ABC MADRID 06-07-2010 página 33

ABC MARTES, 6 DE JULIO DE 2010 abc. es internacional INTERNACIONAL 33 Un recuento de infarto B Bronislaw Komorowski Plataforma Cívica, liberal 53,01 FLORENTINO PORTERO Aunque los sondeos a pie de urna pronosticaron una victoria cómoda del liberal Komorowski, el escrutinio fue de infarto: hasta bien entrada la madrugada no se impuso a Kaczynski. EUROPA A LA ESPERA B Jaroslaw Kaczynski Ley y Justicia, derecha L 46,99 El gemelo del fallecido ex presidente reconoció su derrota al inicio del escrutinio. Esta situación se acentuaba sobre todo por la diferencia del signo político en ambos poderes, salvo en el periodo en el que precisamente coincidieron los dos gemelos Kaczynski en la Presidencia y el Gobierno- -de julio de 2006 a noviembre de 2007- Ahora toda la responsabilidad plena recaerá en la Plataforma Cívica (PO) del primer ministro Donald Tusk y pondrá a prueba su auténtica relación con el nuevo presidente Komorowski. Un hecho que recogían ayer positivamente los mercados: el zloty subía frente al euro tras el resultado, confirmando que Komorowski sería bien recibido por los mercados, al contrario que Kaczynski dice Ryszard Petru, economista jefe del banco BRE. El nuevo presidente es previsible, garantiza la estabilidad, la sensatez y el ajuste de la fiscalidad del Estado resume Pawel Swieboda, del think tank Demos Europa, pero reconoce que no debemos esperar emociones Grzegorz Schetyna, de la PO, cree que Kaczynski ha perdido porque su nueva política sólo era estrategia de marketing En cuanto a Kaczynski, la propia Gazeta que había apostado por el ganador, le reconoce los 20 puntos conquistados en campaña, un gran capital para su partido ante las próximas legislativas. Ley y Justicia (PiS) están en auge reconoce el académico de Políticas Stanislaw Mocek, hay que ver cuánto mantendrán la movilización Sobre el voto regional, que parece volver a cortar Polonia en diagonal, cabe aclarar que la diferencia de voto no va a más de 6 a 8 puntos en una u otra dirección; siguiendo la antigua división de Polonia, las de dominio prusiano, como modernas y occidentalizantes; las austríacas como tradicionales y burócratas; y las rusas del este, hasta mucho de Varsovia, como rurales, pobres y holgazanes. Carteles del perdedor Kaczynski (arriba) y el ganador Komorowski. EFE Los mercados recogen con optimismo el hecho de que dos políticos del mismo partido, liberales, acaparen el poder Polonia: de la fricción al acuerdo RAMIRO VILLAPADIERNA ENVIADO ESPECIAL A VARSOVIA El Estado polaco tiene la singularidad de un presidente representativo a la alemana, elegido directamente a la austríaca, con ínfulas de mando francesas y una confusión institucional y democrática a la rusa: un claro recuerdo de sus apellidos históricos. Y los polacos agregan a su turno el sentido del lío y la improvisación, en que han sido maestros, para hacer de la necesidad virtud: la llamada kombinowanie que, a este punto, merece sólo la explicación con que acaban tantas disquisiciones locales: Esto es así, pero es algo demasiado polaco para que usted lo entienda La victoria del mariscal del Sejm, o presidente del parlamento, Bronislaw Komorowski ha sido amplia (53 frente a 47 de Kaczynski) como para hablar de cambio de era. Durante 20 años de transición, las instituciones presidencial y gubernativa han cohabitado prácticamente en constante fricción, por la singularidad de un jefe del Estado ceremonial, pero con la legitimidad de una eleccion directa. Como explica el editor Andrzej Jonas, esto proporciona un presidente con un caudal político mucho mayor que el propio jefe de Gobierno. En estas circunstancias su única herramienta, no ornamental es negativa: el poder de veto sobre lo que hace el gobierno. os europeos inician sus vacaciones conscientes, en mayor o menor medida, de que la situación económica es muy grave y de que a la vuelta del estío habrá que adoptar medidas radicales para tratar de encauzar la situación. Tras años perdidos en un debate pseudoconstitucional, la crisis económica nos ha situado ante la realidad y no hemos necesitado ni seis meses para tener que reconocer, por boca del Presidente de la Unión, que el Tratado de Lisboa no es el mejor instrumento para hacerle frente. Las diferencias entre los que apuestan por el control del déficit y el aumento de la productividad, encabezados por Alemania, y los que están dispuestos a hacer del gasto el motor del desarrollo bloquean la posibilidad de una estrategia económica común. Atrás han quedado los debates sobre la dimensión exterior o de seguridad europea. Pero como los europeos nunca hemos tenido ni una política económica común ni una dimensión exterior y de seguridad podemos seguir durante un tiempo más sin ellas. Lo que urge, donde nos jugamos nuestro inmediato futuro, es en la eurozona. Si no somos capaces de salvar la moneda común de las turbulencias provocadas por las deudas soberanas, por la insolvencia, el proyecto europeo entrará en barrena con consecuencias difíciles de imaginar. El euro es el logro más importante de los últimos años, es un hito en un proceso sin consolidar. Con la vuelta de las vacaciones llegará el momento de las decisiones, que afectarán al número de miembros que compondrán el Eurogrupo, a las reglas de funcionamiento y a la posible intervención de las cuentas de algún estado que, por un comportamiento irresponsable, no sólo ha puesto en peligro el bienestar de sus ciudadanos sino también la estabilidad de la moneda común.