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ABC MADRID 08-07-2010 página 3
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ABC MADRID 08-07-2010 página 3

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ABC JUEVES, 8 DE JULIO DE 2010 abc. es latercera LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O L U C A D E T E N A UN GOBIERNO DE CONCENTRACIÓN POR SALVADOR SÁNCHEZ- TERÁN La elección más difícil es la del presidente del Gobierno. Debe ser una persona de prestigio nacional e internacional, con experiencia de gobierno y amplios conocimientos económicos. na mirada serena, alejada de partidismos, nos lleva a definir los graves problemas económicos, sociales y políticos a los que debe enfrentarse el Gobierno en los próximos seis meses: la aplicación de las medidas de austeridad que ha creado ya fuertes tensiones sociales en los principales sectores afectados: funcionarios y pensionistas; discrepancias sindicales; problemas en el sector de la construcción; más tensiones en el crédito bancario, y, como símbolo, el Metro de Madrid. La aprobación de la reforma laboral mal negociada y confusamente presentada, cuya tramitación parlamentaria se inicia con el desacuerdo de empresarios, sindicatos y principales partidos políticos. La anunciada subida de impuestos, cuyos conceptos y porcentajes se esconden entre las brumas de una innecesaria y perjudicial demagogia. El debate sobre el Estado de la Nación, que, aunque retrasado, va a constituir una mezcla explosiva entre un presente crítico y un futuro de oscuridad prolongada. Los Presupuestos del 2011, con nuevas medidas de austeridad para reducir el déficit e incrementos de ingresos vinculados a la subida impositiva. Y con la gran mayoría de partidos políticos a la contra y el riesgo de un chalaneo de votos. Los vencimientos de la Deuda Pública, que en el conjunto del resto del año llegarán a 71.396 millones de euros, y la deuda externa global, que alcanza 1,7 veces el PIB. La tasa de paro, que ha descendido en mayo y junio por el efecto coyuntural y que volverá a subir en otoño; y para reducir el paro no basta con la reforma laboral. Un más rápido saneamiento del sistema financiero, ultimando la reestructuración de las Cajas y de la Banca, y una más ágil utilización del FROB. El planteamiento de la reforma del sistema de pensiones y la actualización del Pacto de Toledo, que permita garantizar la viabilidad del sistema a medio plazo. La caída alarmante de las Bolsas españolas, muy superior a la de los principales países de la Unión Europea, que incide en las economías familiares e induce a la fuga de capitales. Pero a esta síntesis de problemas económico- financieros deberíamos añadir otras graves cuestiones políticas, como la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, cuyas secuelas tardarán en asimilarse; los intentos de participación electoral encubierta de grupos abertzales ante una ETA debilitada por la eficaz acción antiterrorista; la necesaria reestructuración de la financiación de las comunidades autónomas y el estricto control de sus déficits; el fallido y necesario Pacto por la Educación y la revisión de iniciativas políticas que lesionan conciencias morales o sentimientos históricos de amplios sectores de la sociedad. Y esta compleja situación la debe afrontar este Gobierno, en los momentos más bajos de su legislatura, con la opinión pública y la mayoría de los partidos políticos a la contra, desasistido de sus aliados sindicales y con un muy bajo prestigio internacional, en lo financiero y en lo político. No podemos confiar en que medidas improvisadas, rectificadas e insuficientes nos saquen de la crisis. Hace falta un plan de conjunto coherente que pueda suscitar apoyos mayoritarios. Es imprescindible contar con un Gobierno fuerte que tome con energía las riendas de la nación. A mi juicio, solo hay dos maneras de conseguir ese Gobierno fuerte mediante unas elecciones generales anticipadas o con un Gobierno de concentración. La necesidad de unas elecciones generales, con carácter inmediato, es compartida por una parte de la opinión pública y por casi todos los grupos parlamentarios. Pero esta opción tiene un obstáculo insalvable El presidente Zapatero, con el poder constitucional en su mano y con el respaldo de su Gobierno, no disolverá las Cortes ni convocará unas elecciones generales que previsiblemente llevarían al PSOE a una derrota segura, y dentro de nueve meses a un descalabro en las elecciones autonómicas y municipales. Queda como alternativa más viable un Gobierno de concentración. El fundamento del Gobierno de Concentración no puede ser otro que el máximo consenso posible entre los dos grandes partidos- -y alguno minoritario- -en las directrices esenciales económicas, sociales y políticas. La crisis ha forzado al presidente Zapatero a dar un giro de 180 grados en materia económica y social. Y ahora debe ocurrir lo mismo en lo político. Es insoportable para los ciudadanos sufrir la constante crispación y el enfrentamiento de los dirigentes españoles. La elección más difícil es la del presidente del Gobierno. Debe ser una persona de prestigio nacional e internacional, con experiencia de gobierno y amplios conocimientos económicos, seleccionado por los líderes del PSOE y del PP entre un reducido elenco de 4 a 6 candidatos idóneos. El Gobierno, tras un reajuste de carteras en la línea propuesta por el Congreso de Diputados, debería estar integrado por doce a catorce miembros, con destacados dirigentes socialistas en el área social y populares en el área económica y con otras dos personalidades independientes- -o de otro partido- -que promuevan y faciliten los acuerdos en los temas de mayor dificultad o discrepancia. U E l Gobierno de concentración tendría una duración limitada en el tiempo. Mi sugerencia es que sea de un año. A partir de ese plazo debería disolver las Cortes y convocar elecciones generales para el otoño del 2011. Las municipales y autonómicas se habrían celebrado ya- -como está previsto- -en la primavera. Algunos- -tal vez muchos- -pensarán que esta propuesta es como el sueño de una noche de verano Y puede ser cierto, porque Zapatero la rechaza rotundamente y Rajoy la acepta como hipótesis aplazada, pero nunca encabezada por el actual presidente. Pero cuando preparo estas líneas me llegan los titulares de una encuesta de Metroscopia: Crisis de gobierno, sí elecciones, aún no El 86 de los ciudadanos expresan poca o ninguna confianza en Zapatero El PP incrementa la brecha hasta en 10.5 puntos por el hundimiento del PSOE El 73 afirma que un Gobierno del PP no lo haría mejor que el actual El 88 pide acuerdos entre los dos grandes partidos Un Gabinete fuerte contra la crisis El Gobierno de concentración es un clamor nacional ante el desprestigio del presidente Zapatero, que alcanza cotas inaceptables para una gobernación eficaz. El PP no está en condiciones legales de asumir el poder. Casi un 90 pide el acuerdo entre los dos grandes partidos. Esto es, el Gobierno de concentración. En el verano de 1976, tras la caída del Gobierno Arias y con la llegada al poder de Adolfo Suárez, en medio de las más duras críticas que haya recibido nunca un nuevo presidente, con una situación política más difícil que la actual y con una grave crisis económica, todos apuntaban al fracaso del Gobierno suarista. Pero inesperadamente se produjo el milagro de la Transición, construyendo la democracia, ordenando el caos económico y sentando las bases del orden constitucional. Hoy, el milagro de reconducir la grave situación a través de un Gobierno de concentración, es decir de consenso, es posible. Solo hace falta que los principales dirigentes políticos del país antepongan a tantos intereses personales o partidistas que se concitan una grandeza de miras al servicio de todo el pueblo español. SALVADOR SÁNCHEZ- TERÁN FUE MINISTRO DE LA TRANSICIÓN

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