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ABC MADRID 17-09-2011 página 14
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  • EdiciónABC, MADRID
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14 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA SÁBADO, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2011 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND CINISMO GUBERNAMENTAL Zapatero, a las órdenes de Rubalcaba, ha vuelto a escribir un impuesto que había tachado por inútil N O seremos un gran país ni el momento que vivimos incita a la esperanza; pero nadie puede negar la tremenda originalidad de nuestra vida política en la que, por ejemplo, el PSOE pierde votaciones en el Congreso- -ya van dos- -por la ausencia de Alfredo Pérez Rubalcaba, el hombre que dice mandar en el partido, con gran desconsideración para José Luis Rodríguez Zapatero, y tiene la fuerza suficiente para que el Gobierno, en espectacular retroceso sobre sus propios actos, se saque de la manga un impuesto sobre el patrimonio de las personas que, además de tener carácter retroactivo, más que función recaudatoria tiene la de encalabrinar a unos pocos miles de ciudadanos que ya, en su día, pagaron el IRPF de las cantidades que han conseguido ahorrar. Tan originales somos en lo que respecta a nuestra vida pública que, en las circunstancias actuales de carestía, paro y déficit, la deuda de las comunidades autónomas, en su conjunto y durante el segundo trimestre de este año, aumentó un 23,5 por ciento. Más de 133.170 millones, el 12,4 del PIB, lo nunca visto en los registros históricos del Banco de España, ese organismo paciente y consentidor que no se escalofría ante los excesos de las instituciones financieras a las que le corresponde vigilar ni, en su caso, enmendar en su conducta y sancionar a sus consejeros y ejecutivos. Félix Madero recordaba ayer en Punto Radio una frase de Enrique Jardiel Poncela en Las cinco advertencias de Satanás que Gustavo Pérez Puig acaba de reponer, después de más de ochenta años, en el Teatro Marquina de Madrid: Cinismo es volver a escribir lo que ya habíamos tachado Pues eso. Zapatero, a las órdenes de Rubalcaba y sin los repasos técnicos que le corresponderían a Elena Salgado, ha vuelto a escribir un impuesto que había tachado, por inútil, injusto y escaso en sus frutos, hace cinco años. Dice la vicepresidenta que apenas vicepreside que con ese impuesto para ricos -a cualquier cosa llaman chocolate las patronas- -se recaudarán mil millones de euros y aseguran, en voz baja, algunos de los técnicos de Hacienda que no publican su nombre en el BOE que, de dinero y santidad, la mitad de la mitad. Sea lo que fuere, será insuficiente ante el incremento del gasto, un 16,5 por ciento en el incremento total de la deuda de las Administraciones públicas en el segundo trimestre. Con razón y buen sentido; es decir, sin posibilidad que prospere, la Defensora del Pueblo en funciones, María Luisa Cruz de Llano, ha propuesto en el Parlamento que se estudie la posible tipificación como delito el despilfarro del dinero público Volveremos a las cuerdas de presos. HAY MOTIVO TOMÁS CUESTA BRINDIS AL SOL Aspiran a tapar despropósitos como la extensión vitalicia de los contratos en prácticas y de los temporales L OS cálculos sobre la recaudación del nuevo impuesto de patrimonio confirman la sospecha de que en España ya casi no quedan ricos. Tras mucho marear el faisán, la derrama oscila en torno a los mil millones de euros, con lo que no alcanza ni para hacer el aeropuerto de Blasconuño de Matacabras (Ávila) Según Hacienda, ciento sesenta mil españoles serán los paganos del brindis a Sol del candidato socialista, el presidente en la sombra hasta el 20- N. Así pues, el capricho de Alfredo, más que efectos prácticos contiene una declaración de intenciones, un aviso a navegantes y la constatación de que el programa electoral socialista es una destilación de las asambleas de indignados, orujo de estramonio para todos en el fin de fiesta de un sistema en fase terminal. Que se preparen los ricos, advierte el pasmo de Solares, pero vistas las cuentas de Hacienda, hace mucho que las fortunas, grandes, medianas y en potencia, debieron coger el portante con los billetes de quinientos euros y lo depositaron a buen recaudo en fundaciones, bonos o paraísos fiscales. De otro modo no se entiende que el cacareado tributo arroje un saldo tan parco. Sin embargo, el PSOE confía en que las migas de ese banquete movilicen a los indignados y conviertan la colisión con el iceberg en una derrota con sacarina. Con el impuesto aspiran a tapar despropósitos como la extensión vitalicia de los contratos en prácticas y de los temporales, orden cuyos efectos prácticos son los derivados de la aplicación de facto del despido libre. Y quien aprecie un choque entre la realidad y el mensaje es que ignora la buena nueva del viejo socialismo, que hace de la contradicción santo y seña. Así se explica, por ejemplo, que el inspector de nubes eliminara el impuesto que ahora se recupera con el argumento de que se trataba de un tributo injusto desigual y que recaía sobre las clases medias dado que los presuntos ricos encontraban fáciles mecanismos de elusión. La contradicción justifica también que el ministro de Educación incite a la huelga a los profesores; que la ministra de Defensa propugne la desobediencia a los tribunales; que el Gobierno contribuya con aviones a la implantación de la ley islámica en Libia, que el grupo socialista en el Congreso de los Diputados fulmine cualquier atisbo formal de separación de poderes con una moción que avala la erradicación del español de las escuelas catalanas y un largo etcétera en donde se supone a se dice b y se acaba por hacer todo lo contrario, con tirabuzón, folre y manilles Dadas las circunstancias y tras un fugaz repaso a la actualidad, hasta resulta comprensible que los mismos jueces hayan decidido no asomar mucho la gaita y envainarse autos, fallos y otras milongas hasta ocasión más propicia. ¿Qué más pueden pedir los indignados? En la España de Pérez Rubalcaba un impuesto penaliza el ahorro, la policía no se mete en problemas, las leyes y las sentencias no cuentan y el Gobierno está a las órdenes del candidato y al servicio de su campaña. Que tomen nota los mercados.

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