ABC MADRID 02-01-2010 página 57

ABC SÁBADO 2- -1- -2010 57 sus adversarios (marxistas, nacionalistas, terroristas, etcétera) dejándonos un legado esencial que puede resumirse con una solapalabra: honradez. Camus fue un hombre radicalmente honrado, sin duda. Pero también fue un mujeriego (dos o tres veces casado, siempre atraído por nuevas señoras, con las que tenía mucho éxito) un solitario, un fumador empedernido, un enfermo crónico (tuberculosis) un amigo de amigos excepcionales (René Char) director de teatro y periódicos, finalmente muerto en un absurdo accidente de automóvil. Etiemble llegó a escribir que el coche que conducía Michel Gallimard (sobrino de Gaston, el patrón editorial) era un ataúd ambulante. La leyenda se confunde con las pasiones literarias del escritor. Prêtre, además de musicalidad, aportó algunas dosis de buen humor al Concierto de Año Nuevo REUTERS Lo dirigió por segunda vez George Prêtre El Concierto de Año Nuevo, con sabor francés y sin cortes El director galo encandiló a los vieneses en una cita que se ha podido seguir completa por primera vez en TVE BARCELONA. Y se repitió el rito. Quizás este año con más aciertos que nunca, ya que la retransmisión en directo por TVE desde la capital austriaca del Concierto del Año Nuevo de los Filarmónicos de Viena en la sala dorada del Musikverein- -señal que llegó a 72 países- -fue toda una experiencia gracias al lujo de la realización televisiva de Karina Fibich (que reemplazó a un indispuesto Brian Large) al espectáculo musical y dancístico- -con vestuario de Valentino- a la ausencia de publicidad y a los siempre acertados comentarios de José Luis Pérez de Arteaga, encargado de retransmitirlo, como ya es habitual, por Radio Clásica y por TVE. El programa, con una audiencia estimada en más de 50 millones de telespectadores y centrado como siempre en la saga de los Strauss a ritmo de polkas y valses, tuvo PABLO MELÉNDEZ- HADDAD cierto acento francés: no podía ser de otra manera, ya que en el podio reinó por segunda vez el ya mítico George Prêtre, quien debutó al mando de este espectáculo en 2008; en esta ocasión, y a sus 85 años, no sólo se convirtió en el más longevo de los directores del concierto, sino, además, en uno de sus triunfadores debido a lo innovador del programa y a su pulcra y creativa dirección regalando versiones de piezas tan populares- -como el mismísimo Danubio azul -que sonaban a nuevas. La química entre director y músicos fue total. Con la mirada puesta en Johann Strauss y en un entorno decorado con más de 3.000 flores traídas desde Italia, hubo además de los guiños al repertorio galo, con Offenbach y los propios Strauss inspirados en París, un recuerdo al compositor alemán Otto Nicolai, fundador de los Filarmónicos, y otro al conocido como el Strauss danés Hans Christian Lumbye, haciendo las delicias de un público heterogéneo. La ya citada ausencia de publicidad en la retransmisión permitió la emisión al completo, durante la media parte del concierto, de un interesante documental que mostró aspectos del making off del espectáculo, desde los ensayos musicales al proceso de diseño y confección del elegante vestuario- -incluido un maravilloso vestido rojo- -que Valentino concibió para los miembros del Ballet de la Ópera de Viena que ilustraron un par de valses con actuaciones en directo desde el Museo de Historia del Arte vienés, hermosas coreografías firmadas por Renato Zanella. Making off Camus, en 1959, un año antes de su muerte, cuando viajaba con Michel Gallimard, sobrino del editor George Prêtre dirigió en el concierto partituras de los Strauss, Offenbach, Lumbye y Nicolai