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ABC MADRID 04-03-2007 página 104
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  • EdiciónABC, MADRID
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104 CIENCIAyFUTURO www. abc. es cienciayfuturo DOMINGO 4- -3- -2007 ABC Lo que el ojo del huracán esconde Científicos de EE. UU. hallan en el corazón de los huracanes la clave para predecir sus imprevisibles cambios de intensidad JOSÉ LUIS DE HARO S. ESPECIAL NUEVA YORK. La fuerza de la madre naturaleza continúa siendo un libro por escribir para los científicos de medio mundo. En Estados Unidos, un grupo de expertos ha llevado a cabo una investigación que podría explicar el comportamiento de los huracanes, en especial sus imprevisibles cambios de intensidad que tantos estragos causan a lo largo y ancho del mundo. Así, lo que se conoce como el ojo de la tormenta y la pared que lo rodea, puede esconder la clave para determinar si tiene posibilidades de transformarse en un monstruoso enemigo. La exhaustiva investigación publicada en la revista Science ofrece una pormenorizada visión de lo que hasta la fecha ha sido la gran laguna en las predicciones sobre los huracanes. Hasta ahora, los especialistas meteorológicos habían realizado sorprendentes avances para determinar cuál será el recorrido de las tormentas, pero han sido incapaces de poder conocer por anticipado los imprevistos cambios de intensidad, que pueden llegar a provocar verdaderas catástrofes humanas. Gracias a estos descubrimientos, los estados que más sufren el azote de los huracanes podrán determinar con mayor precisión cuándo es necesario evacuar a la población. Según el artículo publicado por Science las numerosas observaciones realizadas durante la histórica temporada de huracanes, que en 2005 asoló la costa este de EE. UU. dieron lugar al descubrimiento de un fenómeno conocido como sustitución de la pared del ojo del huracán Esta situación se produce cuando las nubes que rodean el ojo, ese círculo casi perfecto de vientos relativamente livianos y de buen tiempo encontrado en el centro de un ciclón tropical severo, se condensan alrededor de éste para formar una pared, el área de mayor fuerza dentro de la superficie de un huracán. Se ha demostrado que esta zona se reconstruye cada cierto tiempo, aumentando el radio de acción y creando una nueva muralla alrededor del centro del ciclón. Cada vez que esta pared se renueva, la intensidad del huracán decrece momentáneamente, pero conforme vuelve a contraerse, la fuerza aumenta. A medida que la pared del huracán, con forma semejante a una rosquilla, se estrecha al seguir el giro de la tormenta, una banda de aire caliente se forma alrededor de esta barrera, como un foso alrededor de un castillo. En este preciso momento, el anillo de aire seco aisla la pared del ciclón hasta destruirla. Una nueva pared suele formarse fuera del foso debido a la incesante lluvia, por lo que la tormenta se expande y reduce temporalmente su giro, pero finalmente, una vez que toma forma, provoca que la fuerza del aumente de nuevo. Los científicos son conscientes de la rapidez con la que este proceso puede hacer cambiar el poder de un huracán. Por ejemplo, Rita sólo necesitó 24 horas para pasar de un huracán de intensidad 1- -con vientos de 119 kilómetros hora- -a registrar la máxima categoría de la escala Saffir Simpson, cuyo tope se sitúa en el cinco y cuyos vendavales pueden superar los 250 km. por hora. El estudio, liderado por el Así se forman los ciclones tropicales Ciclón tropical. Es el nombre genérico que recibe una depresión tropical. Según su intensidad y la velocidad de los vientos asociados puede ser una tormenta tropical o un huracán o tifón (con vientos, en este caso, que pueden superar los 200 km hora) ¿De qué depende su intensidad? Los ciclones tropicales se forman sobre aguas templadas entre los 8 y los 20 de latitud Norte y Sur, en áreas de gran humedad, vientos suaves y temperaturas del agua marina medias de 26,5 grados. Principales requisitos. Los vientos, que pueden contribuir a reforzarlos o a alejarlos. Los huracanes necesitan, por ejemplo, fuertes corrientes de aire ascendente. Humedad. Cuanto más caliente sea el agua marina, más evaporación habrá, lo que aumenta la humedad del aire y las corrientes ascendentes, condiciones que favorecen la formación de huracanes. Aviones y satélites meteorológicos estudian continuamente estos parámetros. El poder de un ciclón profesor de ciencia atmosférica de la Universidad de Washington, Robert Houze Jr, ha determinado que este ciclo de reemplazo de la pared del ojo sólo se produce en grandes huracanes y que el foso creado entre la antigua y la nueva pared es dinámico Esta zona no es una región pasiva que queda atrapada entre dos paredes, sino que su dinamismo acaba por destruir la antigua mura- lla y dar paso a una nueva de mayor campo de acción explicaba Houze tomando como ejemplo a Rita. Para poner en marcha el proyecto se ha utilizado tecnología punta desarrollada por la profesora asociada de meteorología de la Universidad de Miami, Shuyi S. Chen. Además, por primera vez se han utilizado tres aviones equipados con radares Doppler volando si- multáneamente dentro y alrededor de las bandas de lluvia de un huracán. Gracias a la observación aérea de Rita, se pudo determinar con absoluta claridad que el reemplazo de la pared del ojo de un huracán provoca una pérdida de intensidad momentánea que inmediatamente después se recupera con creces. El uso de sofisticados programas informáticos de observación, conocidos con el nombre en clave de MM 5, han permitido analizar con claridad las entrañas de estos monstruos. Los MM 5 se usan desde hace décadas, pero en este último intento, la Universidad de Miami los ha operado en alta resolución, una modalidad poco extendida entre las predicciones federales y el Centro Nacional de Huracanes debido al descomunal tiempo de proceso necesario para su funcionamiento. La claridad de las imágenes ha permitido por primera vez una absoluta disección del ojo del huracán y la pared de éste. Programas informáticos Una reacción de la Naturaleza difícil de predecir Pese a la impresionante tecnología disponible y los esfuerzos realizados por predecir los escarmientos naturales, la fuerza de la madre naturaleza sigue siendo un antojo sin aviso previo. Esta misma semana, una treintena de tornados, provocados por una tormenta con fuerte carga eléctrica asolaban Alabama, Georgia y Missouri dejando 20 víctimas mortales a su paso y más de medio centenar de heridos. En este nuevo episodio meteorológico, la tragedia se recrudeció cuando los tornados golpearon de lleno un instituto de la localidad de Enterprise, Alabama, acabando con la vida de ocho estudiantes. El presidente George W. Bush hizo ayer un recorrido en helicóptero para evaluar los daños provocados por los tornados. Bush programó el viaje para subrayar los esfuerzos de su administración, en particular a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para ayudar a las víctimas. Tanto la Casa Blanca como la FEMA fueron fustigadas en 2005 por su lentitud de reacción tras los huracanes que azotaron de costa estadounidense del Golfo de México, especialmente en los estados de Luisiana y Misisipí.

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