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ABC MADRID 30-04-2011 página 31
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ABC MADRID 30-04-2011 página 31

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 30 DE ABRIL DE 2011 abc. es internacional Vídeo- análisis del corresponsal de ABC abc. es estilo NUEVA UNION JACK Una niña juega con dos banderas diseñadas con la imagen de los Duques de Cambridge PRIMER PLANO 31 Boda Real ORGULLO FAMILIAR Madre e hija siguen por TV la ceremonia en Leeds Castle, en el sureste de Inglaterra LOS PARABIENES Una multitud se congregó frente al Palacio de Buckingham para felicitar a los esposos LOS SÚBDITOS COLONIALES Un bar de Gibraltar, ayer, con la bandera británica y una foto oficial del enlace entre los nuevos Duques de Cambridge ESPERANZA CODINA Interés contenido en el Peñón BEl mal tiempo y el puente provocaron que el enlace pasara casi de puntillas por Gibraltar AP na, era demasiado descarada opina Joan, sentada en una minúscula silla de camping y en pantalón corto. Tenía once años cuando la Coronación de Isabel II, en 1953. Estuve aquí mismo nos cuenta. Venía a Londres todas las semanas a ver a mi madre. No vine al funeral de Diana, pero hoy sí quería estar. Me gusta Kate Ayer cogió un autobús desde Kent. Tengo que volver rápido por mis tres perritos se disculpa. Junto a ella, Kath recuerda la boda hace treinta años de Carlos y Diana. No había tanta gente joven como hoy, solo niños con sus madres y abuelas recuerda. Josephine, londinense, es de otra generación. Y negra de origen africano. Pero practica el mismo deporte: Yo no era monárquica, pero Diana rompió moldes y me enamoré de ellos. Y estos chicos han hecho un buen trabajo siguiendo los consejos de su madre, mírales dice, como si hablara de sus propios sobrinos. Recuerdos muy vivos Será como Diana, es igual de elegante, por eso la queremos explica Caroline, de 29 años, de pie en una silla de camping Compañía. ¡Presenten armas! grita un joven capitán. La carroza descubierta con los recién casados atraviesa lentamente las calles. Las banderitas con foto de los novios alcanzan su precio máximo de dos libras, 50 peniques más que a primera hora. No ha llovido, como habían anunciado, y los rayos de sol son recibidos con aplausos. No hubo empujones ni carreras. Solo en la traca final hubo nervios y agobio delante del balcón del Palacio de Buckingham, donde estos príncipes para el siglo XXI se dieron uno, y hasta dos besos ante sus súbditos, exactamente tres minutos antes de lo previsto, a las 13.27. Para esas horas, el parque de St. James era un inmenso picnic para un buen día de fiesta. Muy inglés dice Carol, decepcionada porque el espumoso que descorcha para la ocasión solo tiene un 4 de alcohol. Cerca, Keith y Jean Stratton están radiantes. Han desplegado dos paraguas con la bandera inglesa y una inmensa mesa de picnic con vino blanco y sandwiches para primos y sobrinos. Esto es lo que queremos: realeza dice él, delgado y canoso. Ni dictadores ni repúblicas. Queremos esto... familia Pasadas las tres, las banderitas costaban solo 50 peniques, y el cuento llegaba a su fin para desperdigarse en los pubs y estaciones de metro de la ciudad. ESPERANZA CODINA GIBRALTAR Los gibraltareños disfrutaron ayer de un día de libertad Así llaman los llanitos a los festivos, que en esta ocasión les ha caído por obra y gracia de la boda real entre el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, ya Princesa Catalina. El lunes tienen otra jornada de asueto y han aprovechado el puente para reunirse en familia. Esto, junto a la persistente lluvia que cayó en el sur de España, hizo que pocos parroquianos siguieran en la calle lo que sucedía en Londres. Los pubs pusieron de su parte: las fotografías de los novios y las Union Jack no faltaron, pero el ambiente estuvo frío. La llegada de los invitados a la Abadía de Westminster pilló a Gibraltar despertándose. Poco antes del mediodía, algún turista inglés y un puñado de gibraltareños tomaban el lunch en The Star Bar, un establecimiento ubicado en Parliament Lane que presume de ser el más viejo de la Roca. Soy británico y me interesa la boda, pero no estaría esperando horas para verlos pasar explicó un chico con acento típico. Su novia miraba en la tele el traje amarillo con el que se atrevió la Reina Isabel II. Es bonito, pero muy cerrado dijo una turista, en inglés, al descubrir el vestido de la novia. La llegada de Kate Middleton a Westminster concentró la atención de varios curiosos que paseaban por Main Street, la vía principal de Gibraltar. Se pararon ante las pantallas de una tienda de fotografía que estaba abierta pese a ser festivo. Es que hay barco justificaban en los pubs ante la extrañeza de que parte de los comercios funcionaran. Dos buques habían atracado en el Puerto y los cruceristas eran una presa demasiado golosa para hacer negocio. La música del órgano de la Abadía sonaba por todo el Peñón por la multitud de televisiones encendidas y en el bar Latin s Dinner, un tal William presumía de llamarse William, como el Príncipe. Un grupo de taxistas recordó el paso de Carlos y Lady Di por el Peñón durante su luna de miel, hace ya tres décadas, y aludió a cierto malestar por parte de los gibraltareños porque el Príncipe de Gales no se acercó a saludar durante su reciente visita a España. En Bruno s, un restaurante del Puerto adornado para la ocasión, la concurrencia de público no fue la esperada pese al menú especial, por 25 libras, para conmemorar el enlace. Su gerente, Michael Da Silva, lo achacó a la mala combinación de la lluvia y el puente. Los clientes del pub Venture Inn esperaban- -como miles de británicos en las puertas del Palacio de Buckingham- -ver a los recién casados en el balcón. Ha sido una boda por amor apuntó una gibraltareña, cigarrillo en la mano. No perdió detalle del beso de la pareja.

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