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ABC MADRID 06-06-2011 página 15
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ABC MADRID 06-06-2011 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES, 6 DE JUNIO DE 2011 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL ÁNGULO OSCURO JUAN MANUEL DE PRADA CRISIS DE CONCIENCIA Para Benedicto XVI, la conciencia es la voz divina que habla en nosotros, la capacidad para reconocer la verdad D ESDE Zagreb, Benedicto XVI pone el dedo en la llaga del mal que corroe Occidente, que en sus expresiones más aparatosasse reviste decrisis económica, política o social, pero que en su origen es crisis de conciencia. Para el pensamiento moderno, conciencia es sinónimode autonomíaabsolutadela voluntad individual; recluida en la dimensión subjetiva del individuo (donde el pensamiento moderno relega la religiónyla moral) la conciencia quedaaislada delarealidad objetiva y se convierte en un elemento extraño a la vida pública. Por el contrario, para Benedicto XVI, como para el Beato Newman, la conciencia es la voz divina que habla en nosotros, la capacidad humana para reconocer la verdad en ámbitos decisivos de la existencia; y esta capacidad impone al hombre el deber de encaminarse hacia la verdad, de buscarla y someterse a ella allí donde la encuentre. De este modo, la conciencia deja de ser un elemento extraño a la vida pública, para erigirse en una realidad objetiva que explica nuestro ser y nuestros actos, convirtiéndose en lugar de escucha de la verdad y el bien, de la responsabilidad ante Dios y ante nuestros hermanos los hombres Suele afirmarse (con fatigosa propensión al lugar común) que detrás de la crisis económica, política y social que corroe Occidente subyace una crisis de valores Pero si la conciencia- -como pretende el pensamiento moderno- -es tan sólo un reenvío a mí mismo, a mi autonomía individual, es inevitable que haya tantos valores como individuos; por lo que máscorrectoseríaafirmarquedetrás de lacrisissubyace una plétora de valores, producto de una conciencia degradada que ha renunciado a escuchar la verdady elbien, para adherirse a aquello que subjetivamentele convieneobeneficia (aesto elpensamiento moderno, muy cínicamente, lo llama libertad de conciencia Esta plétora de valores es, en realidad, loque hace impotentesal esfuerzo vital alassociedades occidentales, que tras renunciar a su capacidad para encaminarse hacia la verdad y someterse a ella, acaban abrazándose al error. Esta crisis de la conciencia discurre paralela a un fenómeno descrito, hace ya más de sigloymedio, por Donoso Cortés, quien observara que al principio de descensoen eltermómetro religiosocorresponde un principio de subida en el termómetro político Toda la crisis de Occidente se resume en este paralelismo, que alcanza su expresión terminal cuando el termómetro religioso se sitúa por debajo de cero; es decir, cuandola conciencia queda aisladade la realidad objetiva, hostigada por el despotismo político, y se resigna a un ámbito de autonomía subjetiva Así, conlaconcienciaenclaustrada, lospuebloslanguidecen y se paralizan; y todos sus esfuerzos por salir del marasmo mediante soluciones políticas son tan estériles como arar en el mar. Una sola cosa puede evitar la catástrofe- -anunciaba el profético Donoso Cortés- una y nada más: eso no se evita con dar más libertad, más garantías, nuevas constituciones; eso se evita procurando todos, hasta donde nuestras fuerzas alcancen, provocar una solución saludable, religiosa. Ahora bien, señores: ¿es posible esta reacción? Posible lo es; pero, ¿es probable? Señores, aquí hablo con la más profunda tristeza; no la creo probable. Y he visto, señores, y conocido a muchos individuos que salieron de la fe y han vuelto a ella; por desgracia, señores, no he visto jamás a ningún pueblo que haya vuelto a la fe después de haberla perdido Yo tampoco, Donoso, yo tampoco. www. juanmanueldeprada. com UNA RAYA EN EL AGUA IGNACIO CAMACHO LOS MINUTOS BASURA Encuestas inmóviles, Gobierno latente y economía estancada; los minutos basura del mandato huelen a otoño electoral H MÁXIMO UELE a otoño electoral. Por más que Rubalcaba, en flagrante ejercicio de presidente de hecho, se haya metido en prospecciones con los nacionalistas para sondear las posibilidades de agotar la legislatura, los socialistas hablan ya con naturalidad en privado de elecciones en octubre o noviembre. El Gobierno está en estado de vida latente, sin actividad ni pulso. Los presupuestos de 2012 ya no importan porque todo el mundo sabe que Rajoy los modificará si gana con un decretourgente de congelaciones degasto, y eldeseo de Zapatero no cuenta porque la derrota de mayo y laproclamacióndelnuevocandidatolo hanconvertido en figura decorativa. Su poder se ha vuelto nominal en estos minutos- basura de un mandato que acabará, simplemente, cuando lo decida Don Alfredo. La decisión del co- presidente va a depender, en esencia, de tres factores. Uno, la evolución de la economía y del empleo a la vuelta del verano. Dos, la posibilidad de consumar el llamado final de ETA el regalo de despedida con que sueña Zapatero. Y tres, el signo de las encuestas. El primero pinta pesimista. El segundo es una incógnita tan cerrada como todo loque se esconde en el oscuromundo delterrorismo. Y el tercero aún tendrá que decantarse; hasta dentro de tres meses no habrá indicios mínimamente estables sobre el impacto del candidato en la opinión pública. Por ahora no se detecta efecto Rubalcaba alguno, ni siquiera como novedad efervescente; la ventaja del PP permanece inalterable y con tendencia a agrandar la brecha. El electorado de la izquierda parece preso de una fuerte crisis de desencanto. El punto clave es el panorama socioeconómico. Para aguantar diez meses el Gobierno necesita emprender más reformas, siquiera cosméticas, que eviten la presión de los mercados financieros. Cualquier avance por ese camino, por ligero que sea, chocará con los intereses electorales del PSOE. La intención dominante es no volver a apretar ninguna tuercaque duelaalos ciudadanos, yesopuede serimposible si la situación financiera europea se vuelve críticao hipersensible por culpa del fiasco griego. Elverano garantiza un alivio del paro tanto como el otoño un nuevo desplome por cese de los contratos temporales. En los niveles intermedios del Gobierno crece la sensación de que el nuevo curso empezará mal, con agobios de dinero público, y hay poca confianza en el crecimiento. Mientras más tiempo, más problemas. Queda el asunto de ETA. Para Zapatero es la única posibilidad de salir con algo en las manos que no sea un doloroso fracaso, y para Rubalcaba una baza personal importante aunque su efecto electoral resulte bastantelimitado. Ambossaben quenopueden esperaralabandaytendránqueevaluarsus propiostiempos con el reloj en contra. La legislatura, en todo caso, está agotada; ya no habrá movimientos significativos. Si hay que apostar, apuesten por elecciones en otoño. Pero, como diría Rajoy, no se jueguen más de un euro.

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