a revisión ni a esa gelatinosa ambigüedad con la que su antecesor en el cargo trató las cuestiones de mayor trascendencia. La proyección de España con Zapatero era todo un problema, porque, salvo el fútbol, la nación, la patria y el mundo eran para él conceptos desprovistos de esencia, palabras de plastilina. Y así nos fue: que ¡Viva Iniesta! ESPAÑA