ABC MADRID 09-11-2011 página 4
- EdiciónABC, MADRID
- Página4
- Fecha de publicación09/11/2011
- ID0006031975
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4 EDITORIALES PRESIDENTA- EDITORA: MIÉRCOLES, 9 DE NOVIEMBRE DE 2011 abc. es opinion ABC CATALINA LUCA DE TENA Director Bieito Rubido Ramonde Director adjunto: Luis Ventoso Subdirectores: José Ramón Alonso Manuel Erice Mayte Alcaraz Olalla Cernuda Adjuntos al Director: Ramón Pérez- Maura Alfonso Armada Montserrat Lluis ABC Cultural: Fernando R. Lafuente Áreas: Sergio Guijarro (Información) Jaime González (Opinión) Manuel Marín (España) Alberto Sotillo (Internacional) Ana Isabel Sánchez (Economía) Adolfo Garrido (Madrid) Nuria Ramírez (Sociedad) Jesús G. Calero (Cultura y Espect. David Álvarez (Deportes) Sebastián Basco (Cierre) Jesús Aycart (Diseño e Infografía) Matías Nieto König (Fotografía) Alexis Rodríguez (Suplementos) Laura Revuelta (ABC Cultural) María Jesús Pérez (Empresa) Fernando Rojo (Fin de semana) Archivo: Federico Ayala Delegaciones: Alfredo Aycart (Galicia) Isaac Blasco (C. 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El protagonismo de Rajoy, como claro vencedor de la contienda, fue absoluto y confirmó- -como revela la encuesta DYM que hoy pública ABC- -que el envite no había dado a Rubalcaba el resultado que esperaba, ni siquiera entre los votantes socialistas. El candidato del PSOE no aspiraba a darles la vuelta a las encuestas, pero él y su equipo sí confiaban en ganar la partida de la imagen y el discurso. El pronóstico de que Rubalcaba barrería a Rajoy en una cara a cara falló con claridad. Un fallo más de los que suma el gabinete electoral socialista. Además, el coste para Rubalcaba se agrava porque utilizó un discurso de izquierda radical, con continuas críticas a la sanidad y a la educación privadas, pese a que el candidato socialista sabe que sin una y otra no son viables los sistemas públicos de salud y enseñanza. Si algo pudo conseguir Rubalcaba con su oportunista prurito de izquierda fue animar al electorado abstencionista a votar, sí, pero a Izquierda Unida. La certeza de la derrota del PSOE puede mover a una pequeña parte del electorado socialista a liberarse del voto útil y optar por un buen original- -IU- -antes que por una copia borrosa, como la que representa el candidato socialista. El extremismo de Rubalcaba fue una renuncia a ese electorado sin ideología definida, generalmente centrado, que suele decantar la mayoría en absoluta o relativa. El candidato socialista se olvidó de las clases medias, amenazó con impuestos a los mismos bancos y ricos agasajados por el Gobierno que vicepresidió y descalificó las opciones educativas y sanitarias de muchos electores. Por ejemplo, el argumento de los beneficios fiscales a los colegios de élite en la Comunidad de Madrid es, simplemente, vergonzoso por falso y manipulador. En la misma medida en que Rubalcaba malgastó su última oportunidad, Rajoy aprovechó la suya, de manera que el votante indeciso percibió en él más moderación y conocimiento de la realidad, y el votante de izquierda abstencionista no ganó motivos para apoyar a Rubalcaba. Con casi semana y media de campaña electoral por delante, las consecuencias del debate se diluirán en el estado de la opinión pública anterior al mismo, centrada en la ventaja irreversible de Rajoy, en la desafortunada campaña socialista y en la llegada de nuevos malos datos, como ese incremento brutal- -más de un 25 por ciento- -de familias y empresas quebradas en el tercer trimestre del año. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.016 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid EL FIN DE BERLUSCONI E ÍNDICE La Tercera 3 Editoriales 4 Enfoque 5 Opinión 14 Cartas 16 España 18 Internacional 36 Economía 46 Madrid 52 Sociedad 60 Cultura 64 Agenda 68 Esquelas 68 Cartelera 72 Deportes 76 El Tiempo 83 Gente 84 TV 85 S el fin. Después de años huyendo de sus propios excesos, Silvio Berlusconi ha chocado con la dura realidad y, aunque ha intentado hacer de su hundimiento político un espectáculo de cuarta categoría, todavía podría ennoblecer su retirada facilitando la transición a un nuevo Gobierno, capaz de detener la hemorragia que está desangrando a una de las economías más importantes del mundo. El primer ministro italiano ha sido desautorizado no solamente en el Parlamento, sino por los mercados de Europa y Estados Unidos, que han reaccionado con euforia ante los síntomas que anunciaban su caída. Su continuidad era sencillamente un disparate y un riesgo insoportable para toda la zona euro, y si unas nuevas elecciones fueran necesarias, la participación de Berlusconi debería estar completamente excluida. Italia debe entrar ahora en una nueva era que ha de conducir al país a una necesaria regeneración de su sistema político, pervertido por los usos y abusos de un ejercicio poco convencional del poder. El experimento que inauguró Berlusconi, gestionando el Estado como si fuera una de sus empresas, hace tiempo que rebasó el límite de lo razonable, y su prolongación habría sido un ejercicio suicida, como lo demuestran de forma alarmante los indicadores económicos. La clase política italiana deberá estar a la altura de las circunstancias en este momento decisivo para su país y para Europa, y no dejarse llevar por rencillas inútiles. El camino no será sencillo, pero está claramente trazado y pasa por los sacrificios y la contención presupuestaria. La unidad es en estos momentos esencial, porque lo que está en juego trasciende por mucho la simple lucha por el poder en Roma: se trata no sólo de salvar a Italia, sino de salvar a Europa.