Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 01-11-2007 página 62
ABC MADRID 01-11-2007 página 62
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 01-11-2007 página 62

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página62
Más información

Descripción

62 MADRID LA VERDAD DEL 11- M LOS ESCENARIOS JUEVES 1 s 11 s 2007 ABC Lavapiés apagó el televisor El barrio no está para comidillas: pocos miembros de la comunidad árabe querían opinar sobre la sentencia leída por el juez Bermúdez. Quienes lo hacían bien hablaban de Jamal Zougam como un cabeza de turco o bien pedían que le colgaran. Sin término medio POR CARLOS HIDALGO FOTO FRANCISCO SECO MADRID. ¡Aquí no queremos periodistas ni jueces ni policías ni nada! ¡Es mejor que te vayas! Esta es la bienvenida despedida, dos en uno, que nos dispensan en un comercio de la calle de Caravaca, en Lavapiés, primo hermano del que estuvo bajo el punto de vista policial en la investigación de los atentados del 11- M. Uno de sus propietarios, Mohamed El Hadi Chedadi, fue detenido por la masacre. Este controvertido barrio, lleno de aforismos- -crisol de culturas, vecindario obrero, último reducto del casticismo y escaparate de la delincuencia común más callejera- no prestó ayer especial atención a la lectura del resumen de la sentencia por parte del presidente de la sala, el juez Gómez Bermúdez. Lavapiés, para qué andarse con rodeos, pasó del fallo. Puso el buzón de voz. Miró, como otras tantas veces que se le ha preguntado por lo mismo, para otro lado. Y los pocos que tenían alguna opinión que expresar se entregaban a fondo: desde calificar a Jamal Zougam como un cabeza de turco a pedir que los cuelguen a todos El recorrido, nada más conocerse la sentencia, arranca, cómo no, en la calle del Tribulete. La primera parada es en el bar Alhambra, donde Zougam y los suyos se reunían a menudo. Las cortinas que ahora tapan la cristalera que da a la calle no necesitan hacer su trabajo: el establecimiento está más vacío que de costumbre. No han seguido la lectura de la sentencia por televisión: el aparato que antes colgaba de la pared ya no existe. Y los encargados del bar no saben. No contestan. O hacen como que no, claro. No hemos seguido el juicio, no entendemos de esas cosas es la respuesta que recibimos. Sin embargo, desde el otro extremo de la barra, una voz joven, femenina y de acento español nos requiere. Dice que conocía a Zougam y que sí ha escuchado el contenido de la sentencia. Ésta es su opinión: Me parece mal que le hayan condenado. ¿Por qué a sus compañeros les han soltado y a él no? Es un chico muy majo, agradable, correcto, educado... A la mitad de esas personas se las han llevado por la cara explica la chica, de 23 años y que, como será una tónica general, prefiere no dar su identidad. Zougam es un tío que nunca ha robado, muy trabajador. Cualquier otra persona podría haber vendido esas tarjetas. Creo que es alucinante que hubiese aquí algún grupo islamista añade. Ya tenemos la primera lectura, la versión Zougam es un cabeza de turco que se repite entre la comunidad árabe de Lavapiés. Ocurre eso, precisamente, en una pastelería marroquí. Su regente califica el proceso de la siguiente manera: Ha sido un juicio político. Un bluf Estamos seguros de que Zougam no ha tenido nada que ver. ¿Quién es el ideólogo? ¿Dónde están las pruebas contra Jamal? Era un buen chico, normal, corriente, piadoso afirma. Y añade: Los que toman el islam como una religión violenta se equivocan mucho Como muestra, nos lee algunos pasajes del Corán, en los que el profeta sienta los preceptos básicos de la creencia: condena del adulterio, la prostitución y las obscenidades. Se muestra contrario al asesinato, el falso testimonio, el robo, el pillaje y la usurpación. Todos los hombres- -sigue- -son iguales, excepto en el temor y la adoración de Dios. Procurad la ciencia, aunque sea en la China asegura que dijo Mahoma. Sobre la existencia de grupos radicales islámicos en el barrio, sentencia: Aquí no hay nada, macho ¿La verdad? La verdad se fue en Leganés. Lo que está claro es que el musulmán no se suicida. A mí, desde luego, me suena muy raro Otro comerciante árabe va en la misma línea: Todo es una falsedad. Está pagando gente que no tiene nada que ver con el asunto ¿Qué es lo que pasa en Lavapiés? ¿Es que nadie tiene confianza en la justicia? ¿Es miedo o escepticismo? Depende. Por ejemplo, los cada vez menos vecinos españoles, los de toda la vida y que ya son de avanzada edad en su mayoría, apenas saben nada de la sentencia, pero sí se animan más a opinar. Sentados en un banco encontramos a Ángela, de 78 años, y a Víctor, de 70, arrancándole los últimos minutos al sol del mediodía. La conversación, de tintes un tanto berlanguianos comienza con el uno diciendo: -Aquí no hay nada raro. -Aquí hay de todo- -le responde ella. -Pues yo creo que han desaparecido muchos moros -Cada vez hay más extranjeros. Esto no es ya ni la sombra de lo que era. -El día que detuvieron a los de la calle del Tribulete Zougam no nos habríamos enterado si no fuera porque la Policía se hizo notar. -Cuando nos enteramos de los follones de Tribulete y Caravaca dijimos que habríamos estado sentados en el mismo banco con todos ellos y no nos habíamos enterado. Junto a la barra de un bar, Santiago, vecino de Lavapiés y español, no se muerde la len- La verdad se fue en Leganés No entiendo. Del 11- M hace mucho tiempo responde el empleado del locutorio que regentó Zougam Esto ha sido un juicio político. Un bluf Jamal no tuvo nada que ver dice un marroquí Los deberían haber colgado hace mucho se queja un vecino El locutorio que en su día regentó Jamal Zougam, en la calle del Tribulete, y de donde salieron las tarjetas que activaron las bombas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.