ABC MADRID 15-02-2007 página 14
- EdiciónABC, MADRID
- Página14
- Fecha de publicación15/02/2007
- ID0004989603
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14 ESPAÑA La hora de la verdad del 11- M s Las víctimas JUEVES 15 s 2 s 2007 ABC Otra prueba para las víctimas El comienzo del juicio del 11- M ha servido como recordatorio de que una joven herida en los atentados continúa postrada en un coma irreversible, mientras otras víctimas reviven el trauma BLANCA TORQUEMADA MADRID. Laura lleva ya tres años en vía muerta, protegida por la discreción y el amor de los suyos. El silencio que la ampara es, quizá, la mayor reserva de dignidad entre los manejos e intereses de parte que vienen lacerando a las víctimas del 11- M desde el día mismo de los atentados. Laura, tan joven, quedó en estado vegetativo, hasta hoy, la jornada en la que comienza un juicio capital para que la sociedad española restañe la brecha abierta por una conmoción sin precedentes. Laura tomó un tren de cercanías y su vida cotidiana se detuvo en esa estación sin retorno que los médicos denominan coma irreversible un limbo amarguísimo en el que su familia ni puede aferrarse al duelo de la pérdida ni tiene a su alcance atisbo alguno de esperanza. No la hay. Las explosiones de los trenes arrancaron la vida a 191 personas marcaron para siempre a más de 1.800 heridos y postraron a Laura en su túnel oscuro. Han transcurrido 36 meses desde el brutal ataque terrorista de Madrid, el mayor de todos los tiempos en Europa, y las víctimas son hoy el reflejo doloroso del recelo enquistado desde entonces en la sociedad española y de la disparidad de apreciaciones sobre lo sucedido. Dos asociaciones las representan desde posiciones antagónicas: mientras la de Afectados 11- M, presidida por Pilar Manjón, se enfrenta a este complejísimo juicio con la convicción de que en él todos los que están, son según aseveró la propia Manjón el pasado martes; la de Ayuda a Víctimas 11- M, encabezada por Ángeles Domínguez, al igual que algunas personas que se han afiliado a la AVT, se han sumado a la teoría de la conspiración con el trasfondo de una pretendida inconsistencia del sumario instruido por el juez Del Olmo. No faltan en ese escenario de división intentos de atribuir a unos u otros una mayor representatividad, siempre relativos, ya que la mitad de los familiares de las víctimas mortales ha renunciado a apuntarse a cualquiera de las terminales de este dispar movimiento asociativo. En la vista judicial que hoy comienza en la Casa de Campo se han personado 23 acusaciones particulares, de las que tres corresponden a las asociaciones (Ayuda a Víctimas 11- M, Afectados 11- M y AVT) y las restantes a un muy significativo número de personas (el propio desarrollo del juicio aclarará cuántas) sin carné de estos colectivos. Ante el Tribunal se ha acreditado que la entidad de Pilar Manjón representa a las familias de 81 asesinados y la de Ángeles Domínguez a las de 12 fallecidos. Pese a sus discrepancias, todos los colectivos coinciden en que el paso del tiempo no sólo no ha aligerado el peso de su labor psicólógica y asistencial con las víctimas de la matanza, sino que lo ha incrementado. Hacen notar, por ejemplo, que los casi tres años transcurridos marcan la forzada reincorporación a la vida laboral de personas que, en muchos casos, no están en condiciones de Un tercio de los afectados siguen yendo al psicólogo Un informe de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11- M, que preside Ángeles Domínguez, revela que, tres años después, el 27 por ciento de los afectados por los atentados de los trenes reciben aún tratamiento psicológico y que el 50 por ciento de las personas que se vieron involucradas en los salvajes ataques tiene todavía miedo y ansiedad. La psicóloga de esa Asociación, Syra Balanzat, explicó que el atentado de Barajas y el inicio del juicio del 11- M están generando en las víctimas estrés postraumático y comentó que otras secuelas que aún padecen son problemas de ansiedad, inseguridad, desconfianza en los demás, disminución de la autoestima, trastornos en el sueño e irascibilidad y rabia que les dificultan la convivencia familiar en muchos casos. Subrayó que muchas de las víctimas no han superado aún el miedo a viajar en tren (el 16 no ha podido volver a subirse en uno) e insistió en la importancia de que los medios de comunicación no difundan imágenes de aquel día. Los no asociados Mural en la estación de Atocha como homenaje a las víctimas del 11- M asumir aún esa responsabilidad, pese al alta médica, ya sea por problemas psíquicos o por dolores crónicos ocasionados por restos de metralla o lesiones auditivas. El alud informativo sobre el comienzo del proceso judicial está también atenazando a muchas de las víctimas, ya que estas circunstancias de notoriedad pública les hacen revivir el trauma sufrido, según reseñan sus psicólogos. Una realidad que reflejaba esta semana la mirada empañada de Isabel Casanova. Tres años sin Jorge, su hijo, y una reválida diaria desde aquel momento: No he vuelto a ser la misma. Jamás lo seré. Después de aquello, hasta freír un huevo puede convertirse en una heroicidad Todo se quebró a raíz de la tragedia. Isa- JAVIER PRIETO Revivir el trauma Las dos asociaciones del 11- M representarán en el juicio a menos de la mitad de las familias de los asesinados bel, que vive en Alcalá de Henares, dejó su trabajo como auxiliar de clínica para atender a sus otros tres hijos, ya que su ex marido también fue asesinado en los trenes. Para Isabel y para otras 190 familias, el juicio a los veintinueve acusados por el 11- M, tan necesario, es también abrir de nuevo la puerta de aquella espiral de angustia. Refrescar la búsqueda enfebrecida y las llamadas sin respuesta a un teléfono móvil, hasta tropezar de bruces con la evidencia del abismo. Otra vez se les pone a prueba.