Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 16-07-2010 página 3
ABC MADRID 16-07-2010 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 16-07-2010 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

ABC VIERNES, 16 DE JULIO DE 2010 abc. es latercera LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O L U C A D E T E N A ESPAÑA ¿EMOCIONES O INTERESES? POR BENIGNO PENDÁS De momento, el verano ejerce su efecto balsámico... Si Washington y Bruselas se distraen durante un rato, volveremos al punto de partida. Si no, maquillaje ministerial, y luego ya veremos. Zapatero no aprende la lección ni tiene intención de estudiarla. tecnicismos- -acaso vulnera por incongruencia el derecho a la tutela judicial. ¿Por qué esa discrepancia? No lo sé, pero la propaganda gubernamental aprovechó la confusión inicial para hacer un singular recuento de palabras y enviar un mensaje predeterminado. En términos objetivos, ganó sin duda el PP. Lo más importante: gana de verdad la Constitución de todos los españoles, aunque sea, según el símil obligado, en el último minuto de la prórroga... Manifestación concurrida, falsamente unitaria, con altas dosis de impostura y oportunismo cito aquí al editorial de ABC. En sentido ético y político, rompe las reglas del juego: saltan todas las alarmas cuando el presidente de la Generalitat aparece junto a un lema que tal vez no asume, pero tampoco descarta. Nosotros decidimos. Somos una nación lógica implacable del soberanismo que no se atreve a emplear la palabra mágica pero apela al derecho de autodeterminación, sucedáneo poscolonial del viejo concepto de Bodino consagrado en Westfalia. Son demasiados matices para líderes con escasa o nula formación teórica. Pero las consecuencias están ahí: el que quiere ser nación, pretende ser Estado. En cambio, nacionalidades y regiones son partes constitutivas de la nación única. ¿Y ahora? Leído el Estatuto y asimilada la sentencia, Cataluña es casi una nación y sus símbolos son casi nacionales, aunque al parecer no dice eso donde cualquiera diría que lo dice. Sin embargo, insisto, los fundamentos jurídicos (y, por supuesto, los votos particulares) dan mucho juego al intérprete no contaminado por compromisos ideológicos o materiales. Lo malo es que la vida real no tiene nada que ver con un seminario académico. Al menos, el Constitucional elude por ahora el peligroso territorio de las instituciones fallidas. Veremos en el futuro, renovación mediante. Y entre tantas emociones, el Debate sobre el estado de la Nación. Táctica previsible del presidente: rehúye la crisis económica, problema real de los españoles, para buscar cobijo una vez más en el conflicto territorial. No es cierto, ya se dijo, que la sentencia respalde globalmente al Estatuto. Si así fuera, no cabe justificar la actitud del PSC. De nuevo la confusión permanente a costa de la arquitectura constitucional. Otra vez la tentación de situar al PP en los márgenes del sistema. Política de pura supervivencia. En ese día y hora, elude el trago de la crisis a base de retórica vacía cueste lo que cueste y esconde intenciones probables sobre impuestos, jubilaciones y otros sacrificios ¿Calendario? Dejar que pase la huelga y plantear alianzas coyunturales mezclando la ley de presupuestos con ciertas medidas inaplazables. La jugada se veía venir. De momento, el verano ejerce su efecto balsámico... A la vuelta, búsqueda de apaños en la reforma laboral, ante unos interlocutores sindicales bien dispuestos, y concesiones territoriales quizá bajo el disfraz de la economía sostenible Si Washington y Bruselas se distraen durante un rato, volveremos al punto de partida. Si no, maquillaje ministerial, y luego ya veremos. Zapatero no aprende la lección ni tiene intención de estudiarla. ajoy formalizó la exigencia de elecciones generales, un clamor social que debería escuchar cualquier gobernante sensato. Consiguió eludir la enésima trampa a cuenta de Cataluña. Mostró una prudencia imprescindible en materia económica para no arriesgar propuestas concretas que no corresponde plantear en esa instancia. Una vez más, y ya van muchas, fue muy superior en el cara a cara parlamentario. ¿Efectos políticos? Como siempre, menos de los convenientes. Primero, porque el PSOE siembra el campo de minas y no es fácil avanzar cada paso. Segundo, por la incómoda reticencia de algunos sectores afines, dispuestos a sacrificar la eficacia en nombre del puritanismo. Me consta que muchos actúan de buena fe. Como el personaje de Josef Conrad, piensan que nadie es nunca suficientemente bueno Otros, ya se sabe, van a lo suyo... Al menos todos reconocen que Rajoy estuvo enérgico en el Congreso. Trampa conceptual: moción de censura versus elecciones anticipadas. Cuidado con los sofismas al uso, porque la diferencia es sustancial: en las urnas, los electores deciden sobre nuevos proyectos; en la Cámara, en cambio, impera un juego de equilibrios forjado sobre un programa de investidura literalmente triturado. ¿Alguien explicó a los españoles que Zapatero iba a descoyuntar el sistema de bienestar? Estado de la nación. Entre el Mundial y la sentencia pretenden tapar la crisis. Maniobras a corto plazo: mano tendida a nuevas fórmulas de mutación constitucional en Cataluña y gestos hacia el PNV con efectos incontrolables sobre el pacto de gobierno en Vitoria, lo único que funciona medio bien. Emociones para la España real. Intereses para la España oficial. Quien se lo pueda permitir, piensa ya en las vacaciones. Así termina la gran novela de Virginia Woolf: las olas rompían sobre la playa... L a España real disfruta de una resaca feliz. Ejerce así su legítimo derecho, acaso con un punto de inconsciencia colectiva... En todo caso, nadie puede ignorar la lección magistral impartida en la calle por el dueño de la soberanía en sentido genuino: la nación española vive con naturalidad en el sentimiento de muchos millones de personas. Abrumados por prejuicios absurdos, nos cuesta asumir la evidencia: somos tan buenos (y tan malos) como cualquiera y mejores que la gran mayoría. Con grandezas y servidumbres, aportamos una historia y una cultura que pocos igualan y tal vez nadie supera. Nuestros héroes del deporte hacen presente y operante esa pasión latente. Cuidado, sin embargo, con equívocos oportunistas: con goles y sin ellos, seguimos en situación de emergencia económica y desbarajuste político. Bien lo saben, para su desgracia, esas buenas gentes machadianas que viven, pasan y sueñan (a veces despiertos, como el otro día en Sudáfrica) La trampa de la euforia es una vieja falacia política, propia de regímenes autoritarios. Contentos, pero angustiados. Orgullosos, pero indignados. Por fortuna, las emociones no se compran ni se venden con ventajas materiales. Pero, ¿y los votos? Entonces llegó la sentencia, y después la manifestación. Primero, el Tribunal. Desde el punto de vista de la Constitución, los fundamentos jurídicos son mucho más sólidos que el fallo. De acuerdo con nueve de los diez magistrados, no sirve el modelo Estatuto igual a reforma constitucional encubierta Por tanto, fracaso en toda regla de Zapatero, del PSC (antes, Maragall; ahora Montilla) y de los nacionalistas de toda suerte y condición. Con los vicios propios de una sentencia interpretativa, las bases están ahí: unidad indisoluble ciudadanía única; sólo una nación, al menos en sentido jurídico- constitucional. La sentencia no es buena, creo, pero acaso sea la menos mala entre las posibles. Fija límites razonables al despliegue estatutario, rechaza la relación bilateral y tumba los privilegios en la financiación. Incluso pone en su sitio al poder judicial disgregado y, con notable timidez, elimina excesos en materia de lenguas. El fallo no está a la altura, y- -sin entrar en R

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.