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ABC MADRID 22-02-2007 página 85
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES 22- -2- -2007 CIENCIAyFUTURO www. abc. es cienciayfuturo 85 Consiguen analizar por primera vez parte de la atmósfera de un planeta extrasolar Polvo y ausencia de vapor de agua s Son algunos de los datos conseguidos sobre la composición atmosférica de HD 209458 b, un mundo a 150 años luz de la Tierra JOSÉ MANUEL NIEVES MADRID. El planeta gigante HD 209458 b es ya un viejo conocido de los astrónomos. Un mundo lejano que cuenta en su haber con una nutrida lista de éxitos y de primeros puestos en varias categorías. Descubierto en 1999, en órbita alrededor de una estrella de la constelación de Pegasus, a 150 años luz de la Tierra (un año luz equivale a 9,46 billones de km) fue el primer planeta extrasolar cazado en pleno tránsito de su sol; el primero en el que se pudo identificar una atmósfera y el primero también, en 2004, en mostrar signos en esa misma atmósfera de la presencia de oxígeno y carbono. Conocido en medios astronómicos (aunque no bautizado así oficialmente) como Osiris HD 209458 b vuelve ahora a estar de actualidad, después de que investigadores del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA anuncien hoy en Nature haber detectado, usando el telescopio espacial Spitzer, su espectro infrarrojo, y en él un nuevo tipo de emisión que no se había podido registrar con anterioridad. Radiografía de HD 209458 b Diámetro. 1,3 veces mayor que el de Júpiter. Masa. 220 veces la de la Tierra. Órbita. Siete millones de kilómetros, que recorre en 3,5 días Tipo. Pertenece a la categoría de planetas extrasolares conocida como Júpiter caliente Tránsito. Cada 3,5 días, con una duración de tres horas. Durante este tiempo, eclipsa el 1,5 de la superficie de la estrella alrededor de la cual gira. Temperatura superficial. Cerca de 1.500 grados centígrados. Se trata del primer planeta de tránsito descubierto por el hombre, en 1999. Hoy se conocen 14 más Reconstrucción artística del planeta extrasolar HD 209458 b ABC- -que a partir de ese momento se podría empezar a medir la composición de esos mundos Ahora, sin embargo, el equipo del centro Goddard ha conseguido dar un paso más para averiguar la composición atmosférica de los planetas extrasolares. Y lo ha hecho midiendo dos tránsitos (el 6 y el 13 de julio de 2005) pero no con el planeta pasando por delante de la estrella, sino por detrás. Básicamente, se trata de comparar la luz infrarroja justo en el momento en que la estrella se interpone entre el planeta y nosotros. La medición se repite después, cuando los dos cuerpos son visibles. La diferencia entre ambas medidas da como resultado la emisión infrarroja del planeta. Utilizando el Spitzer, los investigadores han tomado datos en muchas bandas diferenABC El hallazgo, en 1999, de este planeta extrasolar, inauguró un método de detección, el del tránsito, gracias al que hasta el momento se han podidio localizar hasta catorce (de los cerca de doscientos que se conocen actualmente) mundos alrededor de estrellas lejanas. Los datos se consiguen al medir las ligeras variaciones de luminosidad de la estrella cuando el planeta se interpone entre ésta y la Tierra. Rafael Rebolo, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, recuerda cómo, al anunciarse en 1999 el descubrimiento de HD 209458 b, su equipo fue de los primeros en precipitarse al telescopio para comprobar si era verdad que había aparecido un mundo que provocaba estos eclipses. Supimos entonces- -afirmaba ayer a Nuevo método de detección Rafael Rebolo Profesor de Investigación del CSIC en el Inst. de Astrofísica de Canarias MÁS CERCA DE OTRA TIERRA as medidas espectrales en el infrarrojo que el satélite Spitzer acaba de conseguir del planeta gigante gaseoso que eclipsa a la estrella HD 209458 L abren un camino hacia la caracterización detallada de la composición química de las atmósferas de los exoplanetas. El principal interés de la técnica empleada reside en su potencial para explorar, en un futuro no muy lejano, planetas de tipo terrestre. Los telescopios COROT, ya en órbita, y Kepler, cuyo lanzamiento está previsto para el año que viene, podrán identificar exoplanetas rocosos mediante los eclipses que producen en sus estrellas. Estos telescopios, especial- mente Kepler por su mayor diámetro, podrían incluso ser capaces de detectar los eclipses de planetas con características similares a la Tierra. Utilizando la técnica descrita y el futuro telescopio espacial JWST, mucho más potente que Spitzer, se podrá abordar la caracterización de las atmósferas de estos planetas rocosos e investigar, incluso, la presencia de vapor de agua, ozono y otras moléculas que pudieran facilitar información sobre una potencial actividad biológica en su superficie. tes del infrarrojo. Las diferencias observadas son muy pequeñas, en el límite de la capacidad de medición actual. Por eso, calibrar mal cualquier instrumento podría alterar los resultados, que revelan la presencia de moléculas concretas en la atmósfera. Más que el hallazgo en sí, se trata de un gran paso adelante en la validación de una técnica que en el futuro nos va a permitir detectar planetas terrestres, incluso del tamaño y características del nuestro asegura Rafael Rebolo. Claro que, para eso, se necesitan instrumentos que puedan medir la velocidad de una estrella con precisiones del orden de un par de centímetros por segundo, algo que está aún bastante lejos de los 100 centímetros por segundo que se pueden medir hoy. Cuestión de unos años más. Datos sobre planetas extrasolares: http: www. exoplanet. eu

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