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ABC MADRID 14-01-2007 página 82
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  • EdiciónABC, MADRID
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82 CULTURAyESPECTÁCULOS www. abc. es culturayespectaculos DOMINGO 14- -1- -2007 ABC Medio siglo de la leyenda Bogart Humphrey Bogart se murió hace hoy cincuenta años. Medio siglo en el que el gran actor se ha convertido en mito. Su imagen, su biografía, su filmografía, su estilo... todo en él está ya a salvo de las garras del tiempo, aunque cada vez hay menos de él en nuestro mundo POR E. RODRÍGUEZ MARCHANTE Humphrey Bogart ha sabido aprovechar estos últimos cincuenta años, precisamente los que lleva muerto, para alcanzar un lugar ya intocable en la historia del mundo. Y no lo tenía nada fácil, pues un ligerísimo vistazo a lo que él representó nos recalca casi con grosería que nada de todo ello sirve hoy: la imagen del macho petulante, con un deje nostálgico y canalla, fumador y bebedor, insolidario y egoísta, esencialmente violento... Su personaje no encontraría en el cine actual ni una esquina en la que morirse de asco... En cambio, ahí está, intocable por los siglos de los siglos. ¿Y por qué, pues, sigue fresco y atractivo un tipo así en la mirada de generaciones presentes y futuras, a pesar de que encarna todo lo que nuestra higiénica, insustancial, epidérmica y descaradamente hipócrita sociedad condena? Pues, sencillamente, porque se ha recubierto ya de ese material que viste a los mitos... Encender un pitillo, disfrutarlo, empuñar una pistola, disfrutarla, engatusar a una gatita odiar al resto del mundo, despreciar a los poderosos y a los débiles, decir lo que piensa sin diluirlo en agua, pimplar y jactarse de ello... Todo lo de aquel Bogart hoy es incorrecto pero, ¿quién puede con Bogart? Y como siempre, las cosas son así por una incontrolable mezcla de suerte y justa providencia. Cuando Bogart se murió- -un 14 de enero de 1957- -era ya sin duda alguna un gran actor, incluso una gran estrella, pero como tantas y tantas otras con las que están empedradas las calles del olvido. Lo de subir ese peldaño hacia el lugar de los intocables vino muchos años después, y por esos pellizcos del destino tan difíciles de reunir y analizar, como fáciles y divertidos de espolvorear sin orden ni concierto: Tal vez, un gesto repetido de Jean Paul Belmondo en A bout de souffle o un juego inolvidable de Woody Allen en Sueños de un seductor o un poema de Charles Bukowski que arranca Humphrey Bogart, el que fuma cigarrillos los cigarrillos del cáncer... o porque, de repente, quién lo iba a suponer, la novela negra sería la novela del siglo XX, y algunos de sus autores y personajes, auténticos tejedores de sueños eternos; o porque Casablanca le dio el preciado salvoconducto... Tan ardua y azarosa ha sido su travesía hasta la cima del mito como lo fue, sin duda, su carrera de actor. Todo el mundo sabe ya que Bogart estaba destinado a ser uno de esos secundarios con fuerza y oficio hasta que la fortuna le dio hora: era un cuarentón resentido y resabiado cuando Paul Muni rechazó el papel- -que le ofreció Raoul Walsh- -de Roy Earle, el hampón arrepentido de El último refugio y al que él se agarró como a un clavo ardiendo. Primer papel protagonista Fue su primer papel protagonista, sí, aunque no fue ni su primer éxito ni probablemente el comienzo de todo los puristas señalan su verdadero arranque en El bosque petrificado película de Archie Mayo que el propio Bogart había hecho antes en teatro, en Broadway, y donde encarnaba al asesino atormentado Duke Mantee, frente a la pareja protagonista, Bette Davis y el relamido Leslie Howard. Kid Galahad Balas o votos Lamujermarcada Ángeles con caras sucias Amarga victoria un montón de títulos en los que secundaba a Edward G. Robinson, George Raft, Bette Davis... y que precedieron a su cambio, digamos de bando, con El halcón maltés y a su entrada en tromba en la gloria cuando hizo Casablanca donde fraguó La imagen de Bogart es la de un macho petulante, con un deje nostálgico y canalla, fumador y bebedor buena parte de una imagen que resultaría ya imborrable, pero noirrepetible, pueslacalcóposteriormente en títulos como Pasaje para Marsella y sobre todo Tener y no tener donde conoció a Lauren Bacall y donde acabaron confundiendo las páginas del guión con las del día a día: nunca se ha visto en ninguna otra película el chispazo del enamoramiento como en ésa, con una niña de dieciocho años, con voz ásperay gatuna, y un cuarentón borde que apenas sabe silbar. Howard Hawks, director de la película, y su propia esposa, Slim, organizadora de casi todas las tramas que la rodean, tardaron varios segundos en percatarse de que estaban esculpiendo Historia. El sueño eterno también de Howard Hawkes; La senda tenebrosa de Delmer Davis, y Cayo Largo de John Huston, forman el resto de ese cuarteto de cuerda que ataron juntos Bogart y Bacall. La filmografía de Bogart, hasta que la cerró con la impresionante Más dura será la caída está llena de lustre y sentido (con alguna saludable excepción) y viene a ser un rosario para jóvenes cinéfilos, con cuyas cuentas En un lugar solitario La Reina de África Sabrina La condesa descalza adoran al personaje y alimentan el mito. Su imagen, en frío, no sirve a estos tiempos; aunque tembién dejó un rastro de integridad, hoy igualmente en desuso. Los que lo conocían y soportaban sus defectos de fulano antipático y bebedor, nunca le escamotearon ni una brizna de su grandeza y honradez... Ahora es carne de mito, pero hubo un tiempo en que, como decía Romanoff, Bogart era un tipo que a partir de las diez de la noche se creía que era Bogart. Más información sobre el actor: http: www. humphreybogart. com Todo lo de aquel Bogart hoy es incorrecto pero, ¿quién puede con Bogart?

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