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ABC MADRID 10-11-2009 página 15
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ABC MADRID 10-11-2009 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES 10- -11- -2009 Duran cuestiona la legitimidad de los negocios de asesoría de Felip Puig 15 mación esté en disposición de lograr una fuerte implantación. Pero, en este sentido, se recuerda que entre españoles conversos e inmigrantes procedentes de países islámicos la población musulmana residente en nuestro país se acerca a 1.300.000 musulmanes. De ellos, algo más de 700.000 son marroquíes. Podrían superar los dos millones si se incluye a los todavía ilegales. Lo que más preocupa en estos momentos al Ejecutivo es que este partido pueda predicar la no integración en núcleos urbanos con amplia presencia musulmana. En municipios en los que ya son una mayoría, los musulmanes tratan ya de imponer sus propias costumbres. De controlar algunos ayuntamientos, las costumbres podrían adquirir entonces el rango de normativa municipal. La preocupación se acrecienta ante la sospecha de que detrás del partido esté Marruecos, un país con intereses contrapuestos a los españoles. Musulmanes en España En Cataluña se concentran más de 350.000 ciudadanos que profesan el Islam, mientras que en Madrid son unos 200.000. En Valencia se acercan a los 150.000 y en Murcia, alrededor de 70.000 ciudadanos. En total, los musulmanes residentes en España son más de 1.300.000, de ellos más de 700.000 marroquíes. Los marroquíes en España constituyen el colectivo de extranjeros más numeroso que cotiza en la Seguridad Social española. Sobre un total de 1,31 millones de trabajadores extracomunitarios, 274.016 son marroquíes. En El Ejido residen unos 14.000 marroquíes; en Barcelona, 14.000; en Tarrasa, 11.000; en Madrid más de 22.000; en Murcia, como en Cartagena, más de 11.000. De invitados a árbitros Desde que en la última década se generalizó en la UE la concesión del derecho de voto en las elecciones municipales a los emigrantes, muchos colectivos musulmanes han empezado a tener un peso decisivo en la política de sus países de acogida ENRIQUE SERBETO CORRESPONSAL BRUSELAS. En varios países, Holanda, Dinamarca o Finlandia, existen iniciativas para formar partidos musulmanes y en otros se han hecho con un hueco estratégico en la política local. En Bélgica, por ejemplo, en las municipales de la primavera pasada, uno de cada tres candidatos de las listas socialistas era de origen musulmán y en las listas de los humanistas (antiguos democristianos) fue elegida Mahinur Ozdemir, la primera mujer musulmana que entró en el Parlamento regional de la capital belga cubierta con el velo islámico, a pesar de que en su país de origen- -Turquía- -eso hubiera sido totalmente imposible. En Holanda hay hasta una universidad islámica y un perseguido político marroquí llamado Mohamed Rabbal fue el primero en proponer la creación de un partido político musulmán, a la imagen de la democracia cristiana en versión islámica En casi toda Europa Occidental se ha alentado la organización de los musulmanes en asociaciones religiosas o culturales, aunque con ello no se ha podido evitar que se reprodujesen en su seno las viejas divisiones de sus países de origen. La única organización con voluntad continental es la Liga Árabe Europea, fundada por un libanés llamada Abou Jahjah, combatiente de Hezbolá. Como votantes, los musulmanes pueden lograr imponer sus condiciones sin necesidad de abanderar partidos políticos excluyentes. El caso de la ciudad francesa de Lille es un perfecto paradigma donde la comunidad islámica ha alcanzado un poder numérico tan relevante que son fundamentales para que la alcaldesa, la socialista Martine Aubry, tenga que hacer condiciones esenciales como modificar los horarios de las piscinas municipales para que haya periodos solo para mujeres tal como exigen los imanes.

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