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ABC MADRID 17-03-2007 página 32
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ABC MADRID 17-03-2007 página 32

  • EdiciónABC, MADRID
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32 INTERNACIONAL SÁBADO 17 s 3 s 2007 ABC El nuevo Gobierno palestino perfila una estrategia de ambigüedad Habrá resistencia y tregua s No reconoce a Israel, pero respetará los acuerdos LAURA L. CARO CORRESPONSAL GAZA. Ambiguo, para que tanto Hamás como Al Fatah puedan defender ante los suyos que no han abandonado del todo sus posiciones tradicionales y poder así emprender la reconciliación nacional. Abierto a interpretaciones en los pronunciamientos más sensibles, para no cerrar puertas y convencer a la comunidad internacional de que hay moderación suficiente para merecer el levantamiento del embargo económico que asfixia a los palestinos. El programa del nuevo Gobierno que se vota hoy contiene una arriesgada estrategia de dobles sentidos, diseñada para leer entre líneas cualquier cosa que el interlocutor quiera escuchar. El futuro gobierno no sólo no renuncia a la violencia, sino que afirma que la resistencia es un legítimo derecho del pueblo palestino Por dos veces, el acuerdo repite que la llave de la seguridad y la estabilidad en la región depende del fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos y del reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo palestino de modo que vincula la continuidad de esa resistencia como un derecho de defensa contra todas las formas de ocupación A saber: la supresión del muro del apartheid, los asentamientos y la judaización de Jerusalén además del levantamiento de los checkpoints y de las restricciones de movimiento, la reapertura de los pasos fronterizos y la liberación de los prisioneros el fin de los asesinatos, arrestos, incursiones, demolición de casas y excavaciones en Jerusalén No obstante, el texto bebe del pragmatismo de Al Fatah al subrayar expresamente que el gobierno trabajará en la expansión y consolidación de la calma para convertirla en una tregua recíproca y amplia en referencia alto el fuego vigente con Israel en la Franja. No hay reconocimiento explícito de Israel por ningún lado, aunque, a diferencia del acuerdo de La Meca, se recoge la palabra israelí para vincularla siempre a la ocupación o la agresión Ni siquiera hay mención a la solución de dos estados. Únicamente se rechaza el establecimiento de un Estado palestino con fronteras temporales y en ningún caso se precisa si los territorios palestinos para los que reclama autodeterminación son los ocupados por Israel en 1967 como puede argumentar Al Fatah- o los anteriores a 1948, como podría invocar Hamás. Se dice que el gobierno deberá respetar la legitimidad de las resoluciones internacionales y los acuerdos firmados por la OLP sin más precisión. Hamás ya ha dejado claro que hay una enorme diferencia entre respetar y comprometerse con el cumplimiento de estos acuerdos, mientras que la fórmula empleada también daría pie a Al Fatah para defender que equivale a un reconocimiento de la solución de dos Estados, de los acuerdos con Israel, e incluso del propio Estado de Israel, implícitamente recogido en la iniciativa saudí de 2002. Por otro lado, se cierra la puerta a cualquier concesión en el ámbito del problema de los refugiados. El texto enfatiza que el Gobierno se aferrará al derecho de los refugiados palestinos y su derecho de retorno a sus tierras y propiedades lo que en principio incluiría los territorios que hoy son de Israel. Respecto al secuestro del soldado Gilat Shalit, su nombre, presente en el último borrador, ha desaparecido del documento final. El Gobierno se compromete en este texto a extremar esfuerzos para acelerar el fin del caso en el contexto de un cuerdo honorable de intercambio de prisioneros La ex agente Valerie Plame, tras declarar ante un Comité del Congreso, ayer en Washington EPA Los acuerdos previos La ex agente de la CIA Plame seduce al Congreso La ex espía puso el dedo acusador en los colaboradores del presidente Bush, que son los que destruyeron mi tapadera MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL NUEVA YORK. La vida de un agente secreto acaba el día que ve publicado su nombre en los periódicos. Así acabó la de Valerie Plame una mañana de julio de 2003, cuando su marido le llevó a la cama el periódico del día. Sentí como si me hubieran pegado un puñetazo en el estómago contó ayer al Congreso la agente de la CIA más famosa del país. Para Plame, todo se acabó en un instante El propio presidente George W. Bush prometería después cortar las cabezas de todos los que estuvieran involucrados en aquella filtración. El gráfico que expusieron ayer los congresistas durante la audiencia deletreaba 20 altos cargos del gobierno, incluyendo su arquitecto electoral Karl Rove y el vicepresidente Dick Cheney. Nadie ha sido condenado por la filtración. Sólo Lewis Libby, máximo ayudante de Cheney, puede ver la cárcel por haber mentido a los investigadores sobre cómo se enteró de la identidad de Plame. Tras quedar demostrado que no fue a través de los periodistas a los que citaba, sino probablemente por su jefe, espera sentencia por perjurio y obstrucción a la justicia. Detrás del desenmascaramiento de la espía que trabajaba en la oficina de la CIA donde se investigaba la existencia de armas de destrucción masiva en Irak se encontraba la revancha política. Su marido, un ex embajador que también ha colaborado con la CIA, fue elegido para una misión en Africa encargada expresamente por la oficina de Cheney: investigar los rumores de que Sadam Husein habría intentado compar uranio en Níger. Coincidiendo con otros dos informes previos, Joseph Williams llegó a la conclusión de que eran falsos. Aún así, el gobierno de Bush dio por veraces las acusaciones y las exhibió entre las pruebas de que Irak tenía armas de destrucción masiva. El matrimonio se buscó la ruina sin saberlo cuando en julio de 2003, tres meses después de la invasión de Irak, Wilson publicó un artículo de opinión en The New York Times en el que mostraba su excepticismo sobre la existencia del famoso arsenal de armas de destrucción masiva en Irak y, por implicación, los motivos expuestos por el presidente Bush para justificar la operación. Poco después su mujer recibía el puñetazo en el estómago. Ya no podía volver a trabajar para lo que me había entrenado tan duramente se lamentó ayer Plame, que planea mudarse con su familia a Santa Fe (New Mexico) y escribir un libro. Serena y elegante, la espía que parecía salida de una película de James Bond sedujo al comité de congresistas que investiga la filtración. Perdone, estoy un poco nervioso le confesó con su acento sureño el congresista de Georgia Lynn Westmoleland. Nunca he interrogado a una espía Como se esperaba, ella puso el dedo acusador en los colaboradores de Bush que son los que destruyeron mi tapadera de forma imprudente y temeraria para desacreditar a su marido y ni siquiera la han llamado para pedirle perdón, contó. En contra de los rumores divulgados, Plame aseguró bajo juramento que hasta ese día podía contar con los dedos de una mano cuántas personas sabían para quién trabajaba de verdad Y eso incluía a su marido. Plame culpó también al gobierno del descrédito de la CIA tras los fallidos informes de inteligencia en los que se basó el gobierno para invadir Irak, debido a las presiones políticas de la Casa Blanca, que ilustró con el número de visitas sin precedentes del vicepresidente Cheney al cuartel general de la CIA Con su destrucción, añadió, se ha dañado a la agencia para siempre, porque a partir de ahora cualquier agente extranjero se lo pensará dos veces antes de colaborar con nosotros Campaña de descrédito Un único condenado El Estado de Israel El documento de unidad que se vota hoy trata de contentar a los electorados de Al Fatah y Hamás

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