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ABC MADRID 06-11-2007 página 4
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ABC MADRID 06-11-2007 página 4

  • EdiciónABC, MADRID
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4 OPINIÓN MARTES 6 s 11 s 2007 ABC DIRECTOR: JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS PRESIDENTA- EDITORA: CATALINA LUCA DE TENA DIRECTOR GENERAL: JOSÉ LUIS ROMERO Área Financiera: Jorge Ortega Área de Márketing: Javier Caballero Área Técnica: José Cañizares Área de Recursos Humanos: Raquel Herrera DIRECTOR GENERAL DE DESARROLLO: EMILIO YBARRA PRESIDENTE DE HONOR: GUILLERMO LUCA DE TENA Director Adjunto: Eduardo San Martín Subdirectores: Santiago Castelo, Fernando R. Lafuente, Alberto Pérez, Alberto Aguirre de Cárcer Jefes de Área: Jaime González (Opinión) J. L. Jaraba (España) Miguel Salvatierra (Internacional) Ángel Laso (Economía) Juan Cierco (Cultura, Ciencia y Deportes) Mayte Alcaraz (Fin de Semana) Jesús Aycart (Arte) Adjuntos al director: Ramón Pérez- Maura, Enrique Ortego y Ángel Collado Redactores jefes: V. A. Pérez (Continuidad) A. Martínez (Política) M. Erice (Internacional) F. Cortés (Economía) A. Puerta (Regiones) J. Fernández- Cuesta (Sociedad) A. Garrido (Madrid) J. G. Calero (Cultura y Espectáculos) J. M. Mata (Deportes) F. Álvarez (Comunicación- TV) A. Sotillo (S 6 y D 7) J. Romeu (Fotografía) F. Rubio (Ilustración) y S. Guijarro ISLAM Y ENERGÍA NUCLEAR ADIE discute la oportunidad energética asociada al desarrollo de la fisión nuclear con fines pacíficos: la comunidad internacional lo avala y ningún país queda excluido de su derecho a emplearla como herramienta para el desarrollo. En este sentido, la ampliación de la nómina de países nucleares no plantea problemas, siempre y cuando se produzca dentro de los requisitos y los protocolos de seguridad que deben cumplirse de acuerdo con los tratados internacionales. El peligro surge de la experiencia, que demuestra cómo algunos países han utilizado esa cobertura para poner en marcha planes de carácter militar que buscan secretamente la obtención de la bomba atómica. Corea del Norte e Irán son buena muestra de ello. Lo que empezó siendo un programa nuclear con fines pacíficos se convirtió con el paso del tiempo en un problema para la comunidad internacional al abandonar sus objetivos iniciales para desarrollar planes militares. Afortunadamente, el caso norcoreano se ha reconducido y está en vías de solución, pero no el iraní. Precisamente este dato, así como el fracaso en los mecanismos de presión internacional empleados hasta ahora para impedir los objetivos del régimen de los ayatolás, han influido en los recelos que se esconden detrás de que países como Egipto, Siria, Arabia Saudí, Yemen, Argelia, Marruecos, Libia o Turquía anuncien su voluntad de poner en marcha programas de uso civil de la energía nuclear. Con estas iniciativas se abre un inquietante escenario de multilateralidad nuclear en el Oriente Próximo, y el islam que tiene mucho que ver con que un país como Irán no oculte ya su intención de dotarse de la bomba atómica. De hecho, estaríamos ante una proliferación por contagio que tendría básicamente una lectura interna dentro del conjunto de los países musulmanes. Con esta decisión se respondería a la amenaza que para algunos supondría la noticia de que, a la bomba atómica israelí, se añada también otra chií. De este modo se buscaría edificar un equilibrio de terror entre sunníes y chiíes dentro del islam, un equilibrio que compensase la desestabilización que provocaría dentro de la creciente rivalidad religiosa y política que viven ambas comunidades dentro del islam la noticia de que Irán- -y por tanto una de las partes de esa tensión sunní- chií- -tuviera el arma nuclear. Para evitarlo sólo cabe una solución: vigilar y controlar al máximo la cooperación nuclear que todos esos países necesitan para poner en marcha sus programas atómicos. Esta es una responsabilidad que compete a los países occidentales, que deben poner límites a la exportación de su tecnología nuclear, al menos si no quieren que, a la larga, los beneficios obtenidos de la venta de reactores nucleares y de la tecnología asociada a su funcionamiento no acaben convirtiéndose en una pesadilla para el conjunto de la Humanidad. N PATRIÓTICA BIENVENIDA A LOS REYES A visita de Sus Majestades los Reyes a Ceuta se desarrolló ayer en un clima de entusiasmo popular que superó todas las previsiones. Los ceutíes han demostrado a Don Juan Carlos y Doña Sofía el mismo cariño que reciben en otros lugares de España, reforzado ahora por la conciencia de que esta visita simboliza la indiscutible españolidad de la ciudad autónoma. Tras recibir la llave de oro de Ceuta, el Rey recordaba su compromiso pendiente con los ciudadanos y las autoridades y expresaba su satisfacción por el progreso de un territorio definido por un marco de pluralismo y democracia. El presidente Juan Jesús Vivas supo transmitir con notable fortuna el estado de ánimo de sus conciudadanos al recordar que Sus Majestades han cruzado el Estrecho, pero no han salido de España en un ocasión que ha reunido a los representantes principales de la sociedad local, incluyendo miembros de las diferentes comunidades religiosas. El aplauso espontáneo de la gente, las muestras colectivas de satisfacción y la multitud de banderas nacionales son fiel reflejo del éxito de un viaje que todos esperaban con enorme ilusión y que las autoridades de la ciudad autónoma han organizado con prudencia y eficacia. En este contexto, la presencia de unos cientos de manifestantes marroquíes al otro lado de la frontera, calificando a Ceuta y Melilla de territorios expoliados no empaña de ningún modo el acierto de un viaje que tendrá hoy su continuación en Melilla. La españolidad de ambas ciudades es una realidad incuestionable desde el punto de vista histórico y sociológico, como bien demuestran las miles de voces que gritaban ayer somos españoles en la plaza de África. Se equivoca gravemente Marruecos cuando afirma que se trata de una provocación inadmisible Nuestro país debe mantener con el vecino del sur las mejores relaciones de cooperación y entendimiento al servicio de los múltiples intereses comunes, pero siempre sobre la base de la soberanía intangible y la integridad territorial de ambos estados. Sólo desde las claves de política interna del Reino alauí pueden explicar- L se algunas reacciones fuera de lugar, incluida la llamada a consultas por parte de Rabat a su embajador en Madrid. Aunque el Ministerio español de Asuntos Exteriores ha gestionado con torpeza el asunto, debe quedar muy claro que estamos ante una cuestión de política interna que no es preciso negociar con una potencia extranjera, sin perjuicio de la razonable cortesía sobre una materia sensible. El exacerbado nacionalismo marroquí en torno a las dos ciudades españolas, alentado sin pudor desde instancias oficiales, no puede ocultar la evidencia de que una y otra forman parte de España desde muchos siglos antes de que Marruecos alcanzara la condición de sujeto del Derecho Internacional. Por tanto, no hay situación colonial, ni usurpación del territorio, ni el Reino alauí puede invocar título alguno para justificar un irredentismo destinado al consumo interior de un régimen que tiene a veces serias dificultades para encauzar su desarrollo político y económico. Han transcurrido ochenta años desde que Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia visitaron la ciudad de Ceuta. Es lógico por ello que ayer se vivieran escenas de emoción en un territorio que siempre ha tenido muy clara su voluntad de formar parte de España y a la vez de convivir en paz y armonía con nuestros vecinos. Este es un sentimiento compartido por todos los sectores sociales, incluidos por supuesto los representantes de las comunidades musulmana, hindú y hebrea que participaron en el almuerzo con los Reyes. Al igual que cualquier otra sociedad desarrollada, Ceuta es una realidad plural y compleja que no se deja reducir a compartimientos estancos. Sin embargo, todas sus gentes comparten el deseo unánime de seguir siendo españoles, y así lo demostraron con su presencia activa a lo largo de una jornada inolvidable. La Corona reafirma de este modo su compromiso con la integridad de la nación, ejerciendo con plenitud la función de símbolo de la unidad y permanencia del Estado que le atribuye la Constitución y los ceutíes han respondido con una explosión de entusiasmo y sentido patriótico. BACHILLERATO A PLAZOS L Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes la nueva regulación del Bachillerato, con la que el futuro del sistema educativo se vuelve más sombrío e incierto de lo que ya estaba tras la aprobación de la Ley Orgánica de Educación y de su desarrollo reglamentario relativo a la enseñanza secundaria obligatoria (ESO) La excelencia académica y el esfuerzo escolar quedan otra vez arrinconados con una normativa que, pretextando combatir los altos índices de fracaso en el Bachillerato- -como ha vuelto a denunciar la OCDE- sólo propone enmascararlos con una fórmula de promoción que hará que los alumnos estén más tiempo en el centro de enseñanza, pero sin preocuparse de que aprendan más y mejor. La decisión del Gobierno, a la que se ha opuesto el Partido Popular, es que un alumno de Bachillerato con tres o cuatro asignaturas suspendidas en el primer curso pueda matricularse en dos o tres del segundo curso. Ni se repite el curso íntegramente, ni se promociona al siguiente, sino que realmente se crea un tercer curso de Bachillerato formado por materias de los otros dos. Esta medida no estaba prevista en la Ley Orgánica de Educación (LOE) que sólo contempla la promoción al segundo curso cuando se han aprobado todas las asignaturas del primero o se han suspen- E dido, como máximo, dos de ellas. La fórmula aprobada por el Gobierno no tiene base en la LOE y, por tanto, cabe dudar fundadamente de su legalidad. En el plano estrictamente académico, la posibilidad de crear en Bachillerato un híbrido con materias de primero y segundo es una manera de desincentivar a los alumnos para que hagan lo que tienen que hacer, que es aprobar todas o el mayor número de asignaturas por curso- -hasta el límite de dos suspendidas- pues de antemano cuentan con la seguridad de que ni con cuatro suspensos se verán obligados a repetirlo y, además, podrán matricularse en asignaturas de segundo curso. Este planteamiento reincide en un modelo muy lesivo para la formación de los jóvenes, porque no inculca en ellos un elemental sentido de la responsabilidad académica, no retribuye el esfuerzo en el estudio y, en cambio, bonifica a los que directamente opten por hacer el Bachillerato en cuatro años y no en dos. No hay argumentos de peso para afirmar que con está fórmula- -el fraccionamiento del Bachillerato- -el fracaso académico se vaya a transformar en éxito. Simplemente, tardará más tiempo en reflejarse en las cifras oficiales porque ampliará el plazo del abandono escolar. Es decir, el problema no se soluciona, pero se maquilla.

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