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ABC MADRID 20-05-2008 página 40
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ABC MADRID 20-05-2008 página 40

  • EdiciónABC, MADRID
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40 INTERNACIONAL MARTES 20 s 5 s 2008 ABC Florentino Portero El próximo presidente de EE. UU. estará atrapado por lo que herede de Bush Joseph Nye, experto en relaciones internacionales en Harvard (EE. UU. El padre del soft power presentó ayer en Madrid su nueva criatura, la inteligencia contextual cualidad ausente en George W. Bush que sí detecta en su candidato preferido, el senador demócrata Barack Obama TEXTO BORJA BERGARECHE FOTO SIGEFREDO MADRID. Pertenece al exclusivo club de personas que, como los dioses, ponen nombre a las cosas. En el caso de Joseph S. Nye, Jr. catedrático de relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, su acierto- -su visión- -fue acuñar el concepto de soft power (poder suave) en 1990. Ex secretario de Defensa adjunto y demócrata confeso, no oculta sus simpatías por Barack Obama- creció en Indonesia y estudió en Harvard, donde llegó a ser editor de la Revista de Derecho (Law Review) y para eso hay que ser muy inteligente Recién llegado de Azerbaiyán, donde visitó el oleoducto Baku- Ceyhan que la U. E. intenta sacar adelante, Nye intervino ayer en un seminario sobre política exterior estadounidense organizado por el Real Instituto Elcano. En su presentación, Bernardino León, secretario general de la Presidencia del Gobierno, destacó la simpatía del Ejecutivo español por las ideas de Joseph Nye, y se refirió a los valores comunes que compartimos con EE. UU. y que ofrecen, después de cuatro años en que las relaciones entre los dos países se han normalizado, un campo amplio de profundización Nye, de 71 años, expuso la nueva criatura conceptual- -la inteligencia contextual -que desarrolla en su última publicación, The powers to lead dió la situación en la que estaban los EE. UU. No comprendió el papel del soft power Y cometió el error de creer que éramos tan fuertes que podíamos hacer lo que quisiéramos en Irak. El próximo presidente deberá entender que, aunque somos la única superpotencia, no podemos controlarlo todo. Obama lo haría mejor que McCain. Y McCain mejor que Bush. RENOVACIÓN LIDERAZGO Y e todos es sabido que la popularidad del presidente George W. Bush anda por los suelos. Lo que no es tan conocido es que el prestigio de republicanos y demócratas no le va a la zaga. La sociedad norteamericana demanda un cambio aunque, como tantas veces ocurre en la historia, esa palabra tenga un contenido vago. La democracia más antigua del planeta ha arbitrado un sistema electoral particularmente útil para resolver este tipo de situaciones. Mantener un modelo bipartidista en una nación de trescientos millones de habitantes es todo un reto. Cada formación asume que tiene que dar cobijo a intereses, ideas y sensibilidades distintas, en un continuo ejercicio de equilibrio. En realidad, cada partido es una coalición. Para fijar la línea ideológica y el programa, los norteamericanos utilizan las primarias. El candidato elegido impone su programa. Mientras el partido no pasa de ser una vaga red de relaciones, lo que de verdad cuenta es el liderazgo, potenciado por el distrito uninominal, y sobre él recae la responsabilidad de adaptar el partido a los nuevos tiempos. A nadie le puede extrañar que, en un momento en que se demanda cambio, los elegidos sean dos personalidades ajenas al núcleo rector de sus respectivos partidos. Tanto John McCain como Barack Obama tienen problemas con destacados sectores de votantes de sus propias formaciones, al mismo tiempo que están en condiciones de robar votos a su oponente en su propio territorio. De la misma forma que el ex presidente Ronald Reagan reformuló el programa republicano y Jimmy Carter el demócrata, todo apunta a que, tras las elecciones de noviembre, ambos partidos sufrirán una importante metamorfosis. No es posible que tras la Guerra Fría y en un entorno tan distinto todo siga igual. Lo sorprendente es la facilidad con la que este gran país resuelve retos tan complejos. La clave no es otra que el ejercicio de la democracia, impidiendo que los aparatos de los partidos políticos la secuestren, fenómeno que tantas veces padecemos en Europa. D -Al igual que Irak ha definido a esta Presidencia, ¿cree que Irán definirá la siguiente? -Si siguen peleándose hasta la convención de agosto, le darán la victoria a los republicanos. Pero si Hillary se retira con generosidad después de las últimas primarias, el duelo no habrá sido tan negativo. Habrá servido de prueba para Obama, y le habrá hecho enfrentarse al tipo de ataques a los que se enfrentará en el otoño. ¿Cree que la pelea entre Obama y Clinton erosiona las posibilidades de una victoria demócrata? Joseph Nye, durante la entrevista con ABC ayer en Madrid val estratégico, como un poder regional aislado, como un amigo? -Espero que no. Espero que el próximo presidente sea capaz de usar una perspectiva más amplia con Irán, y de no meterse en una guerra que empantanaría su presidencia, como Irak ha empantanado la que termina en noviembre. Tendrá que aplicar el palo y la zanahoria y utilizar la diplomacia para involucrar a otros países. Obama se ha referido a la posibilidad de negociar con Irán, a diferencia de Bush Hay una serie de gestos simbólicos que el nuevo presidente puede hacer, como cerrar Guantánamo China será un socio responsable si, al hablar de Darfur, piensa en derechos humanos y no en petróleo que EE. UU. puede incrementar su poder suave. Pero no podemos olvidar que el próximo presidente estará atrapado por las cuestiones que heredará de Bush, en particular Irak. -El futuro de China es una de las grandes preguntas del siglo. Y lo es también para el próximo presidente de EE. UU. No creo que haya un conflicto con China. Si gestionamos bien las relaciones con este país, creo que China podría convertirse en lo que Robert Zoellick (presidente del Banco Mundial) denomina como socio responsable ¿Qué presidente necesita su país: demócrata o republicano? -Tenemos la suerte de que los dos candidatos con más opciones, John McCain y Barack Obama, son buenos candidatos. Debo ser cauteloso porque mis preferencias están con los demócratas, pero creo que lo importante es que el próximo presidente sea un líder diferente a George W. Bush. Bush carece de lo que denomino inteligencia contextual que consiste en comprender el contexto en el que se ejercen el liderazgo y el poder. Y Bush no compren- ¿Qué debería hacer el próximo presidente para contrarrestar la pérdida de popularidad de EE. UU. después de episodios como Abu Ghraib o Guantánamo? -Hay una serie de gestos simbólicos que debería hacer en el corto plazo, como cerrar Guantánamo o reiterar el apoyo a las Convenciones de Ginebra. Pero hay otras cosas. Podría demostrar su disponibilidad a asumir un papel de liderazgo en relación al cambio climático, prestar más atención a los organismos multilaterales, dar más prioridad a la salud pública, al desarrollo económico... Son todos asuntos con los ¿Cree entonces que EE. UU. debe unirse al Protocolo de Kioto? -Kioto ya está pasado, la pregunta es qué es lo que viene ahora. Debe haber una concepción más amplia que incluya a India y a China. El año pasado, China se convirtió en la superpotencia en CO 2. Ya emiten más dióxido de carbono a la atmósfera que los EE. UU. -Sobre Taiwán, la clave es que China no utilice la fuerza. Al hablar de socio responsable, me refiero a que cuando se hable de Darfur, China piense en derechos humanos y no sólo en petróleo. A que cuando se hable de riesgo de proliferación nuclear en Irán, China no tenga en mente su particular interés en los hidrocarburos, sino que piense también en preservar el Tratado de No Proliferación. -Socio responsable en temas como... ¿Taiwán, por ejemplo? ¿Asistirá usted a los Juegos Olímpicos? ¿Cómo ve a China: como un ri- -No. Pero no tiene nada que ver con China. Simplemente, creo que será una masa imposible. He estado en China muchas veces.

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