ABC MADRID 14-01-2008 página 69
- EdiciónABC, MADRID
- Página69
- Fecha de publicación14/01/2008
- ID0005024743
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ABC LUNES 14- -1- -2008 CULTURAyESPECTÁCULOS 69 se abre palabra sobre palabra para engrandecer su leyenda. Nada será lo mismo sin un poeta llamado Ángel González, a quien lloran desde Alburquerque a Vetusta los versos más tristes que escribirse puedan. Cuando se mueren los poetas... Carmen Romero, muy afligida (a la izquierda) La viuda del poeta y Almudena Grandes despidieron con rosas a Ángel González sara en sus Tablas Poéticas Francisco Cascales (1617) Ángel González amaba esa P enorme, una figura en la que se combinan con sobria elegancia dos líneas de distinta naturaleza, una recta y otra curva de imagen maternal y nutricia Precisamente, junto a su familia, al lado de la madre que le procuró vigilancia sororal descansará el poeta de largos espacios: Cuando el hombre se extinga, cuando la estirpe humana al fin se acabe, todo lo que ha creado comenzará a agitarse, a ser de nuevo, a comportarse libremente- -como los niños que se quedan solos en casa cuando sus padres salen por EFE la noche Cuando el hombre se acabe- -cualquier día- un crepitar de polvo y de papeles proclamará al silencio la frágil realidad de sus mentiras Ángel González declamó ayer su último verso en la tierra, que Un Ángel fieramente humano- -como dibuja Antonio Mingote en el emotivo tributo que le dedica hoy en ABC al poeta grande, verdadero, cuyo último recuerdo lo guardo de la Comisión académica de los jueves de hace un par de semanas -deja este mundo áspero en el carnívoro y frío invierno, en este tiempo hostil, propicio al odio, decía Ángel: y habría que añadir: cuando, por si fuera poco, se mueren los poetas esculpe Mingote. La comprensión era su bondad, y es la bondad de don Antonio, que le dedicó a Ángel estos versos en ABC: Si para que un poeta se llame Ángel González se han multiplicado íntimos acontecimientos, peripecias y acaeceres entrañables con surgimiento al fin del poeta y su estremecimiento, yo, humildemente, me avergüenzo de haber superado infinitas auroras e incontables memorables crepúsculos, lunas llenas, tempestades, ceremonias, Incluso nacionalizaciones (y tal vez me quedo corto) para hacer apenas unos chistes