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ABC MADRID 19-01-2010 página 30
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ABC MADRID 19-01-2010 página 30

  • EdiciónABC, MADRID
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30 INTERNACIONAL MARTES 19 s 1 s 2010 ABC El desastre toma nuevas dimensiones El Príncipe pide a la comunidad internacional un esfuerzo prolongado para restaurar Haití El Príncipe de Asturias pidió ayer a la comunidad internacional un esfuerzo en ayuda humanitaria y de emergencia prolongado en el tiempo para ayudar a la recuperación de Haití tras el terrible terremoto del pasado miércoles. Don Felipe hizo este llamamiento en Abu Dhabi, donde se encontraba en visita oficial acompañado por la Princesa de Asturias. El Heredero de la Corona expresó su petición ante los tres mil representantes de los más de cien países que asistieron a la inauguración del Congreso Mundial sobre la Energía del Futuro, que se celebra en la capital de los Emiratos Árabes Unidos y cuya ceremonia de apertura empezó con un minuto de silencio por las víctimas del terremoto, informa Almudena Martínez- Fornés. EE. UU. reabrirá el puerto de la capital en 48 horas El Ejército estadounidense espera reabrir en 48 horas el puerto de la capital haitiana, cuyos muelles quedaron sumergidos e inutilizada su única grúa de gran tonelaje tras el seísmo. La reapertura del puerto permitirá la entrada masiva de ayuda para los cientos de miles de damnificados por el terremoto, informó el general de EE. UU. Michael Dana. Vista aérea de la devastada zona portuaria de Puerto Príncipe REUTERS TERREMOTO EN HAITÍ s La sanidad, colapsada La solución es... ¡amputar! El 92 por ciento de los casos tratados en el Hospital General de Puerto Príncipe son amputaciones de miembros s Una semana después del terremoto, todos son ya casos complicados afirman los doctores en la abarrotada planta de traumatología po de diecisiete doctores procedentes de Nueva York. Veo que no voy a salir de ese edificio en mucho tiempo dice al lanzar una mirada al ala de traumatología del Hospital General. A estas alturas, la gangrena corre por los cuerpos de los heridos como la descomposición en los cadáveres que la gente ha dejado en las aceras. Todos son ya casos complicados, la infección se ha extendido, hay muchos fallos renales, el cuerpo empieza a apagar todos los órganos Cada camilla que sale del hospital en busca de un hueco para aparcar al herido en la calle tiene una mano palpando una extremidad inexistente. Los que sufrieron heridas en el torso o en el abdomen ya están muertos. No tenían a nadie que los atendiera a tiempo. El médico de la unidad boliviana de cascos azules recuerda estremecido la escena que presenció en este hospital en la madrugada del miércoles, cuando llevó a una niña de 4 años que había rescatado de los escombros. No había médicos ni enfermeras, todo el personal había huido. Aquello parecía un cementerio, cadáveres por todas partes. La gente dejaba allí a los heridos pensando que los atenderían, pero no había nadie Esto es Haití, el país más pobre del hemisferio occidental. Donde había médicos no había medicamentos, donde tenían antibióticos no tenían anestesia, y donde había personal no había nada con que tratar a los heridos resumió Stefano Zannini, jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras, que esa noche se recorrió los cuatro principales hospitales para evaluar la situación. Sus propias instalaciones resultaron dañadas por el furioso rugido de la tierra. Mari Rose St Claire permanece apostada a los pies de la cama de su hijo en el aparcamiento del hospital, lavándole en una palangana la única camiseta que tiene. No tenemos a dónde ir, no nos queda nada Allí por lo menos tienen un toldo que cubre la hilera de camillas, y aunque nadie les da agua ni comida de vez en cuándo viene un médico a comprobar cómo sigue el niño que se rompió la cabeza, el brazo y varias costillas. Mientras los políticos de medio mundo siguen llegando a tomarse la inevitable foto, los aviones con ayuda humanitaria tienen problemas para aterrizar. Haití sigue cristalizando las miserias del mundo, incapaz de poner fin a su sufrimiento. MERCEDES GALLEGO ENVIADA ESPECIAL A HAITÍ PUERTO PRÍNCIPE. Un niño nació ayer en el hospital de campaña de Naciones Unidas, a unos metros de donde los empleados de la morgue intentaban acomodar cadáveres hinchados en los féretros. A pleno sol, a la vista de todos porque ya no despierta curiosidad en nadie, regándolos con chorreones de formol en una botella de plástico. La vida se abre paso a la fuerza en esa orgía de muerte y destrucción, pero también la impaciencia de quienes hoy cumplirán una semana al sol con lo puesto. Las fuerzas languidecen lentamente ante la falta de alimentos pero la sed irrita, especialmente cuando lo único que se bebe es aguardiente barato, que se sigue vendiendo en la calle por muy poco. Un cóctel peligroso para un lugar donde rebosa la frustración. El nerviosismo contrasta con la resignación de quienes reciben por fin atención médica, una semana después de que se les desplomarán encima los techos y los muros. El 92 de los casos que tratamos son amputaciones sentencia el doctor Robert Guillen, el único cirujano ortopédico que ha llegado en el equi- Lo único que la población tiene para beber suele ser el aguardiente barato que venden en la calle El Gobierno debe decidir qué barco y qué dotación enviará a la zona MADRID. El Ministerio de Defensa sigue las instrucciones de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que anunció el domingo desde Haití que España enviará a la zona del desastre el buque de asalto anfibio Galicia pero en el Estado Mayor de la Defensa se baraja también la posibilidad de que sea el Castilla el finalmente desplazado. Aunque ambos sean gemelos e iguales por fuera, con A. C. El personal sanitario huyó una tripulación de unos 190 hombres y mujeres, tienen diferencias fundamentales: el primero tiene varios quirófanos y está especialmente configurado para trabajar como barco hospital, mientras que el segundo tiene menos instalaciones médicas pero está preparado hasta para llevar un estado mayor. El Galicia es el que suele enviarse a las zonas de catástrofe, como ya ocurrió en el caso del maremoto que arrasó las costas de Indonesia, pero el Gobierno tiene que deci- dir qué tipo de ayuda y en qué proporción- -reconstrucción o atención médica- -conviene trasladar con urgencia a la isla. Además de personal médico, Defensa tiene que desplazar unidades de protección y también ingenieros. Uno de los dos buques de asalto estará listo para zarpar esta semana. En la travesía de Rota a Haití tardará un mínimo de diez días, con lo que llegaría en la primera semana de febrero previo paso para abastecimiento por Santo Domingo.

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