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ABC MADRID 06-05-2007 página 4
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ABC MADRID 06-05-2007 página 4

  • EdiciónABC, MADRID
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4 OPINIÓN DOMINGO 6 s 5 s 2007 ABC DIRECTOR: JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS PRESIDENTA- EDITORA: CATALINA LUCA DE TENA DIRECTOR GENERAL: JOSÉ LUIS ROMERO Área Financiera: Jorge Ortega Área de Márketing: Javier Caballero Área Técnica: José Cañizares Área de Recursos Humanos: Raquel Herrera DIRECTOR GENERAL DE DESARROLLO: EMILIO YBARRA PRESIDENTE DE HONOR: GUILLERMO LUCA DE TENA Director Adjunto: Eduardo San Martín Subdirectores: Santiago Castelo, Fernando R. Lafuente, Alberto Pérez, Alberto Aguirre de Cárcer Jefes de Área: Jaime González (Opinión) J. L. Jaraba (España) Miguel Salvatierra (Internacional) Ángel Laso (Economía) Juan Cierco (Cultura, Ciencia y Deportes) Mayte Alcaraz (Fin de Semana) Jesús Aycart (Arte) Adjuntos al director: Ramón Pérez- Maura, Enrique Ortego y Ángel Collado Redactores jefes: V. A. Pérez (Continuidad) A. Martínez (Política) M. Erice (Internacional) F. Cortés (Economía) A. Puerta (Regiones) J. Fernández- Cuesta (Sociedad) A. Garrido (Madrid) J. G. 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Con el ministro sirio de Exteriores, Walid Muallem, Condoleeza Rice mantuvo en este balneario egipcio una reunión de trabajo que en otras circunstancias había sido considerada como normal aunque sólo haya sido una mera aproximación. Irán, sin embargo, mantiene todavía una actitud refractaria a las señales que envía Estados Unidos, y con el extravagante pretexto de que no podía aprobar la indumentaria de una violinista, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manouchehr Mottaki, se las arregló para no asistir a la cena en la que habría estado sentado frente a la representante norteamericana. En otras palabras, Mottaki eludió hablar con Rice. A diferencia de Siria, Irán tiene pendiente con la comunidad internacional un asunto de gran importancia, como son las sanciones que le ha impuesto la ONU para tratar de impedir que desarrolle armamento nuclear. En este campo, Teherán no tiene problemas para estar en contacto con la Unión Europea, pero, cuando se trata de Estados Unidos, toda su supuesta buena voluntad se disipa como por ensalmo, oficialmente a causa de su oposición a la ocupación de Irak. Si pretende acelerar la retirada de EE. UU. lo mejor que podría hacer es colaborar con el Gobierno de Bagdad y dejar de alentar la inestabilidad en ese país, para lo cual la vía más razonable debería ser no desaprovechar el evidente cambio de orientación en la política de Estados Unidos. Lamentablemente, sucede que para el régimen de los ayatolás casi todo su prestigio como potencia regional y faro de una parte importante del pensamiento islamista radical de todo el mundo tiene mucho que ver con su actitud de permanente desafío a Washington y puede que, desde este punto de vista, no le interese dar la impresión de que aspira a una normalización con Estados Unidos. Una de las características ideológicas del islamismo radical es que importan más los daños que se puedan causar al enemigo que los que haya que sufrir para ello; por eso hay terroristas suicidas y dirigentes políticos dispuestos a lograr sus objetivos estratégicos con el sufrimiento de sus conciudadanos. E Y BATASUNA BURLA LA LEY A Sala Especial del Tribunal Supremo parece inclinarse por anular las candidaturas de Acción Nacionalista Vasca impugnadaspor laFiscalía y la Abogacía del Estado, y no precisamente por el planteamiento procesal y material empleado por ambas instituciones, sino a pesar del mismo. De confirmarseque una parte delas listas deANVserán anuladas- -y por ende, otra no, lo que permitirá a Batasuna acceder de nuevo a las instituciones- -no podrá decirse que el resultado no era previsible. Pero si legalmente los magistrados del Supremo han hecho lo que debían, el Gobierno debía haber hecho mucho más. Dejando a un lado los impostados discursos del Ejecutivo sobre la firmeza democrática y el respeto a la Ley de Partidos Políticos, habrá una consecuencia dramática de la que será responsable el presidente del Gobierno: ETA podrá burlar la ley y volver a las instituciones. La Ley de Partidos no era problema para haber cerrado la puerta por completo a ETA; las Fuerzas de Seguridad del Estado tenían datos suficientes contra ANV; y los magistrados del Supremo estaban dispuestos, como en anteriores ocasiones, a asumir sin reserva alguna sus responsabilidades. Aquí vuelve a fallar el Gobierno y, en concreto, Zapatero. Ha sido su decisión política de no enfurecer a ETA la causa de que más de la mitad de las listas de ANV puedan llegar a pasar el corte judicial. Para los españoles, son horas tristes porque ETA parece a punto de ganar otra partida sin jugarla. Zapatero puede añadir otra fractura a su exitoso proceso cuajado dequiebras y rupturas, pero no con los terroristas, sino con el PP y las víctimas. Ahora, Zapatero ha logrado rematar su colección de crisis políticas e institucionales con serias disensiones en el seno de la Sala del 61. Allí por donde Zapatero ha paseado su proceso sus ansias infinitas de paz sólo ha sembrado crispación. Y sin conseguir la paz, porque ETA ha matado, está armada hasta los dientes y puede matar cuando quiera. El momento actual que vive la lucha contra el terrorismo es realmente grave. La Fiscalía ha consumado su penoso tránsito L desdelaposiciónpropiadeloqueesuna instituciónconstitucional a un mero gabinete de operaciones judiciales a las órdenes del presidente del Gobierno. La endeblez técnica de la demanda de la Fiscalía contra las listas de ANV es paralela al servicio político prestado al Ejecutivo, necesitado de que, como fuera, ETA estuviera presente en las elecciones. Para lograr este objetivo, contrario a las funciones constitucionales atribuidas al Ministerio Fiscal, Conde- Pumpido cursó una demanda estructuralmente defectuosa: proponía un procedimiento inadecuado, pedía una nulidad de candidaturas no prevista por la ley y ofrecía alos magistrados unaprueba escasa. Aunasí, seráfactiblelailegalización de las candidaturas impugnadas gracias al amplio margen de valoraciónquela Ley dePartidos Políticos concedea laSaladel 61, quemás pronto quetardedeberáasumirlaresponsabilidad de actuar de oficio cuando tenga conocimiento de que existen partidos sucesores, en fraude de ley, de Batasuna. No obstante, en este momento sólo cabe decir que la democracia ha sido estafada por el Gobierno porque estaba en su mano ofrecer a los españoles otra victoria decisiva sobre ETA; porque no es cierto que el fiscal no pudiera pedir la ilegalización deANV y de todas sus candidaturas; y porque no es cierto que hayan aplicadolaLeydePartidos en suletrayensuespíritu Nohanaplicado la ley a ANV como no se la aplicaron a Otegi ni a De Juana. El PSOE puede seguir empeñado en achacar al PP que sus críticas son mentirascontra elGobierno. Pero la realidad seimpone por sí sola, con o sin el PP porque basta comparar cómo se encontró Zapatero a ETA en marzo de 2004 y cómo está ahora la banda. Es cierto, como dijo ayer Rajoy, que de los asesinatos sólo ETA tiene la culpa, pero Zapatero la tiene de que Batasuna esté en condiciones de volver a las instituciones. La democracia, comosistema decontrolpolítico y de depuración deresponsabilidades, debe conservar vivamente en su memoria estos días de infamia en los que el Gobierno dejó que ETA se burlara de la ley y de los españoles. EL PSOE Y LA JUSTICIA DE ESCARMIENTO AS explicaciones dadas por el juez Torres a través de un medio de comunicación sobre su gestión del caso Malaya resultan, como mínimo, atípicas y, en todo caso, irrelevantes a la hora de valorar política y socialmente las consecuencias de un sumario cuyas dimensiones no paran deaumentar. Al juez Torres sólo cabe desearle el mayor acierto posible en sus decisiones para que este caso no acabe como otros escándalos de corrupción, indudables mientras eran investigados y archivados como globos pinchados, bien por falta de pruebas, bien por irregularidades durante la instrucción del sumario. La investigación lleva más de un año abierta, hay cerca de un centenar de imputados y las acusaciones parecen estar asentadas en bases sólidas. Esto es delo quedebepreocuparse eljuez Torres y no de salir en la prensa para echar un capote al presidente del Gobierno, porque es muy arriesgado negar lo que los ciudadanos llevan viendo desde hace mucho tiempo: que cada vez que el Ejecutivo está en un apuro, salta, como un cortafuegos, una detención espectacular o una actuación judicial que monopoliza la atención pública. Y si es en el caso Malaya mejor, porque sin dudar de la solvencia de las pruebas contra los imputados ni de que en Marbella se formó una gigantesca bolsa de corrupción- -gracias, también, a la pasividad de la Junta de Andalucía- este sumario entusiasma a buena parte de la izquierda, pero no por sus virtudes procesales, sino por sus evocaciones ideológicas, como demostró Zapatero en el mitin que celebró en Marbella horas antes de la detención de Isabel Pantoja. Pura casualidad, sin duda, pero como no es la primera, las interpreta- L ciones son legítimas, más aún después de constatar a lo largo de esta legislatura que el principio de legalidad (casos de Otegi y De Juana) el respeto a las garantías de los ciudadanos (detención ilegal de dos militantes del PP) y la aplicación leal de las normas (Ley de Partidos) no son precisamente signos distintivos del Gobierno socialista. La izquierda ve con satisfacción estas explosiones de justicia de escarmiento, como fue la detención de Isabel Pantoja- -poco riesgo de fuga o de destrucción de pruebas habría cuando al día siguiente se fue a su casa con una exigua fianza de 90.000 euros- sobre todo si afectan a famosos y ricos, bien destacados por Zapatero en su discurso de Marbella. Esta izquierda no está para detenerse en detalles nimios como la presunción de inocencia, o la ineficacia del sumario para condenar, por sí solo, a los sospechosos. Lo importante es saciar esos impulsos populistas que apresan a buena parte de la izquierda y presentar ante la opinión las piezas cobradas por una justicia justiciera como demostración de una peculiar visión de la igualdad ante la ley. De paso, a costa de encelar a la opinión pública con el ruido de un sumario que aún no ha terminado y debe culminar en un juicio oral, el PSOE se absuelve de asumir otras realidades, como que el PP es el único partido con las manos limpias en Marbella, o que la Junta de Andalucía, siempre socialista, no movió un dedo para retirar alAyuntamiento marbellí sus competencias urbanísticas, lo quehabría cortado el suministro fundamental para las mafias y los clanes que se han dedicado al saqueo de la ciudad malagueña.

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