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ABC MADRID 05-01-2010 página 54
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ABC MADRID 05-01-2010 página 54

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54 SOCIEDAD MARTES 5 s 1 s 2010 ABC Sanidad estudia donar o revender 23,5 millones de vacunas sobrantes contra la gripe A MADRID. El Ministerio de Sanidad estudia la posibilidad de donar o revender a países de la Unión Europea sin acuerdo con los laboratorios- -como Polonia o Bulgaria- -las vacunas de la gripe A que sobren tras proteger a los grupos de riesgo, como hace Francia con sus dosis sobrantes, según informó ayer a Europa Press el departamento de Trinidad Jiménez. Estas vacunas sobrantes podrían venderse a un precio inferior al pagado por Sanidad a sus fabricantes en el marco de una iniciativa de solidaridad con estos países europeos o bien donarse a países en vías de desarrollo, como propuso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Otras alternativas serían devolver el excedente a los laboratorios para que lo vendieran en farmacias, una opción que dependería de las compañías, ya que, según este ministerio, podría no haber demanda o emplearlo para fabricar la vacuna de la gripe estacional de 2010, que se hace con los virus que más circularon durante el invierno anterior. España se quedará sólo con 13,5 millones de vacunas contra la gripe A de los 37 millones que encargó en un principio. De estas vacunas, 10 millones se destinarán a pacientes de riesgo- -que han recibido ya unos 3 millones- -y 3,5 millones se guardarán de reserva estratégica en previsión de cambios en la evolución de la pandemia Será el próximo 16 de enero, al cumplirse dos meses del inicio de esta campaña de vacunación del virus H 1 N 1, cuando se conozcan las últimas cifras de vacunados en nuestro país. La decisión de paralizar la producción de las 23,5 millones de vacunas que faltaban por entregar pudo tomarse gracias a una cláusula introducida en el contrato de Sanidad con los distintos laboratorios, por la que este ministerio se reservaba el derecho de modificar su pedido inicial en función de las dosis que finalmente fueran necesarias por persona. ABC La normativa que permite acceder a datos confidenciales suscitó grandes controversias sobre los gastos parlamentarios en Londres REUTERS Polemica Ley de Libertad de Información en Reino Unido Derecho a saber, por decreto Se cumplen cinco años de una iniciativa que pretendía incrementar la confianza en los poderes públicos y que ha aumentado el descrédito de la clase política LONDRES. Uno de sus principales objetivos era incrementar la confianza ciudadana en los poderes públicos, pero cinco años después de la entrada en vigor en el Reino Unido de la Ley de Libertad de Información, que obliga a desvelar datos sobre los que los ciudadanos tienen derecho a saber la principal consecuencia ha sido un aumento del descrédito de gobernantes y políticos. El mayor escándalo de la vida pública británica en el año pasado fue el relativo a los gastos de los diputados, cuya revelación en parte fue propiciada por la Ley de Libertad de Información. Ésta fue una promesa electoral de cuando Tony Blair aún se encontraba en la oposición, pero visto luego el uso que de ella ha hecho la prenEMILI J. BLASCO CORRESPONSAL Pacientes de riesgo sa, Blair llegó a comentar medio en broma que esta ley, y no la guerra de Irak, era el gran error de sus diez años en el Gobierno. El primer ministro decía quejarse de la gran pérdida de tiempo y dinero dedicado a recoger información en muchos casos insustancial, pero no podía ocultar su disgusto por exclusivas que la prensa utilizó contra el Gobierno, como una inyección de dinero público a un importante centro escolar concertado para que no quebrara días antes de unas elecciones generales, o el listado de invitados a cenas privadas dadas por los Blair en la residencia de Chequers. En estos cinco años también han trascendido datos relativos a los memorandos que el príncipe de Gales envía a Pérdida de tiempo y dinero distintos Ministerios, para enojo de sus titulares, o determinadas informaciones sobre la falta de material con la que Defensa ha enviado a sus soldados a Irak y Afganistán. Junto a asuntos de importancia, han trascendido cuestiones nimias, como el número de rollos de papel higiénico que se consumen en Downing Street, o el peso del obeso John Prescott, viceprimer ministro con Blair. A la hora de valorar la aplicación de la ley, existe la consideración general de que ha instalado en la ciudadanía la sensación de que la información es un bien que pertenece a todos, de acuerdo con las opiniones recabadas por el diario The Guardian Para Fatima Zohra, encargada en reunir la información que se solicite al distrito de Westminster, ha habido un completo cambio de actitudes, y ahora hay mayor apertura en las administraciones. Con todo, el profesor Robert Hazell, del University College London, advierte que la preponderancia alcanzada en los medios de comunicación de la información solicitada por los propios medios, ha motivado una serie de exclusivas que han cuestionado la honradez de gobernantes y políticos. A su juicio, la prensa sólo ha utilizado dos objetivos de la ley (lograr mayor traspariencia y rendir cuentas) pero no ha perseguido los otros cuatro restantes (mayor participación pública en la gobernabilidad, mejorar el proceso de toma de decisiones, confianza en el sistema de gobierno y mejor comprensión) Otra de las grandes quejas es que, con el tiempo, los responsables de los informes procuran demoras y determinados modos de redacción que acaban por desvirtuar el impacto deseado de la ley. Pocos objetivos Blair llegó a decir que esta ley, y no la guerra de Irak, era el gran error de sus diez años en el Gobierno

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