ABC MADRID 25-05-2007 página 38
- EdiciónABC, MADRID
- Página38
- Fecha de publicación25/05/2007
- ID0005000104
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38 INTERNACIONAL VIERNES 25 s 5 s 2007 ABC Erdogán pide a Sarkozy por teléfono que resuelvan sus diferencias directamente EP ESTAMBUL. El primer ministro turco, Tayip Erdogán, llamó ayer por teléfono al presidente francés, Nicolás Sarkozy, para proponerle que a partir de ahora no resuelvan sus diferencias a través de los medios de comunicación, sino a través de entrevistas directas según informó la agencia Anatolia. Vamos a no hablarnos a través de los medios señaló Erdogán en una llamada telefónica a Sarkozy, en referencia a la oposición del dirigente francés a la entrada de Turquía en la Unión Europea (UE) Asimismo, se mostró a favor de que Ankara y París trabajen codo con codo, al tiempo que subrayó su buena voluntad para superar los problemas comunes una postura que compartió también Sarkozy. La CE admite que aún no hay consenso sobre la Constitución Alemania intenta conjugar la postura de los 18 países que aprobaron el texto, entre ellos España, y la de los 5 que lo rechazan MARIBEL NÚÑEZ CORRESPONSAL BRUSELAS. A menos de un mes de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, y más de dos años después de que Francia y Holanda dijeran no a la Constitución Europea, los Veintisiete siguen sin ponerse de acuerdo en cómo salir de la crisis, según reconoció ayer la Comisión Europea. Todavía no se ha logrado un consenso sobre la propuesta francesa de un tratado simplificado para sacar a la Unión Europea de la crisis constitucional, por lo que habrá que trabajar mucho de aquí a la Cumbre de los días días 21 y 22 de junio aseguró ayer el portavoz del Ejecutivo comunitario. Este reconocimiento de Bruselas de que las cosas están muy complicadas para lograr un acuerdo el próximo mes se produce un día después de que el recién elegido presidente francés, Nicolas Sarkozy, asegurara en la capital comunitaria que su propuesta de un tratado simplificado era la única posible para romper con el inmovilismo. Francia propone esta especie de tratado aligerado con mejoras de funcionamiento, como la Presidencia estable, el ministro de Asuntos Exteriores o la toma de decisiones por mayoría cualificada, texto que sería adoptado en el país galo por la vía parlamentaria y no por referéndum, visto el fracaso de 2005. lo que se oponen los primeros. Entre las principales condiciones que pone el grupo de los cinco para aceptar un nuevo texto figura que, como pide Holanda, se contemple que los parlamentos nacionales puedan votar en contra de que una norma comunitaria se aplique en un país, o que no se tomen las decisiones por doble mayoría, como pide Polonia, o que los asuntos de Justicia e Interior no se voten por mayoría cualificada, como pide Reino Unido. La posibilidad de que se entre a negociar lo que piden estos países supondría reabrir el conocido como paquete institucional, el más complejo del acuerdo que dio lugar a la Constitución. En este difícil contexto la Presidencia semestral de la UE, en manos de Alemania, intenta cerrar un texto de consenso, no sólo sobre la forma sino también sobre el fondo para llevarlo a la Cumbre para su aprobación aunque, hoy por hoy, esta posibilidad parece lejana. No obstante, Berlín ha dicho que lo intentará hasta el final y ya hay previstas numerosas reuniones a todos los niveles en lo que queda de mayo y junio para intentar lograr el consenso. Tayip Erdogán AP Reabrir el paquete institucional Áreas comunes Erdogán recordó que mantienen estrechos vínculos en diferentes áreas, como la política, económica y militar, y Sarkozy trasladó al primer ministro turco su dolor más profundo por el atentado terrorista que el martes se cobró la vida de seis personas en Ankara. El presidente francés aseguró, en una rueda de prensa en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que no ha cambiado de opinión respecto a Turquía. No creo que tenga lugar en la UE En su opinión, la prioridad de la UE en estos momentos es dar una solución al Tratado constitucional y a la crisis institucional por lo que afirmó que no tiene intención de sacar a relucir este asunto hasta después. El portavoz del Ministerio turco de Asuntos Exteriores, Levent Bilman, calificó las declaraciones de Sarkozy de poco alentadoras y reiteró el deseo de Turquía de convertirse en miembro de pleno derecho de la UE. El espíritu del texto La situación es que hay un grupo mayoritario formado por 18 países que ya han ratificado la Constitución, a los que se suman otros cuatro que dicen que no tendrían problemas para hacerlo, que quieren que se mantenga el espíritu del texto. Frente a los anteriores hay un grupo de cinco países formado por Reino Unido, Polonia, Francia, Holanda y Chequia que, por diversas razones rechazan la Constitución y quieren cambios no sólo en la forma, sino también en el fondo, a Bernardino León y Alberto Navarro Secretarios de Estado de Asuntos Exteriores y para la Unión Europea FRANCIA, CUESTIÓN DE ESTADO ESDE el regreso de la democracia en España y con más razón desde nuestra entrada en la Unión Europea, las relaciones bilaterales entre España y Francia están firmemente asentadas. Todos los Gobiernos que se han ido sucediendo a uno y otro lado de los Pirineos, con independencia de su orientación política, han sido conscientes de la necesidad de alimentar y enriquecer progresivamente esta relación bilateral. La celebración de Cumbres anuales y la reactivación del Foro hispano- francés, entre otros encuentros, han servido para afianzar este proceso. La cooperación entre los dos países en la lucha contra el terrorismo constituye un elemento central de esta relación privilegiada. Esta colaboración, a la que Nicolas Sarkozy ha dado personalmente un fuerte empuje desde su puesto de ministro de Interior, constituye un éxito sin parangón en otras regiones del mundo. Ha servido, además, como semilla para la construcción y creciente desarrollo D España tiene mucho que ganar con una Francia más próspera y dinámica. Siempre ha sido así, pero más aún ahora de un espacio de libertad, seguridad y justicia, una de las dimensiones fundamentales del proyecto europeo. Frente a los agoreros que anunciaron que la entrada de España en la Unión Europea iba a ser perjudicial para los intereses de Francia, la realidad ha demostrado lo contrario: España es ahora el tercer mercado para los productos franceses; las empresas de ambos países participan activamente en el tejido económico de su vecino, creando miles de puestos de trabajo; decenas de miles de españoles consideran Francia como su casa y otros miles de franceses se han integrado plenamente en nuestro país. Este Gobierno ha tenido muy claro que, por interés mutuo, convenía hablar siempre con claridad y confianza, no sólo en el marco bilateral, sino también desde una perspectiva claramente europea, dentro del eje París- Berlín. De ahí la clara apuesta por el fortalecimiento de este diálogo privilegiado. El triunfo de Nicolas Sarko- zy abre una etapa para la que se anuncian importantes reformas en la estructura institucional y económica de Francia. La primera tarea del nuevo Gobierno galo será acabar con el período de indefinición de Francia dentro del proyecto europeo, tras su rechazo, hace dos años, del nuevo Tratado Constitucional. España tiene mucho que ganar con una Francia más próspera y dinámica. Siempre ha sido así, pero más aún ahora. Sorprende que últimamente, desde el Partido Popular, se mire a Francia como algo nuevo. Los que criticaron las opciones de política exterior de este Gobierno en lo que se refiere a nuestro país vecino se apresuran a mirar de pronto hacia París y atribuirse la exclusividad de la idea, cuando hace unos meses sus dirigentes hablaban de seguidismo a Francia y de gravísimo error para calificar la estrecha cooperación con un Gobierno del que formaba parte el presidente Sarkozy. No es así. Una política exterior seria y creíble requiere continui- dad y coherencia. La apuesta que hizo este Gobierno por volver al corazón de Europa no fue, como sostienen algunos, una apuesta por personas concretas. Fue consecuencia de una convicción profunda en el proyecto de integración europea, en los valores europeos que compartimos y que debemos defender juntos en el mundo. Y es fruto también de la evidencia histórica de que Francia y Alemania han sido, son y serán el motor central de este proyecto. Este Gobierno continuará fortaleciendo sus lazos privilegiados con Francia. Lo hizo con el presidente Chirac y lo hará con el presidente Sarkozy, como lo hubiera hecho con Ségolène Royal, si hubiera ganado las elecciones presidenciales, puesto que Francia debe ser considerada una cuestión de Estado en nuestra política exterior. Estamos convencidos de que el nuevo presidente francés, gran conocedor de nuestro país, aportará su visión política, su creatividad y su compromiso personal en la misma dirección, como lo ha demostrado su siempre impecable trayectoria de cooperación con España.