ABC MADRID 27-01-2008 página 109
- EdiciónABC, MADRID
- Página109
- Fecha de publicación27/01/2008
- ID0005026151
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ABC DOMINGO 27- -1- -2008 GENTE www. abc. es gente 109 La cara oculta de Katharine Hepburn La Biblioteca Nacional de Nueva York inaugurará el próximo mes de febrero una exposición en la que se exhibirán documentos privados de la actriz, que darán a conocer su aspecto más desconocido POR ANNA GRAU SERVICIO ESPECIAL NUEVA YORK. Una macroexposición de documentos privados de la actriz Katharine Hepburn abrirá sus puertas el próximo mes de febrero en la Biblioteca Nacional de Nueva York. Sus impulsores se jactan de que el público va a conocer a una Hepburn desconocida Efectivamente siempre hay público ansioso por saber más cosas de una de las primeras chicas duras de buen corazón del cine. Antes que ella, se era una pánfila o se era una mujer fatal. Su trabajo le costó hacer que el público se acostumbrara a su físico, precozmente andrógino, y a un temperamento que sólo su extrema elegancia salvaba de parecer hombruno a veces. No todas las veces: una de las revelaciones de sus diarios es que, siendo adolescente, un verano se cortó mucho el pelo y se hizo llamar Jimmy La exposición recoge varios testimonios que confirman que Hepburn se comportó muchas veces como una mujer de genio. Nos enteramos de que no vaciló en llamar subnormal a un policía que la detuvo junto a su chófer por conducir por exceso de velocidad. Otro gran momento fue cuando la actriz dejó el abrigo de visón que llevaba encima de una estufa en el despacho de su abogado. El abrigo se chamuscó y el abogado se ofreció a pagar los 800 dólares que calculó que costaba. Pues cuesta 5.500 mintió la Hepburn con desparpajo. Estas y otras anécdotas harán las delicias de los fans de una actriz que parece más vigente cada día que pasa. Es un icono ideal porque en él se conjugan el espíritu de la mujer moderna y el glamour de una estrella. Los fideicomisarios de su legado, Cynthia McFadden y Erik Hanson, han Genio y figura La actriz era una gran aficionada a la fotografía sido generosos en la selección de su correspondencia con Laurence Olivier, Peter O Toole o Judy Garland, sus souvenirs de cuando rodó La reina de África junto a Humphrey Bogart, sus minuciosas- -en ocasiones histéricas- -anotaciones en el libreto del musical sobre Coco Chanel que interpretó ya entrada en los sesenta años, todas ellas guardadas en una carpeta con las iniciales de Spencer Tracy... Como está mandado, se insiste mucho en su historia amorosa principal, la que mantuvo con Tracy, y menos en otras que tuvieron una influencia decisiva en su carrera, como el amorío de puertas abiertas que durante años mantuvo con el magnate del cine Howard Hugues. De todos los retazos de la personalidad de Katharine Hepburn que muestra esta exposición, hasta ahora han merecido mayor atención los que insisten en los cantos más duros de su carácter. Pero la exposición da piezas para armar otra Katharine, mucho más insegura y vulnerable. Sus inseguridades no serían sólo interpretativas- -hay innumerables testimonios de su incansable perfeccionismo, de su angustia ante el rechazo que merecieron sus primeras actuaciones- -sino personales. Era muy joven cuando se suicidó su hermano Tom, al que estaba muy unida. Eso la hundió en un profundo retraimiento. AP Es curioso que una mujer con una educación tan liberal aceptara ser la eterna amante de Tracy. Y que aceptara además que éste alegara su catolicismo para no divorciarse nunca de su mujer- -aunque no para dejar de serle infiel- del mismo modo que antes había aceptado relaciones irregulares como la de Howard Hugues. ¿Era muy moderna, o temía estar demasiado por delante de su época para ser amada? El mito es eterno.