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ABC MADRID 20-02-2008 página 39
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC CUBA ENSAYA EL CASTRISMO SIN CASTRO EFECTOS GEOPOLÍTICOS MIÉRCOLES 20- -2- -2008 INTERNACIONAL 39 Chávez, el discípulo El 13- 08- 2006, con ocasión de su 80. cumpleaños, el diario oficial Juventud Rebelde publica un mensaje de Fidel Castro junto a sus primeras fotografías tras su cese temporal del poder, durante una visita del presidente venezolano, Hugo Chávez. Los cubanos ven por primera vez a Castro en la cama. Chávez le muestra como su querido maestro y ambos dictadores se lanzan multitud de elogios. Posible relevo El 17- 12- 2007, Fidel Castro, recién elegido candidato a diputado por Santiago, deja abierta la posibilidad de un relevo en un comunicado leído en la Mesa Redonda de la televisión cubana. El dictador dice que su deber no es aferrarse a cargos sino aportar experiencias e ideas Once días más tarde, reitera lo mismo en la última sesión de la legislatura de la Asamblea Nacional. Renuncia Ayer, Fidel Castro anunció en un artículo on line del diario Granma que no aspirará a ser reelegido como presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe, tras 49 años en el poder. No aspiraré ni aceptaré- -repito- -no aspiraré ni aceptaré, el cargo de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe escribe. El 24 de febrero, el Parlamento elegirá un nuevo Gobierno. Castro, el pasado 15 de enero, en una imagen emitida por la TV AFP El mundo sin Fidel El rumbo de un posible castrismo sin Castro vendrá marcado por la actitud de dos países esenciales: China y Venezuela. Pero el modelo chino no sirve ya para Cuba y el futuro de la revolución bolivariana está en entredicho después del referéndum ENRIQUE SERBETO CORRESPONSAL BRUSELAS. La despedida de Fidel Castro de la vida política activa ha sido recibida en todo el mundo como el preámbulo de las transformaciones políticas en Cuba. En casi todas las capitales se desea que signifique por fin abrir la puerta de las libertades públicas en la Isla. Todos, seguramente menos el venezolano Hugo Chávez, que no sabe si tendrá la todavía la potencia necesaria para mantener la bandera del antiimperialismo sin el respaldo emblemático de Fidel Castro, que le ha dado mucha más fuerza que los miles de millones de petrodólares que ha dilapidado en su política exterior. Para Europa, la situación sigue sin verse con claridad. El comisario de Ayuda Humanitaria, Louis Michel, se tiene que guardar la frustración de no haber logrado atraer a la dictadura cubana al jardín de la política europea, a pesar de haberlo intentado con todas su fuerzas. Ha sido el último representante de la CE- -y el único en mucho tiempo- -que ha visitado La Habana, después de que se levantasen las restricciones diplomáticas, pero sus gestiones no tuvieron ningún resultado, más allá de la satisfacción que le proporcionó a Fidel Castro poder mostrarle el prodigio de las ollas arroceras. Ayer seguía ofreciendo entablar un diálogo constructivo con las autoridades cubanas. En el caso de Javier Solana, sin embargo, la reacción ha sido algo más expresa y ha consistido en desear que la situación se encamine a una transición pacífica y rápida que beneficie a todos los cubanos. Con la ventaja de que la noticia permite envolver un poco la tormenta de Kosovo que todavía ronda por Bruselas, el Consejo no tendrá más remedio que volver a hablar de la posición común ante la situación en Cuba y es casi seguro que los Veintisiete no podrán seguir ignorando los cambios que se han producido. La discusión ya no puede ser solamente entre simpatizantes de una figura como Castro, a cuya cabeza se puso el actual Gobierno socialista, o los defensores de la democracia, abanderados sobre todo por la República Checa, sino que cualquier movimiento obligará a la UE a tener que decir abiertamente si apoya una transición a la democracia o si acepta que la dictadura se perpetúe bajo otra dirección. Por el momento, el ministro de Exteriores español- -que se ha declarado sorprendido- -se prepara para un momento diferente en Cuba. ¿Qué tan diferente puede ser ese momento? Los modelos que se abren para el futuro del castrismo son muy pocos: el de China ya no parece posible aplicarse en una Cuba depauperada y con las estructuras productivas reducidas a cenizas. Solo por compararlo, la revista Time dedica esta semana su portada al fenómeno de la emergencia de los millones de yuppies chinos que se disponen a instalarse en los lujosos nuevos barrios de los alrededores de las grandes ciudades, naturalmente como propietarios de adosados de estilo occidental. Un futuro así suena a chino en Cuba. Todo lo más, los nuevos dirigentes podrían confiar en el apoyo de Pekin, aun sabiendo que el poder es nominalmente comunista, pero no tiene escrúpulos en sus relaciones económicas ni políticas. No pueden esperar de China los regalos que con tanta prodigalidad llegan de Venerzuela. Esa es, según los expertos, la clave del rumbo que puede emprender Cuba: si Hugo Chávez resiste, en Cuba pueden aspirar a ser un satélite del venezolano, una especie de museo de la resistencia antinortea mer i c a n a. Pero Chávez ya perdió su referéndum para ser dictador vitalicio y su tiempo se acabará, a más tardar, en 2012. Para el mundo ha sido más fácil tolerar la dictadura cubana porque a su cabeza estaba una figura carismática y un referente histórico. Algunos países, como Italia, hasta han considerado que el suyo ha sido un gesto noble pero a partir de ahora será imposible aceptar políticamente que a un dictador le suceda otro, aunque sea su hermano y lleve el mismo apellido. HORIZONTE Ramón Pérez- Maura EL CAMBIO: NO TAN RÁPIDO idel Castro siempre tuvo claro que pensaba mandar hasta la muerte. El juez Baltasar Garzón le dio en el caso de Pinochet una buena razón para mantener ese criterio: las gentes como él no pueden dispensarse de la inviolabilidad F que da la primera magistratura del Estado al margen de los medios por los que se haya logrado o mantenido el poder. Ahora es normal que su anuncio de que dejará de ser presidente abra el debate de si se inicia un proceso de transición en Cuba. No creo arriesgado decir que mientras viva Fidel Castro su autoridad moral sobre sus camaradas hará que el régimen mantenga el sistema inalterado. Tampoco parece aventurado sostener que si Castro renuncia a un nuevo mandato tiene que ser porque su estado de salud hace imposible la continuidad. El mero hecho de que su renuncia fomente el debate sobre la necesidad de hacer reformas justificaría sobradamente para Castro el haber continuado. Pero es probable que su vida se esté apagando. Cuando eso ocurra será cuando arranque el proceso de cambio tantas veces anticipado. Es decir, el cronograma sigue siendo el que se suponía desde hace ya muchos años. La especialidad académica de los cubanólogos- -también conocida como castrólogos, aunque suene fatal- -nunca ha gozado del prestigio que llegaron a atesorar los kremlinólogos. Tampoco tiene mayor importancia porque ninguno de esos kremlinólogos fue nunca capaz de valorar con exactitud el grado de decrepitud interior del sistema soviético. El reto ahora para los cubanólogos es predecir cual puede ser la evolución del régimen cuando muera Castro. Casi todos creen que no es imaginable un Raúl muy distinto de su hermano- -aunque en privado lo sean- -pero cuesta creer que las nuevas generaciones del partido sigan creyendo en la literatura que se ha inculcado en las escuelas durante casi medio siglo. La clave está en conseguir el empalme entre los reformistas del interior y los opositores también del interior. El nutrido exilio cubano tendrá ocasión de participar en la nueva Cuba, pero también tendrá que asumir que el protagonismo, con toda probabilidad, va a recaer sobre quienes nunca se exiliaron.

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