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ABC MADRID 10-09-2007 página 76
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ABC MADRID 10-09-2007 página 76

  • EdiciónABC, MADRID
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76 CIENCIAyFUTURO www. abc. es cienciayfuturo Boca Ventrículo estómago (desmenuza el alimento) LUNES 10- -9- -2007 ABC SÍNDROME DEL DESPOBLAMIENTO DE LAS ABEJAS Un hongo y un virus se disputan la causa de la muerte masiva de abejas Investigadores de Estados Unidos descartan la solución española al síndrome de despoblamiento de las colmenas s La polémica está servida diadas, incluso en las de abejas sanas, mientras que el virus israelí sólo aparece vinculado a las abejas enfermas, según aseguró a Reuters Edward Holmes. Sin embargo, un cuadro de los documentos que se adjuntan al estudio revela que en un caso (4,8 de las 21 muestras de abejas sanas) se detectó este nuevo virus. Desde el Centro Apícola de Marchamalo, su asesor de investigación, Mariano Higes, explicó a ABC que esto no es una cuestión de números, sino de agentes infecciosos Además de resaltar que se trata de una cantidad escasa de muestras, Higes destaca que Nosema ceranae aparece en el cien por cien de las muestras de abejas enfermas, frente al 83,3 del virus ísraelí y el 90 de Nosema apis. A su juicio, que casi no aparezca (una sola vez) entre las abejas sanas no significa que éste sea el elemento diferenciador, puesto que sin Nosema ceranae, que aparece en 17 de las 21 muestras de abejas sanas, este agente no se replicaría. Es igual que la barroa, cuyo ataque provoca que todos esos virus se repliquen. Además, dice Higes que, aunque la colmena ahora no esté enferma, si tiene Nosema ceranae, las abejas acabarán muriendo dentro de 6 a 18 meses. Higes apunta además que el tratamiento que ataca al Nosema ceranae, un antibiótico llamado fumagilina, ha dado muy buenos resultados en las colmenas tratadas en nuestro país, consiguiendo duplicar la producción de miel y aumentar la de polen. Si la fumagilina consigue repeler el ataque del Nosema, estos virus no pueden replicarse, con lo que no puede ser la causa última, aunque sí un factor más. Más allá de lo que Higes considera una fría estadística del valor predictivo y una interpretación superficial de unos datos lo que este investigador sí tiene claro es que la prevalencia de Nosema ceranae en Estados Unidos es elevadísima: Es una epidemia, pues aparece en 47 casos de los 51 analizados En cuanto a nuestro país, donde las colmenas sometidas a tratamiento con fumagilina -La espora de Nosema ceranae entra por la boca de la abeja y se dirige al ventrículo (estómago) 1 Intestino medio (digiere alimento) Intestino inferior (elimina el exceso de agua y de los residuos sólidos) Ano Aguijón ARACELI ACOSTA MADRID. El desvelo del enigma sobre la muerte masiva de abejas atrajo la atención de numerosos centros de investigación del mundo sobre el Centro Apícola de Marchamalo, en Guadalajara, artífice del hallazgo de que el microsporidio Nosema ceranae estaba detrás del llamado síndrome de despoblamiento de las abejas Investigadores de todos los países volvieron sus ojos hacia este pequeño laboratorio que se ha convertido extraoficialmente en la referencia mundial para ver qué está pasando con las abejas. De muchos países, menos uno, Estados Unidos. Tras la publicación de su hallazgo, la partida de muestras que esperaban a finales de abril de Estados Unidos no llegó. En julio, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunciaba un plan de acción para investigar las causas y combatir el síndrome de despoblamiento de las colmenas. No querían aceptar que las causas ya las había revelado el laboratorio español. En este contexto, la revista Science publicaba ayer un estudio en el que se descarta la contribución significativa de Nosema ceranae al riesgo del síndrome de despoblamiento de las colmenas y se aporta un nuevo candidato principal el virus de parálisis aguda de Israel (IAPV) A pesar de que los autores del estudio, dirigidos por Ian Lipkin, del Colegio de Salud Pública de la Universidad de Columbia, reconocen que no han probado una relación causal entre la infección por este virus y el síndrome que afecta a las abejas melíferas, sí afirman literalmente en el estudio que Nosema ceranae no contribuye significativamente al riesgo para que se produzca el síndrome de despoblamiento Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han utilizado un pirosecuenciador para secuenciar el genoma de 51 abejas, 30 afectadas por el síndrome de despoblamiento y 21 sanas, y analizar lo que quedaba aparte del genoma. Y encontraron cuatro agentes: Nosema apis, Nosema ceranae, el virus israelí de parálisis aguda y el virus de Cachemira. Estos virus son picornavirus, cuyo genoma está formado por ARN y que se caracterizan por aparecer de manera inoperante y sólo producen la enfermedad cuando el sistema inmune está dañado, por ejemplo, por la barroa o microsporidios como Nosema apis o ceranae. Los investigadores argumentan sus conclusiones en que el Nosema ceranae aparece en todas las muestras estu- 2 -Allí despliega un filamento, que le clava en la célula epitelial y le transfiere todo su material genético (esporoplasma) 3 -Empieza un ciclo biológico que ataca a todas las células del estómago, que deja de ser funcional 4 5 -Por un mecanismo de defensa las abejas, aunque debilitadas, no vuelven a la colmena. Si lo hacen infectarán al resto de sus compañeras- La abeja deja de comer, se debilita y muere. Afecta a las obreras, por lo que en la colmena se quedarán la reina y las jóvenes Avance de la enfermedad 6 -Una colmena parasitada se despoblará en un plazo entre 6 meses a un año y medio Tratamiento: antibiótico fumagilina. En forma de litros de jarabe mezclados con agua, miel o azúcar Cómo actúa el parásito Este microesporidio afecta a los ejemplares más adultos, es decir, a los que están trabajando en el campo. La espora del Nosema ceranae entra por la boca de la abeja y se dirige al ventrículo (estómago) donde despliega un filamento y lo clava en la célula epitelial del ventrículo, transfiriéndole el esporoplasma, esto es, todo su material genético. Empieza un ciclo que alcanza a todas las células del estómago, que deja de ser funcional, por lo que la abeja ya no puede comer, se debilita y muere. Aunque aún vivan, pese a su debilidad, la mayoría no vuelven al panal por un mecanismo de defensa. Por eso la reina y las jóvenes no suelen verse afectadas. Los cuerpos de las adultas no se encuentran, pues suelen morir alejadas de la colmena y son pasto de otros insectos y reptiles, y la colmena queda casi vacía, con la reina y unas pocas abejas jóvenes. Sin relación causal En España pueden estar afectadas por este parásito la mitad de las colmenas 35.342 12.933 20.648 79.240 16.177 399.768 21.389 387.247 184.515 431.201 99.581 113.530 13.902 Número de colmenas y prevalencia del parásito 7.896 74.388 547.728 21.434 Más prevalencia Menos prevalencia ABC Fernando Rubio

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