ABC MADRID 25-02-2007 página 92
- EdiciónABC, MADRID
- Página92
- Fecha de publicación25/02/2007
- ID0004990741
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92 CIENCIAyFUTURO Salud DOMINGO 25 s 2 s 2007 ABC Las tabaqueras usan casi 700 sustancias para promover sus ventas y aumentar la adicción Nadie sabe a ciencia cierta lo que se inhala con cada calada a un pitillo s La lista de componentes del tabaco es casi infinita e incluye muchos elementos cancerígenos DOMINGO PÉREZ MADRID. Un estudio de la Universidad de Harvard demuestra que de 1997 a 2005 las tabaqueras habían incrementado en secreto hasta un 11 por ciento la cantidad de nicotina de sus cigarrillos, como informó ABC hace un mes. Tan alarmante conclusión reaviva una vieja cuestión: ¿Por qué el tabaco sigue siendo el único producto de venta legal no sujeto a la ley de etiquetado? O, desde un planteamiento más práctico: ¿Qué es lo que realmente están fumando los millones de adictos? Al respecto, el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) una organización integrada por 44 sociedades científicas y asociaciones sanitarias, lanza una llamada de alarma. La CNPT advierte de que la realidad es que nadie, salvo, evidentemente las tabaqueras, sabe a ciencia cierta cuál es la verdadera composición de un cigarrillo. Un producto alimenticio debe presentar en la etiqueta una relación exhaustiva de todos sus componentes. Sin embargo, la composición de los pitillos es un misterio para los consumidores. La nicotina es la sustancia más importante que contiene un cigarrillo, y es la causa principal de la adicción. También está reconocido que contiene alquitrán y monóxido de carbono y, a partir ahí, puede llegar ASESINOS SILENCIOSOS Cancerígenos del humo de tabaco -Alquitranes: Asfaltar carreteras- Arsénico: Veneno mortal- Cadmio y níquel: Se usa en baterías- Cloruro de vinilo: En discos de vinilo- Creosota: Carcinógeno- Formaldehído: Conservante- Polonio- 210: Radiactivo- Uretano: En embalajes- Benzopireno: Hidrocarburo policíclico- Anilina: En espuma de poliuretano Tóxicos irritantes para los ojos y las vías respiratorias superiores -Amoniaco: En limpiacristales- Acetona: Disolvente tóxico- Acroleína: Irritante bronquial que causa enfisema- Cianuro de hidrógeno: Veneno usado en raticidas- Monóxido de carbono: Mortal en espacios cerrados y combustión deficiente- Metanol: En combustible de misiles- Tolueno: Disolvente tóxico- Nicotina: Alcaloide que produce adicción- DDT: Insecticida Las más presentes Azúcares (4,8 se usan como humectantes y aromatizantes. Citrato de sodio (4,3 un modificador de combustibilidad. Propilenglicol (3,7 es el componente principal de los anticongelantes de los coches. Frutas (2,5 aromatizantes. Glicerol (2,3 sustancia tóxica. Celulosa (2,2 un aglomerante. Cacao (1,5 actúa como broncodilatador. Carbonato de calcio (1,3 un modificador de combustibilidad. Lista incompleta El Polonio- 210 llega a los cigarrillos desde los fertilizantes fosfatados que abonan la tierra de las plantaciones a incluir casi cualquier cosa. Los expertos reconocen que entre 600 y 700 sustancias son utilizadas en el tabaco como aditivos, que, en la mayor parte de los casos, sirven para incrementar la adicción. Un informe interno de Philips Morris de 1984, desclasificado posteriormente, aseguraba que su tabaco iba enriquecido con amoniaco líquido (un gas incoloro utilizado en los limpiacristales) Pero es que se han encontrado muchos otros tóxicos irritantes para los ojos y las vías respiratorias superiores. En la relación de sustancias perniciosas estarían la acetona (un disolvente) la acroleína (un potente irritante bronquial causante de enfisemas) cianuro de hidrógeno (un veneno mortal habitualmente utilizado como raticida) el monóxido de carbono (mortal en espacios cerrados cuando hay una combustión deficiente de braseros o estufas) metanol (usado como combustible de misiles) tolueno (un disolvente altamente tóxico) y DDT (insecticida liposoluble) En cuanto a los elementos cancerígenos destacan: los alquitranes (utilizados para asfaltar carreteras) arsénico (un veneno mortal) cadmio y níquel (presentes en las baterías) cloruro de vinilo (un carcinógeno) formaldehído (un Un muestrario de venenos conservante orgánico empleado en laboratorios forenses) uretano (usado en embalajes) benzopireno (un hidrocarburo policíclico aromático) anilina (usada para fabricar la espuma de poliuretano) y el polonio 210 (radiactivo) Todas estas sustancias son asesinos silenciosos Basta fijarse en uno solo de ellos. Por ejemplo, el Polonio- 210, que saltó a la fama a raíz del caso de espionaje y el asesinato del ruso Alexander Litvinenko. Este elemento proviene de los fertilizantes fosfatados que se utilizan en las plantaciones de tabaco. Es absorbido por las raíces y acumulado en las hojas. Persiste en el proceso de secado e industrialización, y al fumar queda atrapado en la mucosa bronquial. Un fumador de paquete y medio de cigarrillos al día recibe en los bronquios 400 rads de radiaciones alfa por año, lo que equivale a 300 radiografías de tórax, es decir, casi una por día. La lista de aditivos es casi infinita: menta, madera, frutas, ajo, esencias florales, cacao (se añade como broncodilatador para conseguir inhalaciones más profundas de modo que una mayor cantidad de nicotina penetre más a fondo en los pulmones) acetato de sodio (hace menos visible la corriente de humo) hidróxido de calcio, que se impregna al papel para que el humo resulte menos irritante, ron, jerez, ácido fórmico... Listados oficiales Rodrigo Córdoba Portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo SALUD PÚBLICA UN ASUNTO DE os aditivos del tabaco son un asunto de salud pública de primera magnitud por derecho propio. Unas 600- 700 sustancias han sido aceptadas como aditivos de los productos del tabaco. L Sin embargo, sólo las compañías tabaqueras pueden desvelar qué aditivos aparecen en cada marca de cigarrillos. El tabaco es el único producto de venta legal no sujeto a la ley de etiquetado. Por extraño que parezca, ni siquiera la Comisión Europea, que es responsable de la regulación de los productos del tabaco, puede proporcionar esa información o tiene, en estos momentos, el poder de exigirla. Los cigarrillos tienen un 10 por ciento de aditivos (calculados en relación al peso) principalmente en forma de azúcares, agentes aromáticos y humectantes. Los aditivos se añaden al tabaco por varias razones: a) Para aumentar la porción de nicotina libre, ya que esto potencia el poder adictivo de la misma y hace más difícil dejar de fumar. Se ha descubierto que el amoniaco líquido desempeña este papel al incrementar la alcalinidad del humo. b) Para mejorar el sabor del tabaco y hacer el producto más deseable mediante la adición de menta, madera, especias, frutas y esencias florales, pero también de sustancias sintéticas. Se utilizan edulcorantes y chocolate para hacer más apetecible el sabor del tabaco a los niños y primeros consumidores. Se añaden eugenol y mentol para enmascarar los efectos en el tracto respiratorio. c) Se usan también aditivos para enmascarar el olor y visi- bilidad del humo. El acetaldehído es un cancerígeno que se forma con la combustión de los azúcares añadidos al tabaco. Los cigarrillos tienen el filtro perforado para diluir el aire inhalado. Sin embargo, los fumadores aprenden pronto a tapar estos agujeros con sus dedos para regular la dosis de nicotina o conseguir inhalaciones más profundas por lo que las mediciones oficiales de nicotina, monóxido de carbono y alquitrán no suelen ser reales. Los fumadores merecen mejor información acerca de los productos que consumen, aunque hay que tener en cuenta que, incluso sin aditivos, el tabaco seguiría siendo esencialmente una droga cancerígena. En 2002, una directiva europea marcaba un máximo de nicotina y obligaba a las tabaqueras a comunicar el contenido de su tabaco. La medida se ha mostrado poco útil. Deben ser laboratorios independientes, de máxima solvencia y reconocido prestigio los que analicen el contenido, y una normativa clara debe marcar los máximos y mínimos de cada sustancia y prohibir específicamente aquellas que sean tóxicas. La prueba de que no funciona se ha constatado. Una de las grandes tabaqueras, Altadis, ha publicado su listado oficial y reconoce incluir en su tabaco hasta 292 ingredientes. Entre ellos no aparece el amoniaco, aunque el laboratorio de la Junta de Andalucía lo detectó en varias de sus marcas en un estudio reciente, pero sí el propilenglicol, usado como humectante, que es el componente principal del anticongelante que todos le ponemos al coche. Así como otro humectante, el glicerol, que se transforma en acroleína y propileno, sustancias ciliotóxicas y causantes de la tos seca explican desde la CNPT. Más información en: www. cnpt. es