ABC MADRID 17-12-2007 página 76
- EdiciónABC, MADRID
- Página76
- Fecha de publicación17/12/2007
- ID0005021969
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76 CULTURAyESPECTÁCULOS LUNES 17 s 12 s 2007 ABC POP Róisín Murphy Concierto de Róisín Murphy. Lugar: La Riviera (Madrid) Fecha: 15- XII- 2007 A mano y a máquina JESÚS LILLO Después de darse en los alambres y los cables de Matthew Herbert, fallido pigmalion que tras la disolución de Moloko trató de llevarla por el mal camino de la electrónica de arte y ensayo, Róisín Murphy ha reculado para desprenderse de unos complejos que anulaban su gracia y su chispa y establecer una comunicación directa, clara y sincera- -también vulgar; música de bailar y tirar- -con el público, consciente de que en su caso es preferible ser carne de sauna y sala de fiestas que técnica de laboratorio. La vocalista de Moloko presenta Overpowered su segundo álbum en solitario, muy en precario, con una escenografía que representa el quiero y no puedo de las divas discotequeras de última generación, incapaces de escenificar su discurso de calenturas con unos medios medianamente acepta- bles: las coristas improvisan sus coreografías, un señor con trenca se pasea por el escenario para recoger los trastos entre canción y canción, el cambio de vestuario se limita a la sección de complementos- -gafas, sombreros, guantes, echarpes- -y el proyector se activa para encubrir con secuencias de acción infográfica la pobreza de la función, pero es en esas circunstancias- -adversas, entrañables, casi de andar por casa- -donde una superestrella de los bajos fondos se crece para mostrar su talla. Róisín Murphy se ha hecho rodear de una banda en la que los teclados y las programaciones informáticas, muy contundentes, pasadas de rosca y potencia, se sitúan a la misma altura que el bajo y la guitarra, instrumentos encargados de aportar un sonido orgánico, muscular y verosímil al funk rehabilitado por la autora de Sing It Back y de mostrar al público el proceso de producción, manual, de un repertorio muy alejado del previsible y frío entorno sintético de la década anterior. La cantante británica es hoy una mujer que, desde muy abajo, trata de divertir a su audiencia con pocos medios, confiada en el viejo y sucio atractivo de una orquesta y el movimiento de una animadora de bailar y tirar. A garganta abierta Se han cumplido 25 años de la muerte del tenor Mario del Monaco, y Decca, el sello para el que realizó grabaciones inolvidables, ha editado un volumen en homenaje al cantante JULIO BRAVO MADRID. Cuenta Giancarlo del Monaco que cuando su padre, Mario del Monaco, debutó en el Liceo de Barcelona, en 1947, con La Gioconda el público protestó su actuación- la culpa fue del director, Napoleone Annovazi disculpa- Era la primera vez que salía de Italia, y le produjo una fuerte depresión y dejó de cantar durante seis meses; tanta era su tristeza, que mi madre escondió todas las armas por temor a que se suicidara- -sigue Giancarlo- Años más tarde, cuando Pàmias llegó al Liceo, comprendió que se había cometido una injusticia con mi padre, y lo llamó. Su condición fue que la ciudad se llenara de carteles con su imagen. Quería entrar en Barcelona como un torero, porque decía que sólo los toreros se podían comparar en valor a los cantantes de ópera. Pàmias lo hizo, y mi padre cantó Aida esta vez con un gran triunfo El pasado 16 de octubre se han cumplido veinticinco años de la muerte de Mario del Monaco, una de las más grandes voces de la ópera de posguerra. Con este motivo, el sello Decca, para el que Del Monaco grabó cerca de una veintena de óperas, acaba de publicar un volumen especial, titulado Il favoloso Del Monaco con tres compactos; el primero dedicado a Giuseppe Verdi; el segundo con fragmentos de obras de Puccini y autores veristas como Mascagni, Leoncavallo, Giordano y Cilea; y el tercero, el más relevante, con grabaciones inéditas y rarezas. Entre ellas figuran dos fragmentos de una grabación de Norma realizada en 1958 bajo la dirección de Gianandrea Gavazzeni, que nunca vio la luz; el prólogo de Pagliacci pieza que habitualmente canta un barítono, y que Del Mónaco grabó en 1953; arias de óperas semidesconocidas, como Isabeau de Mascagni, y Loreley de Catalani; una rara incursión del tenor en el repertorio wagneriano (el relato In fernem Land de Lohengrin así como canciones como Tonight de MÚSICA POPULAR Ciclo Miradas Turcas Concierto de Burhan Oçal Istambul Oriental Ensemble. Lugar: Círculo de Bellas Artes, Madrid. Fecha: 15- XII Vivir Turquía LUIS MARTÍN De saque, por mera inspección ocular del teatro, a Burhan Oçal le complació mucho el primer concierto que ofrecía con su grupo en Madrid. Tan sorprendido estaba de escuchar salvas de aplausos anónimos, que pidió a los técnicos que iluminasen el patio de butacas. Quería ver la cara del público. Este percusionista busca la proximidad, el cuerpo a cuerpo. Y tiene un ojo puesto en la música popular turca y otro en cada uno de los recursos que le dan revestimiento contemporáneo. Tan ecléctica propuesta carga al fondo por el jazz y en primer plano por la música gitana de su tierra de origen, Tracia. Oçal presentaba en el ciclo Miradas Turcas un compendio de piezas de su vasto catálogo, registradas o no en disco. Un acierto más de Casa Árabe, que patrocinaba el evento. Y las claves sonoras hay que buscarlas en las aportaciones de cada uno de los miembros del grupo; cinco músicos con una sensibilidad tan especial que hacían que todo tuviese un inasible hálito de veracidad. Y abre fuego la inmarcesible magistralidad de Oçal en la darbouka y el espacio se llena de colores. Es música para el alborozo, para el festejo del cuerpo. Oçal es un instrumentista con fuelle y habilidades suficientes para desarrollar un solo de diez minutos sin que nadie se remueva en su asiento. Pertenece a esa categoría de percusionistas que optan por hacer digestivo su discurso, sin renunciar al más complejo compromiso sonoro. Y, si algo más hay que destacar, es su capacidad para dirigir a sus músicos. De entre todos, el clarinetista era el cómplice mejor. Un solista imbatible, de buenas cualidades melódicas e intuición infinita. Sus mayores activos, facilitar la propulsión de los temas que hacía despegar el fuego de las percusiones. Pero atención, si él tenía esa tarea, el responsable del kanoun, la cítara turca, era la parte mollar del tendido rítmico. Un hombre seguro y virtuoso que hizo mezcla de estilos con mucho fundamento en el espacio que desarrolló en solitario. En el final, la fiesta se vivió en clave de baile con dos espectaculares espontáneas. Con Oçal se vive la Turquía de hoy. Del Monaco, caracterizado como Don José, en Carmen ABC Rarezas Cuando el público del Liceo de Barcelona le protestó- -cuenta el hijo del tenor- mi padre se deprimió y estuvo más de seis meses sin cantar West Side Story de Bernstein; O sole mio de Di Capua; y Granada de Agustín Lara, cantada en español. Mario del Monaco es una de las grandes leyendas de la ópera del siglo XX. Su época más fecunda fueron los años cuarenta y cincuenta; en esta última década, especialmente, desarrolló una notable actividad, de la que ha quedado huella en las grabaciones que realizó para Decca; muchas de ellas las realizó junto a la exquisita soprano Renata Tebaldi. La pareja era la respuesta del sello londinense al tándem Maria Callas Giuseppe Di Stefano, artistas de la firma Emi. Del Monaco fue un tenor dramático de voz oscura y graves baritonales, de una gran expresividad, potencia y empuje. Era un hijo de la pobreza causada por la guerra- -explica su hijo Giancarlo- la gente, hoy, no es consciente de lo que supuso la ópera en Italia en la posguerra. Para aquellos artistas, cantar era una liberación; cantaban a garganta abierta También, confiesa el hijo del tenor, era un hombre de un temperamento terrible Nacido en Florencia en 1915, Mario del Monaco debutó en Cagli con la ópera Cavalleria Rusticana (las fuentes no se ponen de acuerdo con la fecha exacta: entre 1938 y 1940) pero hasta el año 1950 no se encontraría con el que fue, sin duda, su personaje más emblemático: Otello Del Monaco lo cantó por vez primera en el teatro Colón de Buenos Aires, el 21 de julio de 1950, y desde entonces lo interpretó en innumerables ocasiones y lo llevó también varias veces al disco. El volumen de homenaje incluye, además de fragmentos de las dos versiones de estudio que grabó con Alberto Erede y Herbert von Karajan, otros extraídos de la grabación de aquella primera función bonaerense, donde estuvo dirigido por Antonino Votto. Más información sobre el artista: http: www. mariodelmonaco. net