ABC MADRID 12-07-2010 página 38

38 MADRID LUNES, 12 DE JULIO DE 2010 abc. es madrid ABC Madrid grita ¡España! B El delirio, la euforia, el éxtasis... Cientos de miles de personas se apoderan de las calles en una noche histórica e inolvidable C M. OLIVER C. FOMINAYA MADRID uentan los que estuvieron en Cibeles que a 200.000 personas se les paró el corazón cuando Iniesta controló el balón dentro del área. Un corazón que reventó de alegría después de que la pelota acabase en el fondo de la portería de Stekelenburg. Era el minuto 115 y, por primera vez en todo el encuentro, los madrileños ya se veían campeones. Entonces comenzó la fiesta. Una juerga que estalló cuando Howard Webb pitó el final del encuentro y comenzó a llorar Casillas... y Xavi... y Villa... y Puyol... y Del Bosque. Y con ellos, todos los madrileños que salieron a la calle para celebrar un triunfo que este país llevaba anhelando casi 75 años. Es lógico que tanto tiempo de espera concluyera con una explosión de alegría que nunca antes había conocido la capital. A partir de ese momento, la ciudad tocó el cielo. El suelo del paseo de Recoletos y aledaños temblaba. Ardió Madrid. Los madrileños pudieron ayer, por fin, por primera vez en la historia, celebrar la ansiada copa del mundo. De la tensión vivida en la prórroga se pasó al estallido de una alegría incontenible. Las calles eran un auténtico hervidero de gente delirante de felicidad. Las risas, los abrazos, los besos, y los cánticos eran la moneda de cambio en cada esquina. oé! era el grito más escuchado y repetido entre los enfebrecidos ciudadanos. También los de ¡Yo soy, español, español, español! o ¡Que viva España! Nunca antes una ciudad estuvo tan unida. Nunca antes una ciudad se sintió tan española. La riada humana era sin matices, roja y amarilla. Todos, sin exclusión, lucían los colores de la bandera rojigualda henchidos de orgullo. La eclosión de españolismo en Madrid era apoteósica. A partir de las once y media de la noche, el calor dejó de ser asfixiante. Sólo entonces, los que se habían subido a lo alto de los semáforos y de las farolas buscando un poco de aire se bajaron a bailar y saltar con cualquie- ra que pasaba por allí. El éxtasis era generalizado. Eso sí, en lugar de a Manolo el del bombo ayer lo que se escuchaba eran bailes africanos al ritmo de los tambores, en honor a Sudáfrica explicaba uno. El alcohol no tardó en hacer mella entre los jóvenes. Lo tenían fácil. Multitud de vendedores ambulantes hicieron anoche su agosto. Las colas para hacerse con los minis de alcohol a 15 euros y los de cerveza a 10 eran interminables. Cualquier cosa servía de improvisado local: desde neveras portátiles, hasta un carrito de la compra llenos hasta arriba de hielo. A pesar de la locura desatada, algunos todavía tenían un poco de sensatez y declaraban que en sus planes entraba comer un poco antes de, eso sí, irse a beber hasta la muerte El que ya tenía la copa en la mano brindaba ¡Por España! y el que no aseguraba que se iba ¡A beber la ciudad! Hoy, ¡hasta el agua de los floreros! prometían otros. Nos vamos a olvidar de todo. Fiesta hoy, mañana y el martes aseguraban unas jóvenes. El otro plan fue, cómo no, el baño. No había fuente en Madrid en la que no hubiera gente chapoteando. Era el plan de la mayoría. Ahora, al agua directos gritaban unos chavales, roncos de felicidad. Aunque también hubo algunos momentos de tensión, como cuando unos chavales que portaban un ataúd en el que se podía leer R. I. P. Holanda lo quemaron y empezaron a saltarlo como si fuese la noche de San Juan. Afortunadamente, no ocurrió nada. Y el que no había disfrutado del partido en directo desde Cibeles y el paseo del Prado lo hizo después sacando el coche para pasear por toda la ciudad. Las calles estaban colapsadas, y en todos los semáforos los madrileños toreaban a los conductores, se sentaban en los pasos de cebra, y hasta obligaban al respetable a parar y cortar el tráfico. Hasta la policía secreta tuvo que comerse el embotellamiento. España estaba en la calle. VÍDEOS Y GALERÍA DE IMÁGENES DE LA GRAN FIESTA EN EL CENTRO Bares en la calle Arde la capital www. abc. es madrid