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ABC MADRID 24-07-2011 página 25
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 24 DE JULIO DE 2011 abc. es internacional PRIMER PLANO 25 Matanza en Noruega ABC EN BÉLGICA ABC EN ESTADOS UNIDOS ABC EN RUSIA Odio a caucasianos y centroasiáticos En Rusia hay decenas de organizaciones ultras, sobre todo juveniles. Sus activistas han llevado a cabo varios ataques contra centroasiáticos y habitantes del Cáucaso Norte. El ultranacionalismo ruso fue fomentado durante la presidencia de Vladímir Putin (2000- 2008) pero ahora el Kremlin se ha dado cuenta que constituye un serio problema para un país multinacional y multirracial como es Rusia. A finales del año pasado el asesinato de Egor Svirídov, un hincha del Club de Fútbol Spartak, en cuyo seno hay un ala extremista, puso en pie de guerra a todos los ultraderechistas rusos y en jaque a la Policía. Ultras e independentistas En Bélgica la extrema derecha- -xenófoba e independentista en Flandes- -se encuentra muy bien representada en las instituciones. Sin embargo, en las elecciones de junio de 2010 y cuyo resultado no ha permitido aún formar Gobierno, el partido de extrema derecha flamenco, Vlaams Belang, obtuvo 12 escaños, un retroceso de 5 respecto a los anteriores comicios. En la zona francófona del país, Valonia, el Front National, una copia de baja calidad de su homólogo francés liderado por Marine Le Pen, no ha obtenido representación suficiente para entrar en las instituciones. El discurso en ambos partidos está centrado en mensajes nacionalistas. El pueblo norteamericano recuerda el atentado de Oklahoma como precedente del doble atentado Justo como Timothy McVeight era ayer el comentario más repetido entre los estadounidenses al conocerse los detalles de la matanza de Noruega, en muchos aspectos parecida a la que tuvo lugar en Oklahoma en 1995, en la que hubo 168 muertos: una persona de extrema derecha que coloca un coche bomba frente a un edificio gubernamental y cuya acción es el acto terrorista autóctono más grave en la historia del país. Timothy McVeight no disparó contra la multitud, como Anders Behring Breivik, pero fue detenido hora y media después de la explosión con un arma. McVeight, un rubio fundamentalista cristiano, simpatizante del paramilitar movimiento de milicia tuvo un estrecho cómplice y dos asistentes. Fue ejecutado en junio de 2001, pocos meses antes del 11- S. La motivación política del atentado de Oslo ha sido también comparada en la prensa estadounidense con el tiroteo registrado en enero en Arizona contra la congresista demócrata Gabrielle Giffords, un atentado que como el ocurrido ahora en Suecia abría de nuevo el debate sobre la tenencia de armas. Pero la similitud es mayor con el ataque de Oklahoma, que McVeight provocó por odio al Gobierno federal y como protesta por el cerco de 1993 al rancho de Waco (Texas) En el murieron 76 ocupantes, miembros de una secta, por resistirse a la autoridad que pedía inspeccionar si poseían armas. EMILI J. BLASCO CORRESPONSAL EN WASHINGTON RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL EN MOSCÚ MARIBEL NÚÑEZ CORRESPONSAL EN BRUSELAS Sin sospechas Ni en Noruega ni en Europa se sospechaba de un ataque como el llevado a cabo en Oslo y en la isla de Utoya En todo caso, la tendencia al alza que ha experimentado a lo largo de 2010 se va a mantener en 2011 señala ese informe. Algunos actores desean reavivar las comunidades de extrema derecha, pero la falta de líderes fuertes limita el desarrollo de estos grupos Efectivamente, como señala ese informe, este tipo de grupos noruegos está en contacto con otras organizaciones suecas y del resto de Europa. Europol no oculta que la llegada de emigrantes árabes y africanos sirve de abono a grupos que defienden la supremacía blanca. La crisis económica y el creciente desempleo han conformado un cómodo caldo de cultivo entre los grupos de extrema derecha y racistas en Europa que combatían ya la presencia de musulmanes y la llegada de inmigrantes. Con el ataque terrorista de Oslo se ha dado en todo caso un paso inédito en este sentido, algo así como lo ocurrido en Oklahoma (EE. UU. en 1995, cuando un ultraderechista hizo estallar un camión cargado de explosivos matando a 168 personas. En el caso noruego habrá que saber si el único detenido hasta ahora actuaba solo o formaba parte de un grupo según apunta Hagai Segal, especialista en asuntos de seguridad de la Universidad de Nueva York. HORIZONTE RAMÓN PÉREZ- MAURA L ES UN LOCO- -NADA MENOS El ejemplo de Oklahoma EFE nes y conmemoraciones de la extrema derecha está presente, según un informe de la Policía noruega hecho público el pasado febrero. La extrema derecha noruega mantiene una actividad menor en los últimos años. o más conveniente es dar un tinte político al bárbaro ataque criminal del pasado viernes en Noruega. Pero todo parece indicar que Anders Behring Breivik no era un terrorista asesino, sino un loco asesino. Y eso puede ser mucho más peligroso. Los terroristas asesinos tienen algún tipo de ideología para la que buscan ganar adeptos, trabajan coordinadamente y tienen la voluntad de imponer algo por medio de sus crímenes. El loco asesino puede matar solo y no responde a ningún tipo de lógica. Surge en cualquier momento y comete una barbarie del calibre de la vivida en Oslo y la isla de Utoya sin necesidad de cooperación alguna. Nuestro instinto nos empuja a ubicar el 22- J en la misma liga que el 11- S o el 11- M. Las víctimas nos mueven a ello. Pero ese tipo de agrupación criminal no conduce a nada. Aquellos atentados de carácter islamista no eran obra de unos locos que actuaban solos y por propia inspiración. Eran fruto de una planificación conjunta y con objetivos a largo plazo. El asesino de Oslo era un demente criminal al que se califica de extrema derecha porque en su casa le han encontrado eslóganes nacionalistas e islamófobos. De ahí a pretender una causa política parece llevar un poco lejos la justificación de esta barbarie. Hay algo ciertamente político y muy doloroso en esta monstruosidad: atacó un campamento de verano de jóvenes del gobernante partido socialdemócrata noruego. Pero más que un carácter partidista, la matanza podría tener elementos de crimen antisistema. Mas yo no estoy seguro de que los antisistema como Breivik tengan nada de políticos. Están contra el mundo en el que viven. Es más fácil hablar de crimen político que del verdadero problema de fondo que es otro: por qué nuestra sociedad genera ese tipo de desequilibrados. Intentemos colgar etiquetas políticas al loco y encontremos así una respuesta rápida que tranquilice nuestra conciencia. Cometeremos un error. Lo ocurrido en Noruega no es un crimen político. Es la obra de un demente que no perseguía objetivo político alguno. Porque hasta el más zote es capaz de comprender que un nacionalista islamófobo noruego no mata a 92 noruegos en su mayoría cristianos por razones políticas.

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