ABC MADRID 12-07-2010 página 14

14 OPINIÓN FUERA DE MICRÓFONO MARTÍNMORALES LUNES, 12 DE JULIO DE 2010 abc. es opinion ABC FÉLIX MADERO DOS ÁNGELES SIN NACIÓN (Y SIN BALÓN) Hay más esencia de España en un balón de fútbol que en un Episodio Nacional de Galdós N O quiero escribir sobre la manifestación de Barcelona. La mentira se ha cebado en un sentimiento independentista en el que, qué cosas, Montilla y Duran i Lleida no caben, se quedan cortos. Desde hace tiempo acompaña a los españoles- -los que quieren serlo, los que no, y los que siéndolo no lo saben- una filigrana histórica que nos coloca siempre en el exceso. El problema catalán no tiene solución, que ya lo dijo Ortega y Gasset en 1932. Solo podemos conllevarlo sin intentar resolverlo. Hay que ver lo que nos cuesta asumir una verdad como esta. Pero ya digo, no quiero escribir sobre esto. Tampocosobrelaselección. Españaacabadeproclamarse campeona del mundo. Ahora, todo me parece nada. Pepe Hierro, impaciente y ansioso, lo habría dicho así: Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo Mi anhelo y el de millones de españoles está cumplido. También el de otros que no lo son y desearían serlo. He visto estos días a extranjeros pregonados, portando la camiseta de España tan ricamente. Mientras unos proclamanla independencia y otros apelamos a un patriotismoconstitucional eintegrador, haypersonasque sin poder ser una cosa o la otra, deciden pertenecer a una España que ha triunfado moviendo una pelota. Pero no deseo escribir sobre la selección, aunque las palabras de Del Bosque hagan pensar: Ojala los españoles estuvieran tan unidos como su selección Así son las cosas. Hay más esencia de España en un balón de fútbol que en un Episodio Nacional de Galdós. Incomoda preguntarse cómo hemos llegadoaesto. Tranquilicémonosasumiendoquecuesta más leer que dar una patada al famoso jabulani. No quería escribir, pero escribo. Qué difícil es irsede la actualidad. Deesaactualidadque nadatiene que ver con la realidad. Porque verán, mientras hablamos de lo que hablamos, España sigue siendo unatierra promisoriapara millonesdeseres humanoscuyanaciónno existe, ysiexistiera nuncaganaría un Mundial. Quizá no sepan que mientras nos detenemosconasuntos queterminaráncolocándonos en la melancolía y el decaimiento, el sábado llegó a Motril una patera con cinco muertos. Dos de ellos eran bebés, y un tercero recién nacido se debate entre la vida y la muerte. Lejos de mí extraer consideracionesmorales. Pero alterminar deleer la noticia de la patera he sentido el sabor de la ceniza en laboca. ¿Y ahoracómo mepongoacelebrarla victoria de España? Y ahora, ¿qué es lo que tengo que celebrar? Después de todo, todo ha sido nada. Déjenme que remate si les digo que al detenerme en la muerte de los dos bebés he recordado el lema de la manifestación: Som una nació. Nosaltres decidim Que se lo pregunten a los dos angelitos que hoy van a enterrar en Granada. Dylan lo dijo así: A hard rain s a- gonna fall Una lluvia dura va caer. Hasta que ese día llegue, ¡viva España! CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC ALIANZA DE LAPIDACIONES Como todo cuanto concierne a lo coránico, es la lapidación de las adúlteras un ritual primorosamente codificado H OY llega a Madrid Manucher Motaki. En la fiebre de gozo y ruido en torno a la gran liturgia del fútbol, tal vez eso no interese a mucha gente. Manucher Motaki es ministro de exteriores de Irán. Aliado principal, por tanto, del presidente Rodríguez Zapatero y de su fiel Moratinos. Fueron los ayatolahs iraníes quienes acuñaron la fórmula de la cual el gobierno español iba hacer su única bandera en política internacional: alianza de las civilizaciones Sobre la base, claro está, de los valores que, por haber sido dictados por Alá a su Profeta, asientan sobre suelo inalterable los tornadizos caprichos de los hombres. Ayer las autoridades iraníes daban a conocer que no sería, de momento, ejecutada la sentencia de lapidación contra Sakineh Mohammadi- Ashtiani. No daban ningún detalle sobre lo que sucederá después. Mohammadi- Ashtiani sigue condenada a muerte. Lleva así cinco años. Puede cerrarse su paréntesis de vida en cualquier instante en el cual la autoridad religiosa que aplica la sharía lo juzgue conveniente. Si tiene suerte, morirá colgada de una grúa. Si el clérigo concernido exhibe su rigor literalista, será lapidada. Es lo que la sharía impone para el abominable delito por el cual la condenaron, sin pruebas y por convicción moral del presidente del tribunal: adulterio. Como todo cuanto concierne a lo coránico, es la lapidación de las adúlteras un ritual primorosamente codificado. El Código Penal iraní de 1979, que restablece en su puridad la norma islámica, especifica en su artículo 102 el modo en que, a diferencia de los hombres, que lo son hasta la cintura, deben las mujeres que se va a lapidar ser enterradas hasta el pecho y, por respeto elemental al pudor, ser cubiertos sus rostros con un velo. El artículo 104 da razón del instrumento litúrgico que acabará con la vida de la pecadora: piedras, que deben ser no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes, ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras El castigo debe ser largo y doloroso, antes de alcanzar su objetivo. No es tan sólo la muerte lo buscado. La muerte es poco para la impura que ofendió a su varón y a su Dios. Pero, en fin, así son las culturas que aceptan aliarse a la de los socialistas españoles. Ni una palabra contra Motaki del Zerolo que prohibió heroicamente la presencia en su Desfile a los homosexuales del único país del Cercano Oriente en el cual serlo no implica la peor muerte. Pero Israel no está bien visto por nuestro civilizatorio aliado Irán, unánime en el fervor piadoso de exterminar judíos, homosexuales o adúlteras. Manucher Motaki aterriza hoy en un país dichoso de su fútbol. Lo recibirá un ministro dichoso de sí mismo, tal vez porque aún no entiende cómo alguien de su brillantez y expediente puede tener en sus manos la diplomacia de un país más o menos moderno. Departirán como varones civilizados. Nos consuela saber que el ministerio español nos haya asegurado que su política exterior es siempre muy exigente con el respeto de los derechos humanos y con el cumplimiento de todas las convenciones internacionales. A la adúltera que aguarda a ser reducida a pulpa por piedras de grosor coránico, esa exigencia va a reconfortarla mucho.