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ABC MADRID 04-02-2008 página 39
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES 4- -2- -2008 La campaña de rebajas cerrará con un aumento de las ventas del 8 39 OBJETIVOS ENERGÉTICOS PARA 2020 Competencia y regulación Uno de los grandes debates en el sector energético es si se puede conjugar la libre competencia con una regulación de carácter estratégico que establezca topes de dependencia del exterior, porcentaje de renovables, etc... El profesor José Ignacio Pérez Arriaga, del European University Institute, asegura en un estudio que no sólo es posible, sino deseable, ya que la variable del precio por sí sola no es capaz de regular el mercado, por lo que es necesario que tanto los reguladores como los agentes de los mercados de energía de un país dispongan de planificación energética indicativa como medio para proporcionar la visión de futuro del sector con o sin la regulación prevista Fomento de energías renovables En porcentaje 30 20 10 0 42 30 18 25 16 18 23 13 17 23 13 20 16 13 España 50 40 30 20 10 0 Bulgaria Rep. Checa Dinamarca Alemania Estonia 34 Irlanda Grecia Bélgica Francia Italia Chipre 38 Letonia 49 Lituania ABC 31 15 24 25 14 15 11 13 10 14 Luxemb. Hungría Malta Holanda Austria Polonia Portugal Rumanía Eslovenia Eslovaquia Finlandia Suecia R. Unido Más verdes por tres euros a la semana La Comisión Europea quiere que Europa lidere la lucha contra el cambio climático y ha propuesto reducir de media un 20 %l as emisiones de CO 2 en 2020, así como consumir el mismo porcentaje de energía renovable, a lo que se añade el 10 de biocarburantes M. N. CORRESPONSAL BRUSELAS. Europa se va a gastar el equivalente al 0,6 del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020 en combatir el cambio climático. Este dinero, que supondrá alrededor de 90.000 millones de euros- -tres euros semanales a cada ciudadano europeo- se empleará en costear todo el cambio que tendrá que hacer la industria europea para adaptarse a los nuevos topes de emisiones. Esta regulación, que aún debe recibir el visto bueno del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo y que como pronto entraría en vigor en 2013, supondrá por ejemplo que los europeos tendrán que pagar alrededor de 150 euros más al año por la electricidad, mientras que la industria pesada deberá afrontar un gasto extra de 50.000 millones de euros en concepto de inversiones para reducir la emisión de gases contaminantes y de compra de derechos de emisión. aluminio por las deslocalizaciones a que se verá obligado el sector, huyendo de este sobrecoste de producir en Europa. En renovables se contempla que los países puedan hacer inversiones allá donde éstas sean más productivas, eficacia que supondrá un ahorro de 1.800 millones de euros, según la CE. Una de las incógnitas que se abren tras la presentación de este ambicioso proyecto es que en el caso de que el resto de los países no se sumen a esta lucha contra el cambio climático, que sustituirá al protocolo de Kioto, las empresas europeas tendrán la batalla perdida en un mundo cada vez más globalizado ya que, por ejemplo, el acero que se produzca en China o en Estados Unidos no tendrá este sobrecoste verde El lado positivo es que la industria de la energía renovable, que actualmente tiene una cifra de negocio de 30.000 millones de euros y da trabajo a 350.000 personas, se verá muy potenciada y generará el correspondiente empleo. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció esta semana que, en caso de que suceda algo así, Europa pondrá una especie de arancel de entrada a los productos que hayan sido fabricados en países que no tienen límites de emisiones de carbono. Este nuevo arancel, en todo caso, tendría que pasar el filtro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que no es muy proclive a que se limiten o graven las transacciones comerciales. En todo caso, las industrias europeas más sensibles a la competencia extraeuropea podrían quedar en el último momento exentas de pagar por contaminar, aunque la lista de estas empresas se decidirá en 2010, lo que añade cierta incertidumbre. Los sectores de la aviación y las refinerías de petróleo entrarán también gradualmente en el comercio de derechos de emisión. mitad del partido la libre circulación de capitales y de establecimiento que se consagra en el Tratado de las Comunidades Europeas, avala en principio todos estos movimientos corporativos, salvo que tenga alguna objeción la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes. Así, mientras desde el Gobierno francés se anima a que sus empresas energéticas salgan de compras al exterior, más que nada para que no sean engullidas por alguna sociedad foránea, el Gobierno español se limita a responder con frases lacónicas sobre su deseo de que, llegado el caso, Iberdrola no se trocee, como ha dicho el ministro de Economía, Pedro Solbes, días después de que se conociera la intención de EDF por entrar en Iberdrola de la mano de ACS. La cuestión de fondo para Francia es que el Estado galo tiene una importante participación en estos grandes gigantes -el 35 en el caso de GDFSuez y el 83 en EDF- en línea con la defensa cerrada de esta participación estatal que ha hecho siempre el país en sectores estratégicos, como es el caso de la energía. Este control estatal contrasta con la situación en España, donde todas las compañías energéticas estaban en manos privadas hasta que la portugues EDP se hizo con Hidrocantábrico y Enel con Endesa. nes un 21 de aquí a 2020 respecto a las emisiones de 1990, y la novedad es que tendrán todas los mismos límites, independientemente del país donde se encuentren, de modo que no se altere el Mercado Único Europeo. En cuanto al reparto por países, España no ha salido muy mal parada, ya que los transportes y hogares, que no estaban incluidos en el anterior sistema de comercio de emisiones, tendrán que recortar un 10 %l a emisión de CO 2 en 2020 y el 20 de la energía que se consuma en esa fecha tendrá que ser de origen renovable, frente al actual 8,5 Ante las numerosas críticas que ha recibido la propuesta, sobre todo de los principales sectores industriales europeos, Barroso ha respondido de una manera directa que el coste de no hacer nada será diez veces superior a las medidas que hemos presentado, según se pone de manifiesto en el informe del profesor Stern La buena noticia, además de que entre todos ayudaremos a tener un planeta más sano, es que lo que se recaude con los derechos de emisión- -alrededor de 50.000 millones de euros en 2020- -se destinará al mismo fin, a proyectos ambientales. Entre las novedades figura también el hecho de que todas estas cuotas serán jurídicamente vinculantes, tanto para los países como para las empresas, por lo que en caso de incumplimiento podrían tener que enfrentarse ante el Tribunal de Justicia de la UE. Todo este conjunto de medidas permitirá además reducir la dependencia energética que tiene Europa del exterior, y su correspondiente factura, alrededor de 50.000 millones de euros, equivalente al 0,3 del PIB europeo. No hacer nada cuesta más Actitud lacónica China y Estados Unidos Acero y electricidad Los sectores industriales más contaminantes, como el acero y la electricidad, tendrán que reducir sus emisio- Destrucción de empleo El sector del aluminio puede perder miles de puestos de trabajo por la deslocalización de las empresas La CE quiere imponer un arancel a los productos que procedan de países contaminantes A este coste económico directo se le une otro indirecto y, si cabe, más importante que el primero, como es la destrucción de empleo, ya que unas primeras estimaciones hablan ya de que se perderán decenas de miles de empleos en el sector del

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