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ABC MADRID 04-09-2007 página 5
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ABC MADRID 04-09-2007 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES 4 s 9 s 2007 OPINIÓN 5 UNA RAYA EN EL AGUA ¿ES LA ECONOMÍA? V OTRA RUINA DEL SOCIALISMO A aportación del socialismo a las salas de fósiles de los museos es de sesión continua. Indefinidos, los socialistas de aquí y de allá operan entre ruinas en busca de fórmulas de reconversión. Hoy la primera actividad deslocalizada es la práctica del socialismo, como se demuestra en Francia, modelo en el pasado para el socialismo español de los años setenta y ochenta. Incluso Tierno Galván buscó en Mitterrand un atisbo de utopía revolucionaria antes de colgar entre dos árboles de copa municipal la hamaca del cinismo. Mucha suerte tuvo la sociedad española con que la política económica socialmente ortodoxa- -es decir, arcaica- -del primer gobierno Mitterrand fracasase tan estrepitosamente que llevó a un giro pragmático. Así fue como la política económica de los socialistas españoles ya no cayó de lleno en los mismos errores. La convergencia económica europea y un consenso casi universal contra la inflación- -de tanto significado como la reducción de la tisis y otras plagas- -mantienen alejados los aventurismos económicos del socialismo, incluso en el caso de Zapatero. Ahora se coquetea con otras cosas y la intromisión del Estado VALENTÍ en forma de colectivismo se practica en PUIG otras áreas de la vida ciudadana. Quedan cierta retórica, para incomodidad de la beautiful people los pañuelos rojos y algunos puños al aire, como ocurre cada año en la inauguración del curso socialista en la fiesta minera de Rodiezmo, aunque sea para convocar a muchos más sindicalistas que afiliados a los sindicatos, esa otra ruina- -tan cara- -del socialismo. En Rodiezmo, el líder acostumbra a hacer aquellas promesas económicas que pertenecen al arcaísmo y que la socialdemocracia había desterrado del léxico del siglo XX. En Francia, Michel Rocard dice que el Partido Socialista no está en disposición de gobernar, y algunos proponen cambiarle el nombre. Rocard fue también referencia ilustrada de no pocos socialistas españoles. Como Mendès- France, es ese tipo de político inteligente que Francia produce periódicamente y que a la hora de la verdad no logra ser hombre de acción. Comparado con España, el pa- L norama del socialismo francés es un páramo. Aquí, el PSOE gobierna y pudiera volver a tener una mayoría suficiente, como pide Zapatero. En Francia, los socialistas están en la oposición y sin credibilidad ni ganas, escribiendo libros unos contra otros, si no es que no les atrajo el imán brujo de Sarkozy. En París incluso la socialdemocracia es un oasis muy lejano. Para que la caravana llegue, hace falta un líder. El teórico de la Tercera Vía de Tony Blair ha ido a decirles que el pecado de la izquierda es desamparar el centro: ese centro que no es definido por los partidos políticos, sino por el plebiscito de la mayoría de los electores. En eso tampoco creen algunos panzers y alevines de la derecha española. A veces no se cerciora uno de que el centro- derecha esté haciendo los análisis correspondientes de los desplazamientos y adaptaciones del zapaterismo. Parece que se prefiera la foto fija, pero con limitarse a decir que Zapatero rompe España o que todo lo que hace es un puro disparate difícilmente llega a conocerse el sistema nervioso de una manera de entender la política especialmente móvil y fungible. También la derecha acaba por amontonar fósiles. Llevamos ya una legislatura con Zapatero y, como señalan no pocos manuales de análisis militar, en ocasiones resulta dificultoso diferenciar entre tácticas y estrategias. Según Clausewitz, la táctica es el plan de una sola batalla y la estrategia es el plan para toda una campaña, para una guerra. En este sentido, una mera acumulación de tácticas no tiene por qué alcanzar naturaleza de estrategia. Si eso admite excepciones, tal vez tengamos una a la vista: tras un despliegue de tácticas que han ido fallando, Zapatero concibe finalmente un giro estratégico. Es decir: cree haber captado ya cómo plantearse la inminente campaña electoral. Por más que declamen los líderes de opinión de la derecha, el automatismo de ninguneo de todas las tácticas políticas de Zapatero impide ahora abarcar visualmente las posibilidades de su nueva estrategia, por volátil y transitoria que sea, o precisamente por eso. Indagar la veracidad ética de tal cambio también es perder el tiempo. Lo decisivo es estrictamente su credibilidad electoral. Más allá predomina la ruina. vpuig abc. es IENE en el AVE con el breve equipaje de un portafolios, el ordenador portátil y el traje de ejecutivo alicatado hasta el cuello sobre su bronceado de Sotogrande. O sea, que ya ha empezado a trabajar; como es sociólogo, le he preguntado si tiene encuestas sobre el estado de la opinión pública tras el último verano preelectoral. Imposible evitar que se me escape la mirada sobre su maletín como quien codicia un tesoro. Sí, tengo encuestas, y más que voy a hacer, pero no son exactamente del tipo que a ti te interesan. En este momento hay muchas personas, digamos que de empresas y bancos, sumamente IGNACIO preocupadas por la percepCAMACHO ción de la coyuntura económica. No sólo hábitos de consumo, sino sobre todo la fuerza de dichos hábitos; por decírtelo de otro modo, es muy importante saber hasta qué punto la gente está dispuesta a prescindir de determinadas costumbres de compra o hasta dónde se puede endeudar para mantenerlas. Digamos que son personas inquietas ante ciertos fenómenos que aparecen en los indicadores adelantados de la economía, esos que aún no contemplan los políticos, que sólo saben mirar estadísticas a toro pasado. Creo que a Zapatero, por ejemplo, esto de los indicadores adelantados no se lo explicaron en las famosas dos tardes de lecciones económicas urgentes; de otro modo, sería más cauto al hablar de grandes cifras. Lo de triunfalista lo has dicho tú; yo digo que en su lugarmiraría, porejemplo, lasúltimascifras derecaudación de IVAantes demandar tocar campanas de júbilo. En fin... ¿Quéhasta dóndepueden influiren la política esos síntomas de inquietud socioeconómica? Pues eso es parte de lo que estamos preguntando, pero mi impresión general es que no demasiado, salvo que se precipite la alarma. Yo te diría que estamos en esa fase en que quienes toman decisiones a medio o largo plazo, en el mundo empresarial, están echando el freno, pero es algo pronto para que la mayoría de los ciudadanos lo noten en su bolsillo o en su empleo. Y también te digo que, en general, en España las elecciones se ventilan tradicionalmente por criterios políticos. Muy políticos. Esto es curioso, porquesi miraslosdiscursosdelos grandeslíderes, se percibe claramente que hay una inflexión hacia lo económico después de una legislatura enormemente politizada y crispada. Como si se arrepintiesen de ello. Y claro, el factor decisivo va a ser el peso de esos tres años en la decisión del electorado. Si se van a dejar influir por la recta final o han ido sedimentando una opinión en este tiempo. El primer supuesto beneficia al PSOE, el segundo, al PP Parece que Zapatero ha querido abrir otra minilegislatura a partir del fracaso del proceso con ETA, pero aún no sabemos si eso va a funcionar en una opinión pública muy dividida. Hasta ahora, lo poco que yo he podido ver me indica que pesa mucho el trienio de bronca, aunque no tan unánimemente en contra de ZP como podría parecer a primera vista. Por eso están saliendoesos resultados tan igualados. Pero mira, lo apasionante es averiguar la letra pequeña de algunos estudios. Por ejemplo, conocer la relación que hay entre el voto y el consumo, o si el votante de izquierdas se entrampa más que el de derechas... ¿tú crees que los políticos lo saben? No, no estan fácilcomosupones, eseámbito cotidiano es una caja de sorpresas...

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